FULCI
CRUZA EL MAS ALLA
En 1979, Fulci pasaba por
otro de sus pésimos momentos: su nueva mujer alemana había
desaparecido, robándole dinero, sufría una crisis económica, y una
de sus hijas se habia caido de un caballo y estaba mal. Por
entonces, el éxito de George Romero, DAWN OF THE DEAD (El Amanecer
de los Muertos, 1978) en Europa era enorme. Dario Argento,
co-productor de la película, la había remontado y retitulado en
Italia con el titulo de Zombi.
Haciendo gala del habitual instinto
explotation, tres productores (Gianfranco Couyomdjian, Ugo Tucci y
Fabrizio de Angelis) se propusieron hacer una película que explotase
el tema de los muertos vivos caníbales, y le encargaron a Dardano
Sacchetti y su mujer Elisa Briganti que escribieran un guión sobre
el tema. A la pareja de guionistas, la idea de plagiar Dawn of the
Dead no le gustaba en absoluto, asi que imaginaron una historia
sobrenatural situada en una isla exótica que se contrapusiera al
ambiente urbano del film de Romero. Asi nació La Isla de los Zombis,
que luego se transfomó en una secuela no oficial: ZOMBI 2 (AKA:
Zombie), gracias a una idea caraduresca de Tucci. Este productor,
eligió inicialmente a Enzo Castellari, pero este pidió 40 millones
de liras, una enormidad para una producción de bajo presupuesto.
Fulci, con graves problemas económicos, aceptó por 6 millones. Con
Zombi 2 nace la polémica en torno a si Fulci es un genio
revolucionario del género o un copiador oportunista. En aquella
ocasión, Dario Argento se ofendió con Fulci por el título, y éste le contestó con una lista de varias peliculas
con la palabra "zombie" en el titulo, diciéndole que los zombies
pertenecían a Haiti y a Cuba... no a Dario Argento.
La película comienza con un misterioso hombre disparándole en la
cabeza a un zombie. Luego de los títulos de credito, pasamos a la
costa de New York, en donde una patrulla costera se enfrenta a otro
zombie dentro del abandonado bote del famoso Dr Menard (Richard
Johnson). Estos extraños sucesos serán investigados por un
periodista (Ian McCulloch) y la hija de Menard (Tisa Farrow, hermana
de Mia) quienes parten hacia la caribeña isla de Matool, en busca
del científico. Alli se encontrarán con Menard y descubrirán que los
muertos (aparentemente a causa del vudú) reviven y asesinan a los
vivos para devorar su carne.
Vayamos por partes, y seamos objetivos. Si bien el título Zombi 2
explota el éxito del título italiano del film de Romero, y si bien
la película trata acerca de muertos vivos canibales a los cuales se
los mata destruyéndoles el cráneo, el film de Lucio Fulci se aparta
del de Romero para crear una obra original y distinta, con una
identidad propia. Fulci, pudiendo haberse conformado con copiar a
Romero, sin introducir nada nuevo, partió de una concepción
de Romero y la reconvirtió con sus propios elementos. A saber:
-El argumento es muy distinto al del film de Romero. Alejándose
de los tan mentados comentarios sociales críticos de Dawn of the
Dead, Zombi 2 platea una historia de terror puro, con motivos y
situaciones mucho mas clásicas (vudú, científico que experimenta con
muertos).
-Zombi 2 posee una ambientación exótica, misteriosa y siniestra,
situada en Santo Domingo, frente a la urbana de Dawn of the Dead.
-Los zombies de Fulci son absolutamente distintos a los pálidos y
en general poco impresionantes muertos vivientes de Romero. En Zombi
2, vemos a unos inolvidables y artesanales zombies putrefactos y
agusanados, excelentemente maquillados por el genial Giannetto de
Rossi, que creó verdaderas obras de arte macabras en cada uno de
ellos.
-Las escenas gore de Zombi 2, dejan en pañales a las mejores de
Tom Savini. En esta película, Fulci y su guionista Sacchetti
desataron toda su imaginación morbosa y crearon escenas nunca vistas
y aun no igualadas; hasta ese momento nadie había llegado a
tales extremos de perfección ultraexplicita. Y aun hoy en dia nadie
pudo recrear escenas que lleguen a ese nivel. El famoso empalamiento
ocular con una astilla de madera sufrido por Olga Karlatos, el
combate a mordiscos entre un zombie y un tiburón, o el plano en el
cual un zombie le desgarra la garganta a mordiscos a Auretta Gay,
son ejemplos de las espectaculares escenas gore de la película.
-Los crimenes resultan
espectaculares no solo por ser originales y sangrientos, sino por
cómo estan filmados. El minucioso y obsesivo trabajo de dirección,
la siniestra música, la interpretación de los actores en los
momentos clave (en otros, a Fulci no le importaba tanto), los
efectos de sonido detallistas y minuciosos, los violentos
movimientos de cámara y la tensión previa, se combinan para crear
imágenes que dejan perplejo al espectador que ve Zombi 2 por primera
vez, espanta a los que no gustan del terror y del gore, y maravillan
a los que si les gusta. A nadie pasa desapercibido. Nunca una cámara
se había situado dentro de una tumba y había emergido lentamente de
ella como si del propio punto de vista del zombie se tratara. Nunca
un zombie se había abalanzado hacia la cámara para atacarla a
mordiscos. Enfoques nuevos y sorprendentes que trasgreden límites e
impactan al espectador. Terror puro, sin concesiones ni medias
tintas.
-Finalmente, valga la redundancia, el final de la película
resulta insuperable: el plano de una horda de zombies avanzando por
el puente de Brooklyn, mientras el locutor de una radio relata la
caótica situación, resulta inolvidable.
La pelicula también tiene sus defectos: los logrados movimientos
de cámara antes mencionados se contraponen con algunos en ocasiones
torpes y descuidados, sobre todo durante los dialogos de los
actores. El ritmo de la película por momentos decae y hay algún
desnudo que a alguien le podría parecer innecesario. Zombi 2 fue un
inesperado éxito internacional, superando en fama y fortuna al film
de Romero. Los productores ganaron muchísimo dinero y De Angelis
firmó un contrato con Fulci para producirle 5 peliculas en 5 años.
Fulci, aunque no ganó mucho dinero, logró bastante fama. "El
director es la última persona que ve algo de dinero en este negocio"
diría el director.
A partir de esta película, se convenció de
explorar el género de terror. Ya no volvería ni a las comedias ni al
western. Zombi 2 marcó la unión de un grupo de colaboradores que
trabajó, a partir de aquí, en las mejores películas de Fulci: el
director de fotografia Sergio Salvati, el músico Fabio Frizzi, el
guionista Dardano Sacchetti, el editor Vincenzo Tomassi, y el
creador de FX Gianetto de Rossi.
A pesar de decidir involucrarse en el género de terror, su
siguiente película, LUCA IL CONTRABBANDIERE (Luca el Contrabandista,
1980), fue un policial... al estilo Fulci. Partiendo de uan clásica
historia de enfrentamiento de bandas mafiosas, Fulci excedió una vez mas los límites habituales del
género, demostrando que su gusto por lograr escenas macabras y
sanguinarias no tenía una motivación comercial, sino
que nacía del personal interés obsesivo del director de recrear
imágenes crueles definitivas y totales que conservan aun todo su
potencial, muchas veces en detrimento del argumento y del guión.
Luca el Contrabandista es un catálogo horripilante de brutalidad
mafiosa con escenas tales como la lenta quemadura del bello rostro
de una traficante con un mechero, o la explosión del estómago de un
mafioso por efecto de un certero escopetazo. Las balas de pistolas,
escopetas y ametralladoras destrozan cráneos, gargantas y cuerpos. A
pesar de tanta violencia sangrienta, la escena mas brutal no será
una de ellas: la mujer del protagonista (Fabio Testi) es brutalmente
sodomizada, mientras su marido es obligado a escuchar el acto por
teléfono.
En 1980, Fulci volvió al género zombie que lo había hecho famoso
con PAURA NELLA CITTA DEI MORTI VIVENTI (Pánico en la Ciudad de los
Muertos Vivientes, AKA: La Paura, The Gates Of Hell). Un sacerdote
se ahorca en un cementerio de la lovecraftiana ciudad de Dunwich,
abriendo de este modo las puertas del infierno y haciendo que los
muertos vuelvan a la vida. Este hecho es visionado por una médium
(Catriona McColl) quien sufre un shock y, aparentemente, muere. Mas
tarde será rescatada de ser enterrada viva por un periodista
(Christopher George) y, junto a dos pueblerinos (Janet Agreen y
Carlo de Mejo) intentarán cerrar las puertas del infierno.
Pánico en la Ciudad de los
Muertos Vivientes demostró la partícular y ambigua manera de dirigir
cine de Lucio Fulci. Por momentos irritante, extraño e incoherente,
por momentos fascinante y genial, este film perturba la capacidad
crítica del espectador avezado, que asiste mas a una sucesión de
imágenes que a una película, cuya linea argumental se ramifica y
desdibuja hasta casi desaparecer. Muchos de los eventos que suceden
permanecen sin explicación. Los zombies por momentos actúan como los
habituales muertos vivientes caníbales, aunque también aparecen y
desaparecen como fantasmas. La manera de eliminarlos, también es
ambigua; aquí no hay disparos a la cabeza: mientras que una zombie
es eliminada al atravesarle una vara de metal, otra es espantada...
¡tan solo con el acto de cerrar los ojos con fuerza, en un intento
de ignorarla!.
Fulci pierde la linea argumental (si alguna vez se
preocupó en tenerla) y la coherencia interna brilla por su ausencia.
Nunca es aclarado por qué el sacerdote se suicida, ni por
qué luego
reaparece como si se tratase del "clerigo malvado" de Lovecraft,
para comandar a los muertos vivientes caníbales. La película explica
que en el Dia de Todos los Santos los muertos volverán a la
vida... pero al principio se había mostrado que los muertos ya se
leventaban antes de ese dia. Durante el climax, el clérigo
malvado será aparentemente vencido de manera tópicamente clásica al
ser atravesado grotescamente con una cruz, como si de un vampiro se
tratase. En el final mas desconcertrante de la historia, un niño
avanza hacia la cámara para unirse con los protagonistas
sobrevivientes y la pantalla se quiebra, por decirlo de algun
modo, quedándose en negro. Sobre este final se han escrito mil
hipótesis distintas, aunque la realidad es increiblemente simple:
Inicialmente, la película tenia un final feliz, pero, en el rollo
filmico, había una impureza en la imagen. Era como si la misma se
quebrase... Entonces, Fulci (que no le gustaba el final felíz) y su
editor Tomassi cambiaron el final feliz por uno macabro y ambiguo.
Asi de simple.
En Alemania L'ALDILÀ se
conoció como "Die Geisterstadt Der Zombies"
Pero si por un lado la
película es incoherente, incomprensible, lánguida y absurda, por
otro lado es... simplemente fascinante. Fulci, como en casi todos
sus films de horror, se concentró en crear (de manera intencional,
no "de casualidad" como se ha dicho) situaciones e imágenes
surrealistas fascinantes y cautivadoras, desdeñando los diálogos y
la lógica argumental. En esta película, gran parte de los diálogos y
conversaciones entre los actores son puro relleno, pura transición
entre una escena terrorífica y otra. Pero esas escenas terrorificas,
son geniales. El plano en el cual el sacerdote ahorcado se superpone
y se funde sobre el iris de la médium que visiona la escena es
maravillosamente irreal, como lo son las perversas apariciones
fantasmales del sacerdote que, cuando mira fijamente a sus víctimas,
provoca que ellas lloren sangre o (en una escena gore inigualable)
vomiten todo su paquete intestinal. Las tétricas apariciones
espectrales de los pútridos zombies en una neblinosa y lograda
ambientación son impagables, como asi también las escabrosas escenas
sangrientas, como el taladro que penetra de manera ultrarrealista el
cráneo de Giovanni Lombardo Radice (en una lenta y sádica escena
parecida al empalamiento ocular de Zombi 2), o las obsesivas escenas
en las cuales los zombies presionan con una mano la parte occipital
del cráneo de sus víctimas... ¡arrancándoles el cerebro!. Por
supuesto, un obsesivo Fulci no puede olvidarse de las agresiones de
animales, como la lluvia de gusanos que cae sobre la protagonista, o
las ratas que devoran el cráneo destrozado de Christopher George.
IL GATTO NERO (El Gato Negro, 1980) fue su siguiente película, y
una gran decepción. Patrick Magee interpreta a un psíquico que busca
grabar las conversaciones de los muertos en los cementerios (¡!).
Además, tiene el poder de dominar la mente de su gato negro, al cual
utiliza para asesinar a sus enemigos. Una fotógrafa (Mimsy Farmer) y
un polícia (David Warbeck) investigan los hechos.
Retazos de La Verdad sobre el Caso de Mr Valdemar (el intento de
Magee de estudiar cientificamente el mas alla) se mezclan con
retazos de El Gato Negro (el siniestro, valga la redundancia, gato
negro, la protagonista emparedada viva), para acabar configurando un
pastiche agradable pero muy insatisfactorio. El film tiene muchos
baches argumentales y escenas sin interés. A pesar de que la
película muestra varios asesinatos violentos y logrados, ninguno
llega al nivel sangriento y elaborado que podía esperarse de Fuici y
el final es muy flojo. Al menos, la música de Pino Donaggio es
excelente, como lo es la fotografia de Sergio Salvati. En esta
película, la obsesión de Fulci se centró en los interminables planos
detalles a los ojos de los protagonistas, incluso del gato. Siendo
Fulci un apasionado de Edgar Allan Poe, se esperaba mucho mas de la
película, aunque, comparada con la mayoría de las adaptaciones
cinematográficas de la obra del genio norteamericano, sale bastante
bien librada.
L'ALDILA (El Más Allá 1981, AKA: The Beyond, Seven Doors of
Death) es, sin lugar a ninguna duda, la obra maestra de Lucio Fulci
y, quizás, el mejor film de horror de la
historia.
La película comienza en
Louisiana, en el año 1920. En un hotel, una turba enfurecida
tortura, crucifica y empareda a un pintor de apellido Schweick
(Antoine Saint-John) al cual acusan de brujo mientras Emily, una
misteriosa muchacha ciega (Cinzia Monreale) recita tenebosas
profecías del libro de Eibon, el cual afirma que el hotel esta
situado sobre una de las siete puertas del infierno y que, cuando se
abra, el mal invadirá el mundo. Ya en 1981, Liza (Catriona MacColl)
hereda el hotel. Mientras espantosas muertes inexplicables comienzan
a suceder, Liza conoce al Dr John Mc Cabe (David Warbeck) quien
permanece excéptico ante sus temores. Emily (para quien el tiempo no
transcurrió) entra en contacto con Liza, advirtiéndole sobre el
peligro que corre de permanecer en el hotel. John y Liza acabarán
enfrentandose a hordas de muertos vivientes, y traspasarán el mas
allá.
En El Mas Alla los personajes son asesinados y los cadáveres se
acumulan en la morgue sin que nadie investigue los crímenes. "Pura
anarquia". "Mi idea era hacer un film absoluto. El Mas Alla es un
film sin argumento, no hay lógica, solo una sucesión de imágenes"
dijo Fulci sobre la pelicula. Nada mas acertado. El Mas Alla es un
apasionante resumen amplificado de absolutamente todas las morbosas
obsesiones del director: salvajes ataques de animales (arañas que
devoran el rostro de un hombre inmovilizado, un perro lazarillo que
destroza la garganta de su ciega dueña), un apasionante clima
mágico, fántastico e irreal, horripilantes muertos vivientes (en
este caso, no caníbales) y obsesivos planos detalle a los rostros y
ojos (muchos de ellos ciegos) de los protagonistas... sobre todo a
los ojos, los cuales son atravesados con clavos que ingresan desde
la nuca, o arrancados con los dedos. ¿Por qué esta obsesión morbosa
de Fulci con los ojos?. El director intenta explicarlo: "Ellos (los
ojos) son la primer cosa que tienes que destruir, porque han visto
demasiadas cosas malas". Solo un imposible viaje al interior de su
mente podría explicar su insistencia en enfocar y lacerar de todos
los modos posibles los ojos de sus personajes.
Pero no todo son agresiones oculares. El primer encuentro entre
Liza y Emily, en una desolada carretera, es hermosamente siniestro.
Durante una de sus reuniones en el hotel, Emily huye asustada con su
perro lazarillo y Liza se queda sola. Tras esto, Liza cierra los
ojos y ve, como en trance o magicamente (y de distintos e imposibles
ángulos) la huida de Emily, en cámara rapida y lenta. Una sutil
demostración de que la reglas mundanas de tiempo y realidad, en
aquel hotel, no existían.
En la morgue, luego de vestir a su marido asesinado, su aflijida
mujer recibe un baño de ácido en su rostro, el cual se deshace
lentamente ante la espantada visión de Jill, su hija. La sangre que
mana del rostro, avanza, susurrando, con vida propia,
hacia ella. Durante el apasionante climax, Liza, John, y Jill se
enfrentan a tiros ante montones de muertos vivientes, quienes
avanzan con los ojos cerrados y la cabeza gacha, (La escena con los
zombies en el hospital fue agregada para el gusto de los
distribuidores alemanes, ¡los cuales no compraron la película por
ser demasiado violenta!. A Fulci, la escena no le gustaba.) y ante
el propio Schweick, al cual, inexplicablmente, Warbeck nunca le
dispara a la cabeza, aun habiendo comprobado que asi mueren los
zombies. Sin embargo a Jill, ahora convertida en zombie, si le
dispara a la cabeza, reventándosela, como en una especie de
broma irónica.
En el mejor final de toda el cine de Fulci, los
protagonistas escapan de los zombies bajando unas escaleras, para
volver inexplicablemente al sótano del hotel. Aterrorizados,
trasponen una pared destruida que emana una luminiscencia azulada y
alcanzan "El Mar de las Tinieblas", el mas allá pintado por Schweick
en el prólogo del film. Ambos caminan por un paraje desolado y
desértico, cubierto de nieblas y arena, similar al cuadro que
pintaba Schweick durante el prólogo. En el suelo, yacen hombres y
mujeres desnudos entremezclados con extrañas figuras de cemento.
Aterrorizados, John y Liza oyen que unas voces susurrantes los
llaman, y descubren que no hay manera de salir, y quedan atrapados,
completamente ciegos...
La apocalíptica imaginería irreal y salvaje de Fulci es
acompañada por la mejor banda sonora de Fabio Frizzi, una genial
fotografia de Sergio Salvati (el prólogo en tintes sepia es
excelente), un guión trepidante de Dardano Sacchetti, y unos FX
ultra explicitos y horipilantes de Gianetto de Rossi. Una obra
maestra irrepetible y otro gran éxito internacional, que enriqueció
aun mas al amarrete productor De Angelis (llamado "La Cobra" por
Fulci). Sacchetti no se equivocó al decir que El Mas Alla es un
milagro ya que, realmente, el presupuesto y las condiciones de
trabajo eran bastante apretadas. Tanto lo eran, que para la escena
final en el mas allá, no había dinero para extras. El equipo técnico
debió recoger vagabundos y borrachos de la calle y darles alcohol
para que se quedasen quietos e inconscientes mientras eran filmados.
La Casa Cercana al
Cementerio (Quella Villa Accanto al Cimitero, 1981) ha sido acusada
de practicamente no tener argumento y de ser terriblemente errática
y ambigua... lo cual es cierto. Fulci buscaba ser ambiguo adrede, y
pocas veces le interesó plasmar un argumento y situaciones
comprensibles. Mucho menos culminó sus películas de manera simple y
entendible, ni tener límites o medias tintas a la hora de filmar
asesinatos y situaciones sádicas. Esa cadencia lánguida y morbosa,
donde un hecho espantoso supera progresivamente a otro y donde el
límite se corre hasta lo insospechable, creando un crecendo
emocionante hasta culminar de manera inconcebible (y decepcionante,
para los aficionados aconstumbrados a los finales habituales), es la
escencia misma del cine de Lucio Fulci. Tómelo o déjelo.
Ambientada en una tétrica mansión de Boston, la película comienza
con el sangriento asesinato de una muchacha y su novio por parte de
un misterioso ¿hombre?. El Dr Norman Boyle (Paolo Malco), junto a su
esposa Lucy (de nuevo Catriona McColl) y su hijo Bob (Giovanni
Frezza) parten a la casa para investigar el suicidio de un
científico. Mae, una enigmática niña pelirroja (Silvia Collatina) le
advierte a Bob sobre los siniestros peligros que acechan en la
mansión, en la cual tendrán lugar acontecimientos espantosos.
En un clima muy similar a El
Mas Alla (tétrica ambientación sobrenatural, presencia misteriosa
que advierte sobre el peligro inminente, sucesión de crimenes
aberrantes, ataques violentos de animales, personajes enigmáticos,
insistentes planos detalles de los rostros y ojos de los actores) La
Casa Cercana al Cementerio fue, lamentablemente, la ultima gran
película sobrenatural de Fulci. Ahora bien, si el espectador desea
disfrutar de ella, deberá pasar de largo la incoherencia de la
historia, la extraña ominosidad inexplicable de los personajes
(Paolo Malco y la niñera de Bob continuamente se lanzan miradas
entre cómplices y siniestras, sin explicación alguna), lo absurdo de
algunas situaciones (luego de un asesinato, vemos a la niñera
limpiando el suelo cubierto de sangre, mientras Lucy pasa a su lado
y la observa sin inmutarse) y algun diálogo ridículo (Lucy encuentra
una lápida bajo una alfombra y al comunicárselo a su marido, este le
contesta: "bueno, esto no es New York, ya sabes").
Resulta claro que
Fulci y Sacchetti no se preocupaban por que sus personajes
reaccionacen de manera esperable. Recordemos que en Zombi 2, Auretta
Gay se queda petrificada delante de un zombie, dejándose morder. En
El Mas Alla, sucede lo mismo con una sirvienta, que no reacciona
cuando un zombie la ataca; solo se limita a permanecer crispada de
horror observando a su victimario como si su muerte fuera
ineludible. De hecho, todos los films de Fulci se plantean como
trampas macabras, en las cuales sus protagonistas (no importa que
sean hombres, mujeres o niños) quedarán inexorablemente atrapados.
Cuando sus los personajes trasponen el umbral de lo desconocido, ya
no hay vuelta atras. En La Casa Cercana al Cementerio, resulta
imposible detener al increible Dr Freudstein (¡que nombre!) el cual
emerge periodicamente del sótano de la mansión en busca de victimas,
a las cuales (no se explica como) les extrae sus células (¡!) para
sobrevivir.
De nueva, la película resulta un festival de escenas
terriblemente gore y sádicas nunca vistas: Laura (Dagmar Lassander),
estando inmovilizada, debe soportar que Freudstein le clave un
atizador de fuego de manera especialmente lenta y dolorosa.
Freudstein decapita brutalmente a la niñera y le desgarra la
garganta al pobre Dr Boyle, luego de que este le entierre un
cuchillo, solo para darse cuenta que por las venas de Freudstein no
corre sangre... sino gusanos. A pesar de todas este depliegue
truculento, dos escenas no sangrientas rivalizan con aquellas en
brutalidad y horror:
-Encerrado en el sótano, Bob le pide ayuda a sus padres, quienes
intentan abrir la puerta. Freudstein surge de la oscuridad y toma al
niño por los pelos, sujetándolo y obligándole a mantener su rostro
contra la puerta, mientras su padre intenta abrir la puerta a
hachazos. El hacha pasa reitiradamente a milimetros del niño.
Esta escena recuerda a una de Pánico en la Ciudad de los Muertos
Vivos, en la cual Christopher George rescata a McColl de la tumba en
la cual esta enterrada viva, destrozando el ataúd con un pico, que
pasa muy cerca del rostro de la chica.
-Casi en el final, Lucy Boyle intenta huir junto a su hijo
subiendo las escaleras del sótano en donde estan atrapados. Cuando
estan casi en la cima (que se encuentra bloqueada por una lápida)
Freudstein toma de las piernas a Lucy, arrastrándola escaleras
abajo. El rostro de Lucy se golpea con cada escalón, mientras su
hijo grita horrorizado. La cámara, puesta desde el punto de vista de
Lucy, se sacude como si estuviese cayendo escalón por escalón, dando
el efecto de que fuera el espectador el que cae y se golpea. Una
escena impactante que demuestra la habilidad única de Fulci por
recrear situaciones macabras de manera original e impactante,
presindiendo en esta ocasión de la sangre, lo cual no es lo único
destacable de su cine (aunque sus fans mas rudimentarios y los
críticos mas simplistas se empeñen en ello).
Como en El Mas Alla, las fascinantes escenas fantásticas estan
presentes. El plano en el cual la niña pelirroja le advierte a Bob
del peligro que corre, es inolvidable. Primero vemos a la niña,
inmóvil y con un gesto de horror, asomada a la ventana de la
siniestra casa cercana al cementerio. Luego, mediante un excelente
labor de edición, este plano se superpone sobre una gran fotografia
de la casa que esta observando Bob, en su casa de New York. El
rostro de la niña, aparece ahora en la foto de Bob, quien la observa
a través de un plano detalle a sus ojos. El final de la película
será magistral: cuando Freudstein esta a punto de atrapar a Bob,
este emerge a través de la lápida que bloqueaba la salida, por medio
de la ayuda de Mae. Ambos, se reunen con la madre de la niña y
esposa de Freudstein, quien obviamente es un fantasma... como
también lo es la niña y quizas también lo sea Bob (en una
entrevista, Fulci dijo que, en su film, los niños pasaban al mas
alla, a un mundo en el cual los adultos no tienen poder sobre
ellos). En el bello y triste plano final, los tres se alejan de la
casa a través de un camino rodeado de arboles, mientras la cámara
retorna a la siniestra casa, en la que Freudstein seguirá aguardando
víctimas. A destacar, finalmente, la excelente fotografia de Sergio
Salvati y la acertada música del desconocido Walter Rizzatti.
En 1982, llegó una de las
películas mas criticadas y polémicas de Fulci: El Destripador de New
York (Lo Squartatore di New York, AKA: The New York Ripper). El
director de la BBFC (British Board of Film Classification, es decir,
la censura británica), la definió como "una película obscenamente
ofensiva que destila la misoginia mas brutal proyectando toda su
violencia contra la mujer" El Destripador de New York se encuentra
desde 1984 en el manual de la BBFC como el ejemplo a seguir para que
una pelicula sea calificada como "Video Nasty" (Literalmente, videos
repugnantes: aquellos films que, por su contenido sexual o violento,
ni siquiera podían ser censurados. Directamente, se prohibia su
exhibición y distribución, so pena de prisión efectiva). El
Destripador de New York, fue la primera de la lista.
Despegándose del ambiente misterioso y sobrenatural que enmarcaba
sus anteriores peliculas de horror, El Destripador de New York fue
una especie de mezcla perversa y sádica de giallo clásico con el
psycho killer gore norteamericano de principios de los 80. El
perturbador resultado es un film politicamente incorrecto e
inaguantable para espectadores sensibles e inclusive para muchos
fans del cine de horror mainstream.
La historia es simple y sencilla: un asesino psicópata tortura,
mutila y asesina de manera aberrante a jóvenes, bellas, y liberales
mujeres de New York. El asesino, cuando está por cometer un crimen,
habla como el pato Donald. El teniente Fred Williams, (Jack
Hedley) persigue al asesino, ayudado por el psicologo Paul Davis
(Paolo Malco).
Como en casi todo el cine de Fulci no importa lo QUE pasa, ni
mucho menos PORQUE pasa, sino COMO pasa. El móvil del psicópata, es
develado de manera atropellada al final de la pelicula, como sucedía
en La Casa Cercana al Cementerio. Para El Destripador de New York,
Fulci tenía un muy buen guión de Gianfranco Clerici y Vincenzo
Mannino (luego utilizado en Un Delito Poco Común, 1987) que le
prestaba mas atención a la personalidad y motivación del asesino que
al suspenso, a los asesinatos y a los hechos macabros. Pero a Fulci
no le gustaba, ya que solo quería concentrarse en la mecánica del
giallo y en los crímenes. Entonces, recurrió a Sacchetti quien, en
pocos y apresurados dias, le hizo un guión "a su medida".
Y realmente fue a su medida.
Si a Fulci le faltaba quebrar algun tabú o extender un poco mas los
límites, sin duda en esta película lo logró. Nunca un arma blanca
hirió la piel de sus víctimas como en El Destripador de New York. El
sadismo y crueldad de Fulci llega a su máximo punto: una actriz
porno recibe una botella rota en su vagina, restregada en ella con
furia; una ninfómana es rajada desde la entrepierna hasta la
garganta con una navaja automática; una chica que escribía insultos
con lapiz labial en el auto de un hombre es destripada bestialmente
y, finalmente, el psicopata es asesinado al recibir un balazo que le
destroza el rostro, literalmente. Sin lugar a dudas, la
escena mas sádica es la totura y muerte de la prostituta amiga del
teniente. En una escena parecida a la de Luca el Contrabandista, el
teniente Williams oye por teléfono el vicioso asesinato de la
prostituta, el cual permanecerá en la historia del cine como uno de
los mas aberrantes. Mientras la chica permanece atada, el psicópata
hiere su piel con una gillette: le corta lentamente un pezón, la
frente y, como no podía faltar, le rasga un ojo.
Todo filmado en
primerísimos planos. Los elementos sexuales de la película tambien
son bastante explícitos y sádicos: la ninfómana se masturba mientras
observa un show de sexo explícito en vivo mientras graba los gemidos
de los actores para que se excite su decadente marido. Mas tarde, la
misma mujer recorre zonas marginales, para acabar siendo masturbada
con el pie de un puertorriqueño, que la termina humillando.
En esta película, ni los niños se salvan. Los planos finales de
la pobre niña enferma de linfogranuloma (con una pierna y un brazo
amputado) llorando porque su padre, el psicópata del film, no
atiende sus llamados teléfonicos, es pateticamente triste y
deprimente.
La apabullante violencia contra la mujer que contiene El
Destripador de New York, y la acusación de misoginia de la cual fue
y es objeto Fulci, se contraponen con sus declaraciones: "odio a las
mujeres solo cuando no estan conmigo". "La doctrina católica dice
que hay que odiar a las mujeres, no mis películas. Yo pienso que si
eres una mujer, debes evitar que los hombres vayan a la iglesia
cuando son niños. Entonces, quizás el mundo femenino podría volverse
un poco mejor". Los dichos de Fulci se contradicen con gran parte de
su filmografia, en la cual los asesinatos mas crueles y sádicos
casi siempre son sufridos por las mujeres.
Una consideración final. Todo el mundo se ha preguntado porque el
psicópata chilla como un pato. Muchos han visto en ello un hecho
ridículo y sin sentido. La explicación mas superficial viene del
propio argumento: la paralítica hija del psicópata tiene un muñeco
del Pato Donald sobre su mesa de luz. De acuerdo a la delirante
explicación del psicólogo, al psicópata "el pato le quebró la mente.
Eso pasa al tratar de borrar el sentimiento de culpa. El criminal
puso toda la culpa en el pato. El pato era el vengador de su hija,
la cual no llegaría a ser como las otras mujeres". Fulci parece dar
esta explicación "de cumplimiento" para que la película, de alguna
manera, cierre. Pero, si prestamos atención, descubrimos un hecho
muy habitual dentro del cine italiano: el autorreferencialismo.
En
Angustia de Silencio, una niña deficiente mental (la cual casi es
asesinada por el psicopata) siempre llevaba un muñeco del Pato
Donald, del cual solo es hallada su cabeza cuando la niña desaparece
(de ahí el titulo italiano, Non Si Sevizia un Paperino = No Toturen
al Patito). En El Destripador de New York, la niña mutilada y
enferma también posee un muñeco del Pato Donald, que parece el mismo
de Angustia de Silencio. Fulci establece sórdidas conexiones y
guiños entre ambas películas, solo revelables para sus verdaderos
seguidores.
LA
ETAPA ERRATICA
Manhattan Baby (1982, AKA Il
Malocchio, Evil Eye) marcó el comienzo de una caida de la cual Fulci
se recuperaría, solo parcialmente, varios años después. Para decirlo
de alguna manera, Fulci hizo Manhattan Baby de mala gana, ya
que estaba cansado de De Angelis y debía cumplir con el contrato de
5 películas en 5 años. "Cada film que hice ha sido producido por
gente a la cual no le inportaba un carajo el cine", diría Fulci
sobre sus productores. Ese mismo año, Fulci había coproducido El
Destripador de New York con De Angelis. La película había sido un
gran éxito en Italia pero aparentemente no había sido exitosa
internacionalmente. Entonces, Fulci cobró algo de dinero y rompió su
relación con De Angelis. Lo cierto, es que la película había tenido
un importante éxito internacional y De Angelis había ganado
muchísimo dinero en preventas, lo cual ocultó a un Fulci al cual no
se le daban muy bien los números. Con los films de Fulci, De Angelis
se hizo millonario, y Fulci no fue retribuido como merecía. Tras
separarse de De Angelis y luego pelearse con Sacchetti, fue
perdiendo a muchos de sus colaboradores habituales, con quienes
habia establecido un armonioso grupo de trabajo. Ya nada volvería a
ser lo mismo.
Manhattan Baby (1982, AKA: Malocchio, Evil Eye) comienza con un
grupo de arqueólogos encabezado por el profesor George Hacker
(Christopher Connelly) quienes, tras evitar diversas trampas
(algunos no lo logran) descubren una tumba secreta. Al hacerlo,
Hacker queda ciego (otra vez el tema de los ojos) y libera una
especie de espíritu maligno que poseerá a su hija a través de un
medallón que recibe de una enigmática mujer. Ya en New York (una
ciudad que fascinaba a Fulci) se suceden misteriosos asesinatos.
Manhattan Baby es una película muy floja, solo salvada por la
música de Fabio Frizzi (aunque en parte es la misma de El Mas Alla),
por la excelente fotografia y por algunos toques acertados de Fulci,
el cual mantiene su destreza en crear cautivantes escenas
sobrenaturales. Lo cierto es que Manhattan Baby está llena de
tópicos y situaciones estúpidas hasta ese momento inhabituales en el
cine de Fulci: idas y venidas aburridas y sin gracia, asesinatos
flojos, poco elaborados y sorprendentemente light y necios
personajes de relleno que hacen bromas y provocan sustos fallidos al
mejor estilo de los peores psycho-killers Made in Usa. Como dijo
Fulci, "Una película terrible"; en la peor de sus acepciones.
En 1983 comenzó una fase errática en la carrera de Fulci,
coincidente con los cambios de la industria italiana de
la cual no se pudo sustraer (como si lo hizo Dario Argento). Ese
año, las imitaciones de Conan el Barbaro y de Mad Max: El Guerrero
de la Carretera (The Road Warrior, 1982) estaban en Italia a la
orden del dia. La Conquista (AKA: Conquest) fue el aporte de Fulci a
la onda Conan. Coproducida con México y España y protagonizada por
la estrella mexicana Jorge Rivero, La Conquista cuenta el
prehistórico (o asi, ya que nunca se aclara) relato acerca de dos
guerreros, Mace e Ilias (Jorge Rivero y Andrea Occhipinti) que se
enfrentan a la malvada bruja Ocron (Sabrina Siani) y a su ejército
de zombies, ogros y hombres lobo.
El peor defecto de La
Conquista es que, al contrario de las peliculas de horror de Fulci,
aquí el bajo presupuesto se nota demasiado, y algunas escenas
lamentablemente caen en el ridículo. El plano en el cual las hordas
de Ocron arrojan una lluvia de flechas sobre los guerreros resulta
irrisorio, ya que no son verdaderas flechas, sino unas ridículas
líneas negras toscamente dibujadas o grabadas en el negativo de la
cinta. Los planos en los cuales Mace dispara una especie de flechas
láser con su arco mágico contra los monstruos de Ocron, es
flojísimo. Realmente hubiera sido mejor evitar esas escenas. Ademas,
el ritmo por momentos decae y la película se vuelve errática y
reiterativa.
Sin embargo... La Conquista es sin duda la mejor imitación
italiana de Conan. La música de Claudio Simonetti es muy efectiva y
la neblinosa y siniestra ambientación creada adrede por Fulci
resulta muy acertada, como lo son las terribles escenas gore de la
película, muchisimo mas violentas de lo habitual en este género: una
pobre chica es destrozada sádicamente por la mitad, decapitada y
devorada por dos hombres lobos que le destrozan el cráneo a un pobre
anciano y masacran a toda una pacífica comunidad que vive en una
cueva (mujeres, niños, no importa quien). Incluso... ¡decapitan al
que parecía ser el héroe de la película! A pesar del bajo
presupuesto, algunos monstruos y zombies estan muy bien realizados.
Como no podía ser de otra manera, Fulci nos regala escenas sádicas
(aquí muy gratuitas) como el sufrimiento de Ilias cuando es
envenenado: en primer plano, vemos como su cuerpo supura por todos
lados un asqueroso líquido amarillento. Por úlltimo, un dato que
confirma el carácter intrincado y personal del cine de Fulci: Ocron,
protagonizada por la hemosa Sabrina Siani, permanece toda la
película completamente desnuda con el rostro cubierto por una
máscara dorada.
¿Por qué Fulci no muestra el bello rostro de una
actriz ciertamente famosa en la época?, ¿era una manera de burlarse
de la actriz y/o del sexo femenino? En la opinión de quien esto
escribe, no es un mero dato casual. Ciertamente, Fulci tenía una
relación compleja con el sexo femenino: en El Mas Allá, obligó a
Cinzia Monreale a usar unas lentes de contacto que le llagaron los
ojos. En Pánico en la Ciudad de los Muertos Vivos, obligó a Catriona
McColl a soportar una lluvia de gusanos vivos sobre su rostro,
estirando el plano de manera sádicamente innecesaria. "Lucio
posiblemente obtuvo algun tipo de placer sádico en esa escena" dijo
McColl años mas tarde. "Era especialmente dificil con sus heroinas"
agregó. Habría que decirle a la actriz que en verdad no la pasó tan
mal, ya que también Fulci obligó a Fabio Testi a permanecer de
manera innecesaria en la nieve durante el rodaje de Cuatro Para el
Apocalipsis y obligó a David Warbeck a dispararle a un extra con
balas de fogueo a muy corta distancia, al cual hirió, debiendo ser
hospitalizado.
Los Guerreros del Año 2072
(I Guerrieri dell’Anno 2072, 1983. AKA: The New Gladiators) fue otra
copia de The Road Warrior (1982) con algunas ideas
originales: en el año 2072, un canal de tv en desesperada busqueda
de ráting, produce una versión moderna del coliseo romano, con
motoristas armados en lugar de carrozas, usando asesinos convictos
para su macabro show. De nuevo, el bajo presupuesto se nota,
especialmente en las maquetas que buscan parecer una Roma futurista.
Por lo menos, cierta trama de suspenso, el agradable casting (Fred
Williamson, Claudio Casinelli, Renato Rossini), la lograda banda
sonora de Riz Ortolani, la buena fotografia y algunas escenas gore
(pocas pero salvajes) en la arena futuista salvan a una película por
momentos muy lenta, no muy lograda, poco inspirada y con un final
olvidable. Un Fulci desganado, que trabajaba para comer, seguía
atrapado en las modas del momento.
En 1984, Fulci filmó Murderock (Murderock-Uccide a Pazzo di
Danza, AKA: Murder Rock-Dancing Death, Giallo a Disco).
Inicialmente, había pensado un interesante giallo acerca de una
mujer que "inventa" la figura de un criminal para vengarse de una
persona que la hirió en el pasado. Sin embargo, el productor Augusto
Caminito le obligó a introducir escenas musicales y una banda sonora
de Keith Emerson, gracias al éxito de Flashdance (1984), lo cual a
Fulci no le hizo ninguna gracia. Entonces, el director debió
ambientar la historia en una academia de baile moderno.
Aun con los agregados impuestos, la película es muy agradable,
aunque sea ignorada y despreciada por los fans mas básicos y simples
de Fulci quienes solo encuentran a los zombies y las escenas hiper
gore como lo único destacable de sus films. En Murderock, tenemos
una trama misteriosa, una gran fotografía que por momentos hace
recordar a los mejores films de Mario Bava, un reparto muy sólido
(Olga Karlatos, Claudio Cassinelli, Ray Lovelock), interesantes
personajes, un ritmo entretenido y asesinatos escabrosos, aunque no
gore. El criminal, hunde lentamente en el pecho de sus víctimas
(todas mujeres, faltaría mas) una especie de punzón ornamentado. La
dirección de Fulci vuelve a ser muy estilizada, regalándonos escenas
oníricas que recuerdan a Una Lagartija con Piel de Mujer. Incluso,
introduce algun acertado chiste de humor negro, junto a escenas
macabras efectivas, como el plano del punzón atravezado sobre un
canario muerto. En resumen, Murderock es una buena película; eso si,
muy lejos de las mejores de Fulci.
En 1985 Fulci no dirigió ninguna película. Su mala salud se lo
impidió, ya que sufrió una hepatitis viral que derivó en una
cirriosis. Además, debió soportar una operación a corazón abierto.
"Mucha gente me dió por muerto" dijo Fulci, y con razón...
Al año siguiente regresó con
un género que nunca había tocado: el thriller erótico; quizás porque
era la época de 9 Semanas y Media. La Miel del Diablo (Il Miele del
Diavolo, 1986. AKA: Dangerous Obsession, The Devil’s Honey) comienza
con la perversa historia de amor de una pareja que vive al límite:
la hermosa Cecilia (Blanca Marsillach) y Gaetano, su novio músico
(Stefano Madia). Luego de un absurdo accidente, Gaetano es
hospitalizado y debe ser operado por el Dr Guido Domenici (Brett
Halsey) quien sufre de impotencia y mantiene una relación traumática
con su mujer Carol (la sexy Corinne Clery). Durante la intervención,
sus problemas no le permiten concentrarse, y el médico opera
torpemente, matando indirectamente a su paciente. Cecilia, lo culpa
por la muerte de su novio y rapta al doctor, sometiéndolo a todo
tipo de humillaciones. Entre ellos nacerá una relación
sadomasoquista de amor-odio.
Si alguien podía hacer que un thriller erótico sea realmente
siniestro y que una escena sexual pueda tornarse terrorífica, ese
era Lucio Fulci. Con La Miel del Diablo pasó lo mismo que con
Murderock. Muchos de sus fans, acostumbrados a sus sangrientos
terrores gore y sádicos, no aceptaron ni aceptan esta película. Una
pena, ya que en La Miel del Diablo Fulci demostró que podía impactar
y herir al espectador sin necesidad de gore explícito. Como el
propio Fulci explicó, La Miel del Diablo "es un film acerca de la
desesperación y la miseria masoquista". Consecuentemente, el
ambiente y los personajes son irremediablemente miserables,
patéticos y masoquistas. La sensual pero triste banda sonora de saxo
acentúa un clima decadente, donde la tragedia (como en casi todos
los film de Fulci) será inevitable. La relación sadomasoquista que
se establece entre Cecilia y el doctor es realmente morbosa y
sórdida. El médico es agredido de todas las maneras imaginables:
golpeado, mordido, casi ahogado, forzado a comer comida de perro y
torturado con cera caliente. Mientras tanto, Cecilia recuerda su
mórbido pasado con su novio muerto, en una serie de flashbacks entre
eróticos y macabros, como la sodomización forzada que ella debe
soportar (finalmente le terminará gustando) o la siniestra escena
erótica en las butacas de un cine veneciano, donde Gaetano obliga a
Cecilia a mantener sexo con el... y con su amigo.
No conforme con hacer un thriller erótico "normal" Fulci agrega
ciertos elementos pseudo sobrenaturales realmente perturbadores.
Cuando se produce la muerte de Gaetano gracias a la mala praxis del
Dr Dominici, Cecilia, en un violento plano, se da cuenta de
su muerte y de la responsabilidad de Gaetano, aunque no estaba en la
sala de operaciones. Hasta ese punto estaba fisica y mentalmente
unida a su novio. El poema que recita Dominici cuando está
encadenado y secuestrado, posee el oscuro simbolismo profético de
las predicciones recitadas en El Mas Alla y en Pánico en la Ciudad
de los Muertos Vivos. El plano final, en el cual Cecilia y Dominici
yace en la cama luego de hacer el amor y el doctor recita el poema,
es especialmente trágico y premonitorio: la cámara recore los
cuerpos desnudos de los amantes, hasta reposar en un revolver. Luego
enfoca una ventana, por la cual se ve un mar teñido de rojo sangre,
gracias a la excelente labor del gran director de fotografia español
Alejandro Ulloa. Sin duda, La Miel del Diablo es un thriller erótico
único.
Con Aenigma (1987) Lucio
Fulci volvió al terror sobrenatural y al gore, con una historia
realmente muy poco original: Kathy (Milijana Zirojevic), el típico
"patito feo" de una escuela femenina, sufre un accidente y queda en
coma durante una excesiva broma armada por sus compañeras. Mientras
yace en un hospital, utiliza sus poderes psíquicos para poseer a
Eva, una nueva y hermosa estudiante (Lara Naszinsky), la cual será
el vehiculo para su sangrienta venganza.
Como se habrán dado cuenta, esta coproducción italo-yugoeslava es
la típica historia de venganza paranormal juvenil al mejor estilo
Carrie (1976). El ritmo de la película es totalmente previsible y
por momentos aburrido, ya que Fulci pierde demasiado tiempo en
conversaciones estudiantiles y en escenas romanticas innecesarias.
La música no es la gran cosa y los actores y personajes cumplen, sin
destacarse demasiado. El típico clima estudiantil adolescente de
intrigas, amorios y cotilleos tan habitual en los psycho killer
norteamericanos, era algo en lo cual Fulci nunca había caido y es
lamentable que ahora lo haga. El ritmo ambiguo pero amenazante de
sus mejores películas, en las cuales cualquier cosa podía suceder y
de la manera mas horrible imaginada, aquí se encuentra apenas
visible.
Afortunadamente, el director todavía conservaba su mano única
para filmar escenas lúgubres y violentas. Los planos que muestran a
la malherida Kathy yaciendo en el hospital mientra rie al visionar
su venganza, son macabramente efectivos, como lo son los
sobrenaturales asesinatos de la película, algunos de ellos nunca
vistos. En un museo, una estatua cobra vida y asesina a una chica
mientras el plano se funde en los ojos de Eva. Otra chica muere
ahogada por un ejército de babosas que se deslizan por su cuerpo
desnudo y por su rostro (una de ellas, especialmente grande, se
introduce en su boca). Otra chica, sufre el efecto "Mas Alla": al
ingresar a su habitación descubre el cuerpo de su novio decapitado.
Al querer huir, una fuerza sobrenatural le impide hacerlo ya que,
igual que en el final de El Mas Alla, por mas que salga de la
habitación siempre termina entrando en la misma. Finalmente, acabará
cayendo por una ventana. Luego, aparece su novio, que no está
muerto, todavía. Al asomarse por la ventana, ve a su novia
muerta, mientras la persiana se baja violentamente y lo decapita. Su
cabeza caerá sobre el cuerpo de su novia. Solo por estos macabros
juegos irreales, Aenigma merece verse.
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Durante años Fulci había planeado hacer una secuela de su gran
éxito Zombi 2, la cual quería filmar en 3D. Cuando en 1988
finalmente lo hizo (aunque aparentemente solo se vió en 3D en
Italia), el resultado fue terriblemente decepcionante.
Filmada en las Filipinas, Zombi 3 comienza con un grupo de
terroristas que atacan una base estadounidense para robar un tubo
que contiene un ultra secreto y poderoso gas creado como arma
bacteriológica. Solo un terrorista logra sobrevivir e intenta huir
con el arma, la cual es alcanzada por una bala de sus perseguidores,
produciendo una fuga del gas que daña al terrorista. Cuando el
ejército lo encuentra muerto, comete el error de quemar el cuerpo.
Sus cenizas contaminarán el aire, produciendo una plaga de aves
asesinas y convirtiendo a la gente en zombies canibales.
La historia de la creación de Zombi 3 es apasionantemente
compleja y confusa, siendo muy posible que nunca sepamos la completa
verdad acerca de lo sucedido.
"Hice la película porque
necesitaba el dinero... entonces y ahora, tengo que comer." Dijo
Fulci con respecto a su motivación de realizar Zombi 3. No es que se
hubiera desinteresado por el género de terror, o no quisiera hacer
una secuela de su célebre película. Lo cierto es que el proyecto fue
mal concebido desde el principio. El presupuesto era terriblemente
bajo, el plan de rodaje bastante corto, varios actores tenían un muy
bajo nivel, y el guión de Claudio Fragasso y su mujer copiaba
vergonzosamente elementos de una serie de películas exitosas del
momento y del pasado (El Regreso de los Muertos Vivientes, Dawn of
the Dead, El Dian de los Muertos). Consciente de estos fallos (sobre
todo del guión, el cual Fulci odiaba) el director aceptó comenzar la
filmación aun sufriendo un delicado estado de salud agravado por el
insoportablemente caluroso clima filipino. La filmación debía
detenerse varias veces hasta que Fulci se recuperara y el
presupuesto, que ya era escaso, fue bajando cada vez mas. Fulci
pidió mas tiempo y dinero, los cuales no le dieron. Entonces,
comenzó a modificar el guión junto a su hija Camilla para poder
cumplir con el plan de rodaje, lo cual fue imposible. Existieron
además otros hechos que demuestran el bajo nivel y poca seriedad del
equipo de producción. "Estaba enfermo por los idiotas de la
producción. El director de producción, todos los dias, al mediodia,
mandaba a todos a casa para poder acostarse con una chica oriental
que recién había conocido. Cuando me quejé, amargamente, ¡la chica
me llamó mentiroso!".
Luego de cinco insoportables semanas, Fulci abandonó la dirección de
la película, siendo remplazado por Bruno Mattei y Claudio Fragasso.
Es casi imposible saber cuantos minutos dirigió cada uno. Fulci
siempre declaró que "Muy, muy poco del producto terminado es mio"
pero también dijo que "En la pantalla pueden verse solo 50 minutos
dirigidos por mi". Fragasso afirma que, junto a Bruno Mattei,
dirigió "escenas integrativas", agregando que, por su parte, también
filmó las escenas con zombies, muertes truculentas, ataques y
militares. Entretanto, sostiene que Fulci rodó el resto del film y
las partes con los actores. Lo cierto es que lo que filmó Fulci no
alcanzaba para completar la pelicula. Entonces, Fragasso eliminó
varios minutos de su trabajo y pegó de manera mas o menos coherente
nuevas escenas filmadas por el y Mattei. Este caótico collage de
escenas se nota claramente en la película: mientras que, por
momentos los zombies se desplazan lentamente mirando hacia el suelo
con los ojos cerrados al mejor estilo Fulci, en otras ocasiones
corren velozmente, pegan trompadas, arañan y portan machetes.
Si bien reconocemos que no se sabe exactamente cuantos minutos y
que escenas filmó cada director, la verdad es que Zombi 3 se parece
mucho a Apocalipsis Canibal (1980, AKA Virus, Hell of the Living
Dead) dirigida por Mattei y Fragasso, y nada a Zombi 2. En toda la
película, practicamente no se ve ni una escena que remita a los
films de zombies de Fulci: no hay planos detalle a los ojos ni a los
rostros, no hay agresiones oculares, no hay elementos sobrenaturales
o míticos, ni hay ni un solo cameo del director, como si solía
haberlo en casi todos sus films de horror. El explotativo argumento
de pseudo ciencia ficción es inhallable en los films de Fulci, como
también las aparatosas escenas de acción y explosiones, bien al
estilo de Mattei.
A pesar de la caótica realización, Zombi 3 consigió ser un film
de zombies realmente divertido y por momentos bastante brutal. Los
FX, si bien demuestran el bajo presupuesto del film, son
acertadamente repulsivos. Claro ejemplo son las dos escenas mas
salvajes de la película: en la primera (reconocida por Fulci como
propia) la cabeza decapitada de un zombie emerge del congelador de
una heladera y, arrojandose sobre la camara, muerde en el cuello a
un muchacho. Luego, un cuerpo sin cabeza ataca a una chica,
desgarrándole la garganta con sus garras. En la otra escena
destacable, la monstruosa garra de un bebe mutante surge del vientre
de su madre embarazada y, en un increíble primer plano, le desgarra
el rostro a una pobre chica. La divertida música de Stefano
Mainetti, la neblinosa y colorida fotografía, las muy bien filmadas
escenas de acción sangrienta y algun detalle curioso (el DJ zombie,
que anuncia la llegada de un armonioso mundo de zombies), hacen que
Zombi 3 sea un festín para los amantes del gore y los zombis. Ahora
bien, si se la compara con las buenas películas de Fulci, sale
perdiendo, y por mucho.
Los Fantasmas de Sodoma (Il
Fantasma di Sodoma, 1988, AKA Sodoma’s Ghosts) fue una de las peores
películas de Fulci, por merito propio. El propio Fulci lo reconoce,
diciendo que es "una muy mala pelicula".
Filmada para la Tv, el film cuenta la historia de un grupo de
adolescentes de vacaciones que, luego de arrivar a un viejo
castillo, son aterrorizados por los fantasmas de unos oficiales
nazis asesinados mediante un bombardeo cuando disfrutaban de una
orgía. El bajo presupuesto televisivo se nota demasiado, pero eso no
es excusa para el ritmo cansino y aburrido, la falta de acción y la
profusión de prescindibles desnudos y vacuos diálogos de relleno.
Fulci dirigió con desgana, quizas extrañando mejores tiempos. Solo
se concentró en elaborar algunas pocas escenas, eso si, muy
logradas: la orgía nazi es acertadamente perversa, como lo es la
aparición del fantasma de un joven oficial nazi que mantiene una
escena de sexo sadomasoquista con una de las adolescentes
protagonistas (los que acusan de misógino a Fulci aqui se harían un
banquete). La escena de la ruleta rusa es bastante tensa y la
vomitiva desintegración de uno de los muchachos está asquerosamente
lograda. Fulci repitió algunas ideas y obsesiones suyas, como cuando
los muchachos quieren huir en coche, pero siempre terminan volviendo
al mismo lugar (¿recuerdan el final de El Mas Alla?).
Lamentablemente, todas esas situaciones acertadas no alcanzan para
que Los Fantasmas de Sodoma emerja de la mediocridad. Inclusive, el
final es el peor de todos lo films de Fulci.
Afortunadamente, Cuando
Alicia Rompió el Espejo (Quando Alice Ruppe lo Specchio, 1988. AKA:
Touch of Death, When Alice Broke the Mirror) a pesar de ser otro
film televisivo, es otra cosa, si bien el nivel de Fulci sigue
siendo bajo en comparación a sus mejores películas. El bajo
presupuesto, otra vez se nota. En esta ocasión, Fulci, contra toda
previsión, decidió hacer algo que nunca había hecho: una negra
comedia gore, sorprendiendo a los espectadores acostumbrados a sus
serios y ominosos terrores. El resultado es un film grotesco, brutal
y, para algunos, de muy mal gusto y profundamente misógino.
Lester Parson (Brett Halsey) es un solitario gigoló que seduce
mujeres de mediana edad (especialmente desagradables) para luego
asesinarlas con el objeto de quedarse con su dinero, el cual nunca
le alcanza ya que un jugador compulsivo. Todo va bien (para el)
hasta que alguien comienza a acosarlo mediante llamadas
telefónicas y dejando pruebas sobre su identidad en la escena de los
crimenes.
El comienzo de la película deja bien en claro el tono de la
misma: en un sótano, Halsey descuartiza con una motosierra a un
muchacha desnuda. Luego, mientras canta alegremente, pica su carne y
se hace un bistec, dándole un pedazo a su gato y tirándole los
restos a sus cerdos. Durante la película, seguirá asesinando de
manera increiblemente grotesca a sus amantes: a una mujer le parte
el craneo y le arranca un ojo a garrotazos (¿un alarde de machismo
prehistorico?). Como increiblemente todavía no esta muerta,
introduce su cráneo dentro de un horno micrioondas y lo cocina
lentamente. Todo visto en progresivos y desagradables primeros
planos. En una escena de siniestro humor negro, Halsey soporta hasta
donde puede a otra amante que le canta una opera. Mientras tolera
sus cacareos, busca parsimoniosamente con que matarla, hasta que se
decide por estrangularla. En otra escena, decide meter el cadáver de
una mujer en el baul del auto. Como no le entra, le quiebra las
piernas con un llave inglesa. Las irónicas caras de circunstancia
que pone Halsey son impagables. No podemos olvidarnos de la
persecución y muerte de un pordiosero que intenta chantajear a
nuestro protagonista. Tras perseguirlo en auto, lo alcanza y lo
atropella, pasándole el auto por encima repetidas veces, hasta
reducirlo a una papilla sangrante.
La buena banda sonora de
Claudio Maria Cordio, las logradas interpretaciones, el buen ritmo,
la retorcida y sádica dirección de Fulci y los grotescos y graciosos
personajes ayudan a que la película sea un entretenimiento salvaje,
por momentos lúgubre, politicamente incorrecto y no apto para todos
los gustos. En 1989, Fulci siguió trabajando para la cada vez mas
omnipresente Tv italiana, (en este caso para Silvio Berlusconi y
Sergio Martino) colaborando con dos películas de la serie "Houses of
Doom" que compartió con Umberto Lenzi, el cual aportó otras dos. De
las dos películas de Fulci, La Dulce Casa de los Horrores (La Dolce
Casa degli Orrori. AKA Sweet House of Horrors) fue realmente
desconcertante y decepcionante. La otra, La Casa del Tiempo (La Casa
nel Tempo. AKA: House of Clocks) fue bastante mejor.
La Dulce Casa de los Horrores comienza de manera realmente
bestial, sobre todo teniendo en cuenta que es un film televisivo.
Una felizmente casada pareja es brutalmente asesinada en su casa por
un delincuente que había ingresado a robar. La peor parte la lleva
(como no) la mujer, a la cual le destrozan el rostro a golpes
haciendole saltar los ojos. La pareja volverá de la muerte como
fantasmas para proteger a sus huérfanos hijos del delincuente que
los asesinó y de otras amenazas humanas.
Lo increible de la película es el ritmo y estilo que adoptó Fulci
para narrarla. Luego del ultraviolento comienzo, la película se
vuelve una especie de cuento de hadas terriblemente insulso al
estilo de una morosa película de Disney, con cursis escenas
lacrimógenas y pasos de comedia slapstick francamente estúpidos.
Entre los interminables y patéticos enredos y situaciones cómicas,
Fulci agrega algún que otro asesinato salvaje, filmado con su
habitual presteza. El contraste de escenas ñoñas con asesinatos
ultragore dan lugar a un pastiche desconcertante, ultrabizarro y
profundamente fallido. Encima, salvo los logrados FX gore, el resto
de los efectos son lamentables, dando lugar a la risa involuntaria.
La Dulce Casa de los Horrores es francamente una película
inexplicable, y una de las peores de toda la filmografia de Fulci.
La Casa del Tiempo es mucho
mejor: tres jovenes delincuentes (dos chicos y una chica) roban y
asesinan a una perversa pareja de ancianos y a su lúgubre jardinero
en una apartada casa llena de relojes antiguos que poseen vida
propia. En esa casa, el tiempo no corre de manera habitual: cuando
lo relojes comiencen a andar hacia atrás, los ancianos y el
jardinero volverán de la muerte y aterrorizarán a los jóvenes.
Decimos perversos ancianos, porque tienen a sus sobrinos muertos y
semiputrefactos escondidos en el sótano.
Como en todas sus películas televisivas, Fulci contó con un
presupuesto bajo que limitó su imaginación y las posibilidades de
hacer un film mas elaborado. Además, algunos defectos claves de la
última etapa del director continuaron repitiendose: personajes
juveniles olvidables, grandes baches en la acción y demasiadas
escenas morosas y dialogos de relleno. Incluso, la película contó
con algun susto muy tópico. Sin embargo, La Casa de los Relojes es
muy superior a Los Fantasmas de Sodoma y a La Dulce Casa de los
Horrores. Aquí, Fulci planteó una historia de horror sobrenatural
muy siniestra y efectiva que, mezclada con un clima irreal que
recordaba por momentos a sus mejores películas y a un humor
negrísimo, terminan configurando un film mas que agradable.
Algunos diálogos de la película demuestran el tórrido humor que
poseía el director: el anciano alimenta tiernamente a un canario.
Luego, subitamente, lo mata golpeándolo con un atizador y se lo tira
a su gato, al tiempo que dice "pobrecito, es la selección natural".
Si bien los personajes juveniles son completamente olvidables, los
dos ancianos (Paolo Paoloni y Betina Milne) y el jardinero al que
siempre le supura un ojo (Pier Luigi Conti, un actor que aparece en
casi todos los films de Fulci), estan macabramente efectivos. Fulci
sacó provecho de cada rincón de la casa, siempre rodeada de ominosas
nieblas. La fotografía de Nino Celeste, llena de contrastantes
verdes, azules y rojos, recordó por momentos el mejor cine de Mario
Bava y la triste y tétrica banda sonora de órgano de Vince Tempera
(verdadero nombre de Fabio Frizzi) es excelente.
El gore y la brutalidad siguen estando presentes, ahora con un
toque de escabroso humor negro y detalles macabros e inexplicables:
los ancianos maquillan a sus sobrinos semiputrefactos quienes tienen
un grueso clavo hundido en el cuello (¿?). La anciana asesina a su
entrometida sirvienta atravezándola con una estaca, hundiéndosela en
el estomago y destripándola. La muerte de los ancianos y del
jardinero es bastante sangrienta (a la mujer le vuelan el estómago
de un escopetazo) y la venganza de los ancianos tampoco se queda
atrás, aunque no llega a los extremos alcnzados por Fulci en sus
films mas extremos. Afortunadamente, el climax y el final es uno de
los mejores de sus últimas películas.
Voces del Mas Alla (Voci dal
Profondo, 1990, AKA: Voices From Beyond) es uno de los films mas
oscuros de toda su filmografía... y eso es decir mucho. Si muchas de
sus anteriores películas pueden ser acusadas de ser demasiado
extrañas y ambiguas, formalmente indefinidas, o de tener
resoluciones enrevesadas e incompensibles (y para muchos,
insatisfactorias), Voces del Mas Alla se lleva el primer premio.
Pareciera que al final de su carrera, Fulci decidió romper los pocos
lazos que lo ataban a una filmografía minimamente comercial,
racional o "esperable", realizando basicamente lo que le pasaba por
la cabeza, siempre dentro de sus limitaciones presupuestarias. Lo
que pudiera pensar un tipo de espectador mas amplio y general
parecía no importarle. Su etapa "exploitation" ya había acabado. Sus
ultimas películas apuntaban a un público limitado, capaz de
disfrutar con films tan singulares como este.
Giorgio Mainardi (Duilio del Prete) es un maduro e irritante
millonario que muere por una hemorragia estomacal luego de una
agonía espantosa (graficamente mostrada). Su allegados (esposa,
amante, madrasta, hermanastro) parecen realmente felices con su
muerte, salvo su paralítico padre y su apesadumbrada hija Rosy
(Karina Huff) la cual se hallaba distanciada de el. El fantasma de
Giorgio, vuelve del mas alla con la convicción de haber sido
asesinado. Entonces, entra en contacto con su hija para que lo ayude
a hallar la verdad. La película se basó en un relato de Fulci
publicado en la Gazzeta de Firenze.
Una vez mas, el film fue una sucesión de escenas fascinantes y
macabras, antes que una película lineal y cohrente. Para
disfrutarla, el espectador debe dejarse llevar por la lánguida
inacción de la película y gozar con su sucesión de imágenes
oníricas. Ahora bien, si busca el ritmo habitual de un film de
horror con su típico enfrentamiento bien vs mal, o si espera que las
situaciones se resuelvan de un modo mínimamente esperable o lógico,
estará perdido. La coherencia del cine de Fulci es una coherencia
interna, propia de su particular cine, que puede llegar a
descifrarse si uno ha visto todas sus películas... y a veces, ni
asi. Lo cierto es que el director parecía obsesionado con la idea de
un mas allá posible, la vida después de la muerte, y la
desintegración material del cuerpo.
La atmósfera de Voces del Mas Alla, es una de las mas logradas
por el director, acompañada por una gran fotografia numinosa y una
genial banda sonora de órgano de Stelvio Cipriani que remite por
momentos a una canción de cuna siniestra. El clima es totalmente
onírico, sobretodo debido a que el fantasma de Giorgio, de hecho,
no asesina a nadie, sino que aparece en los sueños de sus
victimarios, generándoles horripilantes pesadillas. He aquí la gran
decepción para muchos fans: el hecho de que, en verdad, nadie muera
en la película (salvo Giorgio) resulta desconcertante y poco
satisfactorio como lo fue para muchos el final: cuando Rosy descubre
la verdad (casi toda su familia asesinó sadicamente a Giorgio,
puesto que los había desheredado, dejándole todo a ella) se le
espeta a la madrastra de Giorgio y se retira de la casa, dejándole
todo a su odiada familia. Pero antes, lanza una profecía siniestra
"Giorgio estará por siempre en sus mentes, pesadillas y temores" y
se va de la casa. Tras una visita final a la tumba de su padre,
ambos se rien a carcajadas, y los siguientes planos demuestran que
Rosy quizas se haya vuelto loca. Este sombrío final, carente de
acción o de la esperable venganza sobrenatural del fantasma, causó y
causa desconcierto en muchos espectadores, que terminaron
desestimando la película.
La sucesión de escenas pesadillescas son altamente surrealistas y
efectivamente macabras: Mario, el hijo de su madrastra queda
encerrado en una lúgubre cripta de la cual, por mas que lo intenta,
no puede salir (como en El Mas Alla). En una especie de autohomenaje
o de guiño a sus fans, los muertos salen de sus tumbas y atacan a
Mario. A su amante, Giorgio la acosa en un onírico restaurante,
sirviéndole un plato de ojos fritos, los cuales revienta con
el tenedor. Luego, su espectro se pudre ante su horrorizada vista.
Su mujer sueña que, mientras hace el amor con Giorgio, son
interrumpidos por los gritos molestos de su pequeño hijo, al cual
Giorgio apuñala salvajemente. Estas escenas, como toda la película,
poseen un fuerte encanto perverso pocas veces visto.
El motivo por el cual Rosy debe apurarse a hallar a los asesinos
es realmente original: su padre podrá contactarse con ella mientras
lo recuerde y mientras su cuerpo se conserve de manera similar al
recuerdo de su hija. Entonces, a medida que su cuerpo se pudre, el
fantasma de Giorgio pierde su fuerza y la capacidad de contactarse
con su hija. Extraños lazos establece Fulci entre cuerpo y espíritu.
Finalmente, el premio a lo macabro lo obtienen los distintos planos
en los que vemos como el cuerpo se descompone lenta y
progresivamente dentro del ataúd. No apto para estómagos sensibles.
Voces del Mas Alla fue una de las películas mas queridas y
personales de Fulci. Prueba de ello es que al final aparezca su
firma, junto con una dedicatoria a "mis pocos amigos de verdad, como
Clive Barker y Claudio Carabba".
Demonia (1990) significó el
regreso a un cine de terror "mas normal" (siempre dentro de los
parametros de normalidad de Fulci). La película comienza en Sicilia,
siglo XVI, con una turba furiosa crucificando y emparedando a cinco
monjas acusadas de herejía. Ya en el presente, los diabólicos
espíritus de las monjas son liberados accidentalmente por una
expedición arqueológica y poseen a Liza (Meg Register).
desencadenando una masacre en el pueblo.
Demonia parece una puesta al dia de varios elementos de los
mejores films sobrenaturales de Fulci: la atmósfera onírica y la
crucifición inicial parecen sacados de El Mas Alla. La sesión de
espiritismo siguiente, es muy similar a la de Pánico en la Ciudad de
los Muertos Vivos. De hecho, el regreso de los obsesivos planos
detalle de ojos y rostros y el festival ultragore sádico
consiguiente (en el que no faltan ataques a los ojos ni violencia
producto de animales enloquecidos) parecen hacernos retroceder diez
años atrás. Las escenas mas savajes son la muerte de una médium por
parte de una horda de gatos salvajes, que le arrancan los ojos de
manera bestial; la muerte de un pueblerino, al cual le atraviezan la
lengua con unn picahielos; y el tortuoso asesinato de un hombre,
destrozado por la mitad en frente de su hijo. Sin ser gore, el
flashback en el cual una monja arroja un bebe vivo al fuego, es muy
logrado.
Un detalle: si miran cuidadosamente, cuando Liza baja a las
ruinas en donde fueron emparedadas las monjas, en las paredes pueden
verse inscripciones lovecraftianas tales como "Cthulhu" o
"Azathoth".
A pesar de ser una buena película, por momentos Demonia solo
parece un desdibujado intento de Fulci por recuperar la grandeza de
sus films pasados. Si bien la música y los FX estan conseguidos, son
muy inferiores a los su mejor época. Los actores cumplen bien su rol
(sobretodo Meg Register, Brett Halsey y Franco Diogene) pero,
lamentablemente, la película cuenta (como en gran parte de los
últimos films de Fulci) con varios baches rítmicos y diálogos y
personajes intrascendentes. Incluso, el final es demasiado abrupto,
causando una gran decepción. Fulci hace su cameo mas largo hasta el
momento, como inspector de policía.
Un Gato en el Cerebro (Un
Gatto nell Cervello, 1990. AKA: A Cat in the Brain, Nightmare
Concert) generó criticas totalmente enfrentadas entre los fans. Para
algunos, era un clásico instántaneo, una obra maestra y la película
mas gore de Fulci. Para otros, era una película patética. Veamos de
que se trata la historia. Un director de cine de terror (el propio
Lucio Fulci) sufre constantes y horripilantes alucinaciones, cuyo
origen son las sangrientas películas que dirigió durante su carrera.
Para volver a la cordura, recurre a un psiquiatra (David Thompson),
el cual resulta ser un asesino serial que lo manipulará para sus
propios fines.
La causa de la polémica son la mayoría de las escenas gore de la
película, las cuales ocupan por lo menos la mitad del metraje. Casi
todas ellas, fueron recicladas de dos films anteriores de Fulci (Los
Fantasmas de Sodoma y Cuando Alicia Rompió el Espejo) y de una serie
de films ultraviolentos que Fulci solo presentó y ocasionalmente
supervisó: No Torturen a los Niños, de Giovanni Simonelli; Masacre,
de Andrea Bianchi; Fuga de la Muerte, de Enzo Millioni, Psicópata
Sangriento; de Leandro Luchetti; y No Tengan Miedo de la Tia Marta,
de Mario Bianchi. Las personas que habían visto esos films (los
cuales son muy poco conocidos y difíciles de conseguir) se sintieron
decepcionadas y estafadas al ver una película en la que por lo menos
la mitad del metraje era "repetido". Los fans que no vieron esas
películas, se alegraron por disfrutar de una catarata interminable
de escenas aberrantes, pensando que el metraje era nuevo. Incluso
hay quienes que, a pesar de saber el origen de esas escenas, se
encuentran encantados de ver a su idolo como protagonista, llendo de
aquí para alla y reflexionando de manera ingeniosa sobre su carrera
y sobre el cine de terror.
Un Gato en el Cerebro resulta solo disfrutable para los mas
acérrimos fans de Fulci y para los amantes del gore ultraexplícito.
La interminable sucesión de escenas sangrientas, (decapitaciones,
descuartizamientos, acuchillamientos, destripamientos) es realmente
impresionante y, para muchos, mareante. La actuación de Fulci es
bastante graciosa como lo es la del psicólogo; la música de Fabio
Frizzi es muy lograda, y el comienzo y el final son gloriosos: en la
primer escena, vemos un plano picado de la espalda de Fulci,
mientras escribe un sangriento guión en su escritorio. La cámara
desciende a su cráneo y pasamos a una vista del interior del cráneo
de Fulci, en donde un gato diabólico destroza y devora su cerebro.
Al final, Fulci navega junto a una bella muchacha a bordo de un bote
llamado Perversion. Ambos, bajan al camerino. La cámara se queda
fuera, mientras se oyen gritos de horror y el sonido de una
motosierra. Luego, Fulci vuelve del cuarto, portando partes
descuartizadas de la chica, las cuales utiliza para pescar.
Subitamente, una voz grita "¡Corten!. Estuvo bien. Gracias, Fulci".
El plano se abre, mostrando a otro director y a su equipo. Un
original final que remite a una película-dentro-de-otra-película.
Este final autorreferencial fue cortado inexplicablemente en la
versión italiana, por lo cual muchos de sus fans no saben como en
verdad termina la película.
El Gato en el Cerebro es un film imprescindible para los fans de
Fulci, pero francamente podría haber sido mucho mejor. El hecho de
utilizar tantas escenas de otras películas es decepcionante y muy
criticable. La Puerta del Silencio (1991) fue su última película y,
desgraciadamente, la peor.
Melvin Deveraux (John Savage)
es un exitoso hombre de negocios que queda atrapado en un
embotellamiento causado por una procesión funebre. Pronto, se verá
perturbado por las misteriosas apariciones de un bella mujer negra y
por un coche funebre que lo perseguirá sin tregua.
Basado en un relato de Fulci, La Puerta del Silencio fue un
completo bodrio y un terrible fracaso en taquilla. La película
parece un relato al estilo de La Dimension Desconocida, estirado
hasta el hartazgo. El propio Fulci lo sabía antes de hacerla, y le
dijo a su productor Joe D’Amato que sería un fracaso y que no valía
la pena hacerla. Pero a D’Amato le gustaba la historia y decidió
filmarla. El rodaje en Louisiana fue muy complejo: el presupuesto
era bajo (aunque el mas alto con el que contó Fulci en mucho
tiempo), el equipo técnico no funcionaba, el plan de rodaje era
corto, el clima era continuamente lluvioso y Fulci discutía todo el
tiempo con Savage. En la postproducción, D’Amato cambió la banda
sonora de Free-Jazz que tanto amaba Fulci y la sustituyó por otra
mucho mas clásica, la cual Fulci odió. Incluso, D’Amato cambió el
nombre del director por el de "H. Simon Kittay" por sugerencia de
una mujer de la producción, que creía que, en ese momento, Fulci no
estaba de moda.
La Puerta del Silencio no parece en absoluto una película de
Fulci y ni siquiera parece italiana. Dada la gran cantidad de
pseudónimos en los títulos de crédito, puede pasar tranquilamente
por norteamericana o inglesa. Ninguna de las "marcas de fábrica" de
Fulci pueden verse en la película: ni los planos detalle a ojos y
rostros, ni el barroco clima sobrenatural, ni las brutales y sádicas
escenas gore, ni la encantadora música habitual, ni la elaborada
fotografía. El ritmo y las situaciones del film son realmente
insoportables. La Puerta del Silencio fue un triste final para la
carrera de Fulci, que merecía una mejor despedida.
En 1993, Fulci sufríó un accidente cuando filmaba una pelicula
para una compañía japonesa: su pie fue aplastado por un bote. Debido
al accidente permaneció 3 años sin trabajar, 2 de ellos postrado en
una silla de ruedas. Su diabetes crónica tampoco lo ayudaba.
A pesar de no poder trabajar, comenzó a ser reconocido en sus
primeras convenciones en Roma y luego por toda Europa. Su trabajo se
redescubrió y reeditó, y sus fans (principalmente jóvenes)
comenzaron a multiplicarse, como asi también los elogios de la
critica, tanto especializada en el genero de terror como no. La
prensa europea llamó a Fulci "Poeta de la Muerte", recibió un
homenaje en el festival de Sitges, Fangoria lo premió en una
memorable convención, apodandolo "Padrino del Gore" y la prestigiosa
publicación "Cahiers Du Cinema" vió en sus delirios splatter, "una
precisa y marcada gramática, capaz de delinear un personalisimo
lenguaje cinematográfico". Fulci diría que es "el único director
redescubierto en vida" y reflexionó amargamente sobre su vida: "los
críticos llamaron a mi arte, mierda. Ahora, llaman a mi mierda,
arte", reconociendo que hay pocos films en los cuales pudo plasmar
lo que quería, debido a los bajísimos presupuestos con los que contó
por parte de una industria solo interesada en hacer dinero y poco
procupada por la calidad del film o las motivaciones del director.
Numerosas entrevistas y estudios sobre su obra aclararon y aclaran
puntos oscuros de su vida y sus peliculas, demostrando además la
enorme cultura de su director.
En 1996, parecía que venía
su regreso. Bajo la producción de Dario Argento (ahora reconciliado
con el) Fulci dirigiría La Mascara de Cera (La Maschera Di Cera,
AKA: The Wax Mask), una película con la cual estaba muy interesado y
que lo relanzaría en todo en mundo. Sin embargo, falleció el 13 de
marzo de 1996 debido a un fallo en el corazón causado por su
diabetes crónica mientras dormía. Oscuros rumores nunca comprobados,
dicen que Fulci inexplicablemente olvidó tomar su dosis de insulina
cuando fue a acostarse. Debido a esto, algunos creen que se suicidó,
debido a problemas surgidos en la producción de La Mascara de Cera
(terminada por el creador de FX Sergio Stivaletti). En 1998, su gran
admirador Quentin Tarantino (que afirma haber visto El Destripador
de New York 30 veces), a traves de su compañía cinematográfica
Rolling Thunder Pictures, reestrenó exitosamente en sesiones de
medianoche la versión integra de El Mas Alla.
Guste o no, el cine de Lucio Fulci es único e inimitable. Una
revisión y estudio profundo de sus películas revela que, a pesar de
haberse visto envuelto en una industria descaradamente comercial,
Fulci le imprimió a sus películas un inimitable estilo propio
perfectamente discernible. Ver un buen film de Lucio Fulci, es una
experiencia única. Con altibajos, creó un cine politicamente
incorrecto y apasionado, lejos de los cánones al cual el cine de
horror nos tiene acostumbrados. Cada plano de sus mejores films, son
un verdadero escape al mas alla, verdaderos trozos de irrealidad.
Lucio Fulci creó terror puro, y eso no tiene precio.
Cerramos este ensayo con unas palabras suyas: "El cine es todo
para mi. Me he dedicado a hacer películas. ¡Incluso las he
devorado!." "Filmar es todo lo que he hecho. ¡Yo vivo en mis
películas!."
JAVIER
DE LUCAS
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