El vocablo inglés "gore" significa en español "sangre". De ningún modo se puede definir mejor este género, en el que lo importante es mostrar el mayor número de mutilaciones, tripas y litros de sangre. Por supuesto, no siempre se limita a esto, y si bien muchas películas muestran la sangre como único reclamo, otras han usado el gore como vehículo de expresión artística, de crítica social, de elemento terrorífico, o incluso como elemento principal de las más hilarantes comedias.
Para entender como se origina el
gore, debemos remontarnos a mediados de los años 40 en los
EEUU. Las grandes compañías cinematográficas habían formado lo
que se conoce como el "Studio System", con el que controlaban
todos los aspectos relacionados con el cine: producción,
distribución y exhibición. Ni que decir tiene que sin la
existencia del mercado del vídeo o la televisión por cable, no
había sitio para ninguna producción independiente. En 1949, la
Corte Suprema declara que los estudios están realizando
prácticas monopólicas con este sistema, y les fuerza a
renunciar al control de los cines.
La pareja productor/director formada por David F. Friedman y Herschell Gordon Lewis lo encuentra en la sangre: crean Blood Feast en 1963, iniciando todo un género. Tras el éxito, la pareja no tarda en repetir la experiencia con 2000 Maníacos (1964) o Color Me Blood Red (1965).
Por supuesto, al igual que en los nudies, muchos otros se subieron al carro, entre los que destacan Andy Milligan -The Ghastly Ones (1968), Bloodthirsty Butchers (1970)- o Ted V. Mikels -the Astro Zombies (1967), the Corpse Grinders (1972)-.
También al igual que los nudies, el gore
(o splatter, como se prefiera) se agota, consumido por la
saturación de títulos. Es el momento de una nueva generación,
que toma el gore no como un fin sino como un medio, una
herramienta que sirva al objetivo de sus films, ya sea el
terror, la parodia o la crítica. Tal es el caso de George
A. Romero y su film de 1968 la Noche de los Muertos
Vivientes (donde el gore tiene una presencia más
implícita), John Waters -Multiple Maniacs
(1970); Cosa de Hembras (1974)-, o Tobe Hooper,
quien firma en 1974 la Matanza de Texas. Otros incluían
el gore dentro de sus mundos de ficción, como Russ
Meyer en Supervixens.
Tanto la Noche de los Muertos Vivientes como la Matanza de Texas suponen un giro radical del cine gore. En principio, su éxito supone el inicio de la atención de las grandes compañías sobre el género, comenzando un proceso de absorción y uso de la sangre en las grandes producciones (El primer gran ejemplo había sido la Hammer Films, en cuyos films vampíricos la sangre tenía su papel terrorífico y erótico a la vez). Por otro lado, la atmósfera malsana, cruda, inquietante y asfixiante demuestra que el gore no tiene forzosamente que ser explícito, como había sido hasta el momento (Ni la Noche... ni la Matanza... abusan en ningún momento de la sangre). En tercer lugar, el género comienza a mostrar el desencanto de esa nueva generación con la sociedad en la que viven, y/o la parte más oscura de ésta.
La veda del "gore de autor" la abre Andy Warhol (y su colaborador Morrisey) con las inclasificables Sangre para Drácula y Carne para Frankenstein, ambas de 1973. Mientras, al calor de la sangre, otros directores iban surgiendo, como Wes Craven con la Última Casa a la Izquierda (1972); Abel Ferrara en el Asesino del Taladro (1979) o David Cronenberg con Vinieron de Dentro de... (1974); o empezaban a incluir la sangre de manera progresiva en sus trabajos, como el genial Dario Argento en Suspiria (1976).
Mientras en España el
gore comenzaba a verse en mayor o menor medida en algunos
films de la mano de Paul Naschy, Jesús Franco, Juan Piquer
Simón o Jorge Grau, en EEUU el género comenzaba a
entrar en las grandes producciones. El Exorcista (1973)
abre un camino que seguiría, por ejemplo, la Profecía
(1976). Pero no es hasta el inicio de la nueva década hasta
que el éxito de películas como la Noche de Halloween
(1978), Zombie (1978) o Viernes 13 (1980) cuando
las grandes productoras aceptan el género como otra forma más
de ganar dinero.
Muchas de las películas que se filmaron estaban firmadas por gente que había empezado en el género de forma independiente, como es el caso de Wes Craven, que con Pesadilla en Elm Street (1984) impulsa además una nueva corriente dentro del género, mezclando la sangre, el terror y el humor negro. Antes de Pesadilla..., otros films de serie B habían realizado esa mezcla, entre los que destacan las producciones de la compañía independiente de más éxito, la Troma Films, pero nunca con el éxito del film de Craven, a excepción de Posesión Infernal (1982) de Sam Raimi, que tiene merecidamente un lugar de honor dentro de la historia del género. Pero no podemos avanzar sin antes hacer mención de dos grandes ramas del gore que tuvieron gran importancia a principios de los 80, e íntimamente relacionadas. Son el género mondo y el gore italiano.
El
mondo nace como documental truculento, mostrando crímenes de
guerra, autopsias y cosas similares en Este Perro Mundo
(1961). Cuando, a finales de los 70, la sangre artificial está
ya instaurada dentro del cine, se da el siguiente paso: sangre
real y muertes verídicas. El mondo resurge, pero esta vez los
documentos son en su mayoría recreaciones en un estudio, para
comercializarlos como reales, o simplemente buscar una
simulación lo más real posible. Los títulos más destacados
fueron Snuff (1974) de Michael y Roberta
Findlay, y ¡Mundo Caníbal, Mundo Salvaje! (1976) u
Holocausto Caníbal (1979), ambas de Ruggero
Deodato. En Italia este género fue prolífico, y supuso la
antesala de otra serie de títulos que buscaban explotar el
éxito de las producciones norteamericanas, con imitaciones de
bajo coste y alto contenido sangriento. Los muertos vivientes
fueron el tema estrella, y Lucio Fulci, Lamberto Bava o
Bruno Mattei los directores más representativos junto a
Dario Argento, si bien los films de éste disten en
calidad y temática de los anteriores, y cuyos peores films son
los que hizo como productor de algún otro director
italiano.
Volviendo a
EEUU, hablábamos del éxito de films como Pesadilla en Elm
Street o Posesión Infernal. Ambos son
representativos de dos fenómenos que marcan el género en
siguientes años. Pesadilla... marca las grandes
producciones y/o las interminables sagas, de las que son
buenos ejemplos respectivamente Noche de Miedo (1985) o
las continuaciones de la propia Pesadilla..., de
Halloween o de Viernes 13. Posesión
Infernal hace lo propio con el triunfo de la imaginación
de las producciones independientes sobre los grandes
presupuestos. Llegan así films emblemáticos como el
Vengador Tóxico (1983) y sus secuelas, dirigidas por
Lloyd Kauffman y que representan la amplia producción
gore de la Troma Films (dirigida por el propio
Lloyd) desde entonces. Otros largometrajes a destacar
son el debut del escritor Clive Barker como realizador
con Hellraiser (1987) o ¿Donde te Escondes
Hermano? (1981) de Frank Henenlotter.
Dos
parejas, las formadas por Larry Cohen y Wiliam
Lustig y la ya mítica Brian Yuzna junto a Stuart
Gordon ofrecen también algunos de los mejores títulos
desde el mercado independiente. Los primeros crearon la saga
Maniac Cop en 1988, y por separado son autores de
¡Estoy Vivo! (1974) y Maniac (1981). A los
segundos les debemos títulos emblemáticos como
Re-Animator (1985), su secuela la Novia de
Re-Animator (1990) o Re-Sonator (1986). Además
Yuzna se hizo cargo de la tercera parte de el
Regreso de los Muertos Vivientes (1985) (a la que había
seguido la Divertida Noche de los Zombies en 1988,
ambas dos comedias divertidísimas que se ríen de la sangre y
de sí mismas), dando un giro radical a la temática de la
serie. Otros talentos del gore que surgieron en esos años
fueron Peter Jackson -Mal Gusto (1987);
Braindead (1992)- o Sam Raimi, que con
Terroríficamente Muertos (1987) y el Ejército de las
Tinieblas (1992) confirma su comunión con los fans sellada
en Posesión Infernal.
En los últimos años, el ultra gore alemán capitaneado por Andreas Schnaas -Violent Shit (1989)- y Christoph Schlingensief -the German Chainsaw Massacre (1990)- fue una moda efímera, y en la que no se puede incluir a Jörg Buttgereit -Nekromantik (1987); Schramm (1994)- más preocupado de la belleza de lo muerto, de lo oscuro del alma humana que en mostrar mutilaciones por doquier como sus paisanos. El cine oriental también ha comenzado a dejarse notar. Su mejor muestra es Tetsuo (1989) de Shinya Tsukamoro.
En España, Acción Mutante (1992) abrió el camino a directores independientes, que suelen mezclar el humor y la sangre a partes iguales en cortos o películas independientes. Destaca, junto a los últimos trabajos del incombustible Jesús Franco, el film de Antonio Blanco y Ricardo Llovo La Matanza Caníbal de los Garrulos Lisérgicos.
En EEUU, el gore está ya totalmente instaurado. Quentin Tarantino -Reservoir Dogs (1991); Pulp Fiction (1993)- no es solo uno de los directores más reconocidos, sino que se permite apoyar a otros directores amantes del gore como Robert Rodríguez. Y hasta directores como Kenneth Brannagh o Steven Spielberg hacen uso (y abuso) del gore en films como Frankenstein, de Mary Shelley (1994) o Salvad al Soldado Ryan (1998). Mientras, el cine independiente de terror hace uso de él en muchos de sus títulos. En algunas ocasiones para dar pie a interesantes creaciones. En otras, como reclamo para los fans, de la misma forma que cuando Lewis y Friedman revolucionaron casi sin quererlo el cine de terror.
Cuando se habla de extrava-gore-gancias, ciertamente el cine europeo puede darse por satisfecho. Hasta el día de hoy, con filmes extremos como MAN BITES DOG, el amplio campo del cine trash europeo es el lugar apropiado para examinar las diversas experiencias fílmicas.
El cine de terror europeo es probablemente el género que ha tenido mayor atención de los diversos organismos censores a lo largo de los años. En Inglaterra cineastas como Dario Argento, Lucio Fulci, Umberto Lenzi, entre otros, han sido (y hasta el día de hoy lo son) usualmente prohibidos.
En los años 80 hubo en Suecia un caso similar de "pánico moral", cuando los censores prohibieron el filme THE TEXAS CHAINSAW MASSACRE de Tobe Hooper, al igual que ZOMBIE FLESH EATERS, EATEN ALIVE y CITY OF THE LIVING DEAD, por nombrar algunos. Quizás gracias a este empeño en sacarlas del mercado, estas películas y sus realizadores han cosechado filas de fieles seguidores alrededor del mundo. No digamos que el mundo necesita más censura, sino que sin ella, habría una cantidad mucho menor de aficionados al Terror y Gore Europeos. Y sería una pena, especialmente en detrimento de las varias buenas películas que se han visto en los últimos años.
En cierto modo, fue el expresionismo alemán que fundó el género, sin embargo no surgió con fuerza hasta la llegada del Giallo italiano, en los años '60, que posteriormente culminaron en las orgías de gore y canibalismo de fines de los 70 y principios de los 80. Los precursores fueron italianos: Mario Bava, Dario Argento y Lucio Fulci, además de otros realizadores, como el francés Jean Rollin, y los españoles Amando de Ossorio y Jorge Grau. El Gore europeo ha continuado influenciando a cineastas del resto del mundo, como Brian De Palma, Guillermo Del Toro, Quentin Tarantino, Richard Stanley, Robert Rodríguez y otros.
1920
Expresionismo Alemán: Primeros hitos del géneroc, on DAS KABINET DES DR. CALIGARI (El Gabinete del Dr. Caligari-1919) de Robert Wiene, y NOSFERATU (1922) de F.W. Murnau.
Por un largo período no hubo desarrollo verdadero del género terrorífico en Europa, muchos de los cineastas europeos, tales como el cameraman Karl Freund, marcharon a Estados Unidos, donde iniciaron el terror Made in Hollywood.
1950
La década de los años 50 vio el nacimiento del cine de terror italiano, con las películas de Riccardo Freda, quien venía del cine histórico-épico y realizó THE VAMPIRES (1957). El cameraman y asistente de Freda, no era otro que Mario Bava, quien pronto dirigiría su primer filme de terror, LA MASCHERA DEL DEMONIO / BLACK SUNDAY (La Máscara del Demonio-1961) y el primer giallo, LA RAGAZZA CHE SAPEVA TROPPO / THE GIRL WHO KNEW TOO MUCH (La Muchacha que Sabía Demasiado-1963). Durante los últimos años 50 el cine alemán inició la producción de los "Krimis", o películas basadas en el escritor de pulps Edgar Wallace.
Estos filmes, dirigidos usualmente por Alfred Vohrer o Harald Reinl, constituyeron una importante influencia en el desarrollo subsecuente del cine de terror italiano, con la filmografía de Bava, Argento y también Umberto Lenzi, quien realizó una adaptación de Wallace, titulada SETTE ORCHIDEE MACCHIATE DI ROSSO / THE PUZZLE OF THE SILVER HALFMOONS (1972).
1960
Eclipsado por el boom del Spaghetti Western, el Giallo italiano comenzó a desarrollarse a mediados de los 60, con el estreno de SEI DONNE PER L'ASSASSINO / BLOOD AND BLACK LACE (Seis Mujeres Para el Asesino-1964), también dirigida por Bava. En 1969, con L' UCCELLO DALLE PLUME DI CRISTALLO / THE BIRD WITH THE CRYSTAL PLUMAGE (El Pájaro de las Plumas de Cristal), debut directorial de Dario Argento, quedó abierta la puerta para una dosis más alta de violencia y efectos de horror. También es de notar el boom de las películas Mondo, iniciado con MONDO CANE (1963) y MONDO CANE II (1964) dirigidas por Jacopeti y Prosperi.
El cine Mondo se convirtió en un género aparte, con su mezcla insólita de ficción y documental, siempre desbordantes de bizarrismo, violencia y hechos sorprendentes de otros lugares del mundo. Estas películas también fueron responsables por el aumento de la tolerancia a la violencia en el cine.
1970
Los años 70 son testigos del estreno de las más influenciales películas de terror jamás vistas. Algunas de ellas son europeas, como la serie de Argento sobre temas sobrenaturales, tales como SUSPIRIA (1977). Esta también es la década de la película inspirada en los zombies de George Romero, ZOMBIE 2 / ZOMBIE FLESH EATERS (1979), de LucioFulci, que marca el nacimiento del cine italiano de zombies.
Anteriormente Umberto Lenzi había realizado MAN FROM DEEP RIVER (1974) primera película del ciclo italiano de caníbales. A fines de la década, Ruggero Deodato, en respuesta a las películas Mondo, continúa su tradición con ULTIMO MONDO CANNIBALE / THE LAST SURVIVOR (Mondo Caníbal, Mondo Salvaje-1977) y la célebre y cruel CANNIBAL HOLOCAUST (Holocausto Caníbal-1978), indudablemente una de las películas con escenas más fuertes jamás filmadas. Los 70 también fueron los años de esplendor del Giallo italiano.
1980
Lamentablemente esta década vio el paulatino ocaso de los días gloriosos del terror europeo. Fulci filma tres películas interesantes, QUELLA VILLA ACCANTO AL CIMITERO / HOUSE BY THE CEMETERY (Aquella Casa al Lado del Cementerio-1981), ... E TU VIVRAI NEL TERRORE! L'ALDILA / THE BEYOND (El Más Allá-1981) y PAURA NELLA CITTÀ DEI MORTI VIVANTI / GATES OF HELL (Miedo en la Ciudad de los Muertos Vivientes-1980). Lenzi continuó con el tema de los caníbales en CANNIBAL FEROX (Caníbal Feroz-1981), sobrepasando a la película de Deodato con escenas explícitas de indudable crudeza.
Aunque puede admitirse que estas películas sustituyeron gore por suspense, fueron mucho más atmosféricas que la mayoría de las películas de la década, de Vanzina, D'Amato y otros. Sin embargo, algunos nombres ilustres rescatables son los de Argento, Lamberto Bava (hijo de Mario) y Pupi Avati.
1990
Hoy en día, hay algunos directores europeos especializados en terror, pero son usualmente marginados de las audiencias "mainstream", debido a la disminución del interés en el horror. Otra razón sustancial de la merma en películas de terror europeo es también el decrecimiento de la asistencia al cine, especialmente cuando se proyectan películas no hollywoodenses. Los maestros europeos Jesús Franco, Jean Rollin, Dario Argento y Michele Soavi aún están vivos. Estos dos últimos son, con toda probabilidad, aquellos con más atractivo comercial, y sus respectivos últimos filmes han sido gozado de buena distribución, lo que implica una gran espectativa para una posible renovación en el Terror europeo.
JAVIER
DE LUCAS