En la sala de emergencias de un hospital, un médico se inclina sobre un niño inconsciente, cuya respiración es rápida y superficial, si bien su pulso es violento. Sus padres sólo saben que se tragó "unas píldoras". Se le hace un lavado de estómago y se ordena una prueba sanguínea, que confirma lo que se sospechaba: que sufre salicilismo agudo, debido a que tomó aspirinas, una de las drogas más útiles de la Ciencia, que es también una de las principales causas del envenenamiento en los niños.

                En la espesura de la selva amazónica, un cazador jíbaro carga en silencio su cerbatana con un dardo cuya afilada punta está cubierta con una resina pardusca. Apunta el largo tubo de 5 metros a un mono que se encuentra a 10 metros: con un leve soplido envía su pequeño proyectil. El mono salta al recibir el dardo, parlotea un momento, se tambalea y cae. En menos de 5 minutos deja de respirar. La resina pardusca que mató al mono es el curare, una de las sustancias naturales más tóxicas; purificada es un valioso auxiliar de la cirugía: inyectando en dosis minúsculas, relaja los músculos del abdomen para que el cirujano pueda operar sin miedo de espasmos musculares.

                Estas dos anécdotas resumen lo que probablemente es el hecho más fundamental sobre las drogas: todas las drogas son venenos y todos los venenos son drogas. Por ello no es de extrañar que la palabra pharmakon, de la que se derivan palabras como "farmacia", "farmacopea", etc. significara originalmente tanto una bebida curativa como una mortal.

                En general, una droga es toda sustancia que pueda producir una alteración en la función o la estructura del tejido vivo. (Una bala que se incrusta en el cuerpo altera, incuestionablemente, su funcionamiento, pero su efecto es mecánico más que químico, por lo cual no puede clasificarse como una droga.) La palabra "drogas" implica sustancias medicinales, o sea aquellas que, administradas en dosis reguladas, producen cambios deseables en el cuerpo humano, contraatacando la enfermedad o aliviando el dolor. Gracias a algunos medicamentos, casi se han desterrado ciertas enfermedades y se han aliviado los efectos de otras. Se puede acelerar un corazón o frenar uno acelerado, subir o bajar la tensión sanguínea, regulas la secreción de los riñones y, en general, realizar docenas de tareas benéficas.

                Las drogas pueden alterar el funcionamiento del sistema nervioso: los anestésicos borran el dolor del bisturí del cirujano; los tranquilizantes calman las angustias de los neuróticos y psicóticos, aunque su acción no siempre es benéfica. El alcohol induce a la euforia y también al atontamiento comatoso; los narcóticos calman el dolor o producen hábito. Los alucinógenos, como el LSD, quizá ensanchen la conciencia, pero también deforman la mente hasta llevarla a la misma locura.

                Las cualidades contrapuestas de estas drogas del sistema nervioso central nos indican una verdad básica sobre todas las drogas: mal usadas, y a veces bien usadas, pueden convertirse en venenos, que producen reacciones perjudiciales que van desde nauseas hasta la muerte. Hasta las medicinas más benéficas tienen efectos adversos. Hay quien afirma que, en los Estados Unidos, el 5% de los pacientes de los hospitales sufren la reacción de alguna droga o medicina. Lo mejor que podemos decir de cualquier medicina es que sus buenos efectos compensan los malos, en la mayor parte de los enfermos y en la mayoría de las veces.

                Desde los primeros tiempos de su existencia, el hombre ha buscado medicinas que cumplan más funciones con mayor eficacia y seguridad. Esta búsqueda ha tenido lugar en los más extraños sitios: en las selvas sudamericanas, de donde es originario el curare; en los brebajes de los exorcistas y hechiceros especializados en el uso de hierbas, que nos han legado por lo menos veinte medicinas útiles, etc. Sin embargo, para el farmacólogo, el "problema de las drogas" es mucho más amplio que la simple búsqueda de medicinas nuevas y mejores, más amplio aún que los grandes dilemas médicos y sociales que nacen del abuso de ciertas drogas. A nuestro alrededor hay toda clase de sustancias que nos afectan químicamente y que penetran en nuestro organismo: los jabones, enjuagues, desodorantes y depilatorios del baño son drogas; también detergentes limpiadores y abrillantadores de la cocina, pinturas y disolventes con que pintamos nuestras casas. No hay ninguna sustancia en nuestro medio que, en ciertas circunstancias, no obren como droga. Hasta el agua destilada más pura, ingerida en grandes cantidades, puede robarle al organismo tanta sal que produzaca un estado semejante al agotamiento por calor. El exceso de agua, digamos tres o cuatro litros, produce en los niños la muerte por envenenamiento.

                Actualmente, las drogas no medicinales son mucho más numerosas, mucho menos inevitables y, en su mayor parte, mucho menos entendidas que las drogas medicinales. Sin embargo, una mejor comprensión de las drogas en el medio ambiente es tan capital para el hombre como lo es un buen conocimiento de las medicinas. Apenas comenzamos a entender la forma en que nuestro medio y las drogas que contiene pueden darnos la salud o la enfermedad y hacernos vigorosos o débiles. Sin un conocimiento más profundo de las drogas, la civilización corre el gran riesgo de envenenarse a sí misma con su ingente número de desechos industriales y químicos.

                Si en su sentido amplio las drogas son evidentemente hijas de la civilización, en sentido estricto casi seguramente la precedieron. Casi todos los pueblos que aún son primitivos, usan una o dos drogas por lo menos. Así por ejemplo, los aborígenes australianos, considerados como una de las culturas más primitivas de la Tierra, mastican la planta pituri por sus efectos narcóticos. También la usan para envenenar peces.

                Es razonable suponer que hace 10,000 o quizá 50,000 años, nuestros antepasados prehistóricos emplearon brebajes parecidos. Es indudable que ha de haber habido cierto saber farmacológico en la supervivencia del hombre, ya que su paladar, cuando está hambriento, acepta de todo. Hasta los antepasados más simiescos han de haber distinguido por instinto, inteligencia o marga experiencia, entre las plantas alimenticias y las venenosas, entre las comestibles en tiempo de hambre y aquellas que llevaban en sí el dolor.

                Del hombre precivilizado tenemos que hacer conjeturas; en cambio, sabemos que desde los comienzos de la civilización, el hombre tomó drogas. Los sumerios hicieron drogas: medicinas con sal, salitre, casia, mirto, asafétida y tomillo, también con semillas, raíces o cortezas de sauces, abetos, perales, higueras y datileras. Arañadas en tablillas de barro húmedo, sus médicos prescribieron recetas como éstas: "la semilla de la planta del carpintero; gomorresina de marcasí; tomillo. Pulverícese. Disuélvase en cerveza. Tómese". Por desgracia, los médicos sumerios no indicaban cantidades ni identificaban enfermedades que curaban, por lo que más que un bien provocaban un mal. Pero, a juzgar por los documentos médicos más amplios y precisos de los antiguos egipcios, los aciertos terapéuticos de aquellas prescripciones primitivas no fueron demasiados. Muchas sí, contenían sustancias que sabemos que son drogas, pero a excepción de unos cuantos casos, los efectos de la droga, o sus dosis, o su modo de empleo, eran del todo inadecuados para tratar la enfermedad.

                La época tan conflictiva que nos ha tocado vivir es prolífica a los cambios acelerados en todos los aspectos de la vida y las relaciones humanas; un fenómeno notable por su extensión y por sus consecuencias económicas, sociales, morales y de salud individual y social es el consumo de sustancias tóxicas, generalmente conocidas como "drogas", aunque debemos aclarar que toda sustancia química o natural que ingerimos para causar un efecto en nuestro organismo, ya sea para calmar el dolor o curar una enfermedad, es una droga. Por lo mismo hay drogas lícitas e ilícitas, permitidas o prohibidas por la ley y la sociedad. De todas formas, el mal uso o el abuso de algunas de ellas causa graves daños, a veces irreversibles, al organismo, sin contar con las consecuencias legales derivadas de la adicción.

                Según se ha observado, las adicciones encuentran campo fértil entre los jóvenes estudiantes de secundaria, bachillerato y universidad. Ya sea por curiosidad, por inexperiencia, por buscar una salida a los grandes problemas que conlleva la adolescencia o por una mezcla de todo lo anterior, los jóvenes son presa fácil, debido a su inexperiencia y a la falta de control por parte sus mayores. El presente ensayo tiene la intención de informar a los jóvenes sobre el peligro que corren al consumir drogas. Que no lleva a nada bueno, sino a la autodestrucción. Que sus problemas, en vez de solucionarse (como muchos piensan), empeoraran, ofreciendo un escape temporal e imaginario de la realidad. Otra razón por la cual hemos decidido investigar sobre el abuso de las drogas es por complementar parte de nuestra educación superior y para tener un mejor conocimiento sobre un problema que ataca a nuestra sociedad.

                Actualmente nuestra sociedad se enfrenta a uno de los problemas más peligrosos: el abuso de las drogas. Estas atacan principalmente a niños y jóvenes, sin importar sexo, religión o posición social. El problema está en que los afectados creen que el consumir drogas es algo que los beneficia, siendo todo lo contrario. Una de las principales causas -que hemos considerado parte del problema- de que los jóvenes consuman drogas, es pertenecer a un determinado grupo de "amistades", el imitar a un artista o elevar su autoestima, además de utilizarlas con fines deportivos y escolares, para aumentar su rendimiento. Además de esto nos encontramos con varias incógnitas: ¿Son benéficas o perjudiciales las drogas? ¿En verdad es cierto que drogas como la aspirina en dosis reguladas no causan adicción? ¿Qué efectos causan en el organismos? ¿Cómo se les encuentra? Todo esto y más nos hemos propuesto a contestar con el presente trabajo.

INTRODUCCIÓN:

Las Drogas- ¿La solución o el problema?

                "La religión es el opio del pueblo" es una cita célebre de las obras de Karl Marx. Marx es uno de los pensadores que han cambiado el mundo, como Freud y Darwin. Sus teorías han compelido al mundo a pensar de otro modo en todo. La teoría darwinista demistificó en parte el origen del género humano y refutó la explicación primitiva que encontramos en el libro de Génesis. Su teoría sustituyó lo místico con lo real. El mundo actual ya no tiene fe en la religión y prefiere la ciencia. La ciencia está comenzando a demostrar que el cerebro es como una máquina química y no es una vasija del alma. Si esta teoría fuera correcta, todos nuestros pensamientos y emociones serían solamente químicos; reduciría toda nuestra alegría y todo nuestro dolor al nivel de una reacción. Hoy en día parece que las reacciones químicas son la explicación y la solución de todo. Las drogas son productos químicos. Por consiguiente, podemos ordenar de nuevo la frase y decir que las drogas son la religión del pueblo.

                A un nivel más vulgar, parece que la frase es correcta también. El abuso de drogas, legales y ilegales, se encuentra en todas partes. El papel que las drogas y la filosofía "hippi" desempeñaron durante los años sesenta fue enorme. El reblandecimiento general de la moralidad en Europa y los Estados Unidos ha permitido a la cultura de las drogas expandirse. Vivimos hoy en una sociedad donde una mitad de los jóvenes de dieciséis años han probado la droga marihuana y un cuarto han probado la anfetamina. Más serio aún, los gobiernos están luchando una batalla ardua contra las drogas. Según el grupo de acción financiera del G7, las ventas anuales de cocaína, heroína y canabis representan 120.000 millones de dólares en los Estados Unidos y en Europa. Esta suma inconcebible financia los carteles ilegales globales del crimen organizado que están empezando a gobernar en los paises subdesarrollados. ¿Vamos camino de la ruina o debemos permitir a los jóvenes disfrutar?

                Se sabe desde hace mucho tiempo que el tabaco y su humo son dañinos. El rey inglés Jaime I dijo al principio del siglo diecisiete que "El fumar tabaco es una costumbre... peligrosa para los pulmones." Los descubrimientos científicos modernos han identificado cuatro mil sustancias en el humo de tabaco. Muchas de éstas son venenosas y cancerígenas. El cáncer de pulmón es treinta veces más frecuente en los grandes fumadores que en los abstemios. También está demostrado que el humo de tabaco produce cáncer de pulmón a los fumadores pasivos. El fumar es mortífero.

                La droga que mata más después del tabaco es posiblemente el alcohol. Un tercio de los conductores muertos en accidentes en carretera habían ingerido más de la cantidad permitida. Lo que mata a la mayor parte de los franceses es el mal de hígado que se relaciona con el consumo alto de bebidas alcohólicas. Las pruebas científicas han demostrado que el alcohol reduce la cantidad de oxígeno que va al cerebro, causando daño irreversible. La cantidad de alcohol que puede matar es solamente diez veces más de la cantidad necesitada para los efectos queridos. Parecería que el alcohol es ridículamente dañino, si viéramos al mismo ratio para el canabis: necesita una cantidad cuarenta mil veces más grande que la cantidad necesitada para los afectos queridos para matarse. Las estadísticas revelen que cada año hay cinco mil personas que mueren por sobredosis de alcohol y no ha habido nunca una muerte causada por el sobredosis de marihuana. ¿Podemos decir por tanto que el canabis es más seguro que el alcohol? Hay indicios que el uso constante de canabis reduzca el nivel de testosterona en varones. Esto significa que los fumadores de esa droga sufren de una 'des-androgenización'. La marihuana puede afectar también a  la memoria a corto plazo, aunque solamente temporalmente. Esta disminución puede durar treinta días, lo que significa que la marihuana es una droga seria.

                Durante los años sesenta, una sociedad alternativa nació. La cultura tomó inspiración desde las alucinaciones creadas por la dimetilamida del ácido lisérgico o el LSD. El líder 'espiritual' del movimiento era un profesor universitario de psicología, Timoty Leary. Vio el 'ácido' como una forma de buscar 'las otras realidades' y 'la iluminación de Buda'. Esa droga podía abrir "Las puertas de la percepción". Parecía que el LSD era la solución. Sin embargo, parece hoy que esa droga creó la confusión en lugar de la claridad, el misticismo en lugar de la verdad.

                Las estadísticas revelan que los ingleses utilizan posiblemente la droga éxtasis veinticinco millones de veces cada año, consumiendo media millón de tabletas cada semana. Hay cinco muertes causadas por el éxtasis anualmente. Podemos decir por tanto que hay una posibilidad sobre cinco millones de morir del éxtasis. Por contaste con éste, hay diez muertes causadas por la pesca cada año que se practica cuarenta y cinco millones de veces durante la misma época. Por eso, hay una posibilidad sobre cuatro millones, quinientos mil de morir de la pesca. ¿Podemos decir que el éxtasis es más seguro que la pesca? Estudiando los indicios científicos, se concluye que el éxtasis es más peligroso. Cuando un bailador en una discoteca toma la droga éxtasis, unas sustancias químicas fluyen directamente al cerebro y afectan los lóbulos que hacen que nos sintamos cansados y que necesitemos el sueño. La teoría científica es que la droga obstruye las señales de estos lóbulos y permite al consumidor bailar toda la noche. La droga crea un sentido de euforia. Esto ocurre porque hay una gran oleada de serotonina. La serotonin es un neuro-transmisor que se encuentra en el cerebro y que ayuda a evitar la depresión. Las últimas pruebas con animales han demostrado que el éxtasis agota las reservas de serotonina del cerebro. Si estas pruebas son correctas, los consumidores de más de veinticinco tabletas de la droga sufrirán de depresión en la vida más tarde. Los científicos encontraron también que un consumidor del mismo número de tabletas recuerda a corto plazo veinticinco por ciento menos por regla general que un abstemio. Hay que saber que el éxtasis no es una droga segura.

              Si consideráramos el éxtasis como una droga arriesgada, deberíamos ver la heroína y la cocaína como unas drogas muy dañinas. La adicción a estos estupefacientes es muy fuerte y casi inquebrantable. También, las agujas compartidas que los drogadictos de heroína utilizan, pueden propagar el SIDA y la hepatitis. La heroína y la cocaína tienen tal poder sobre un toxicómano que la droga se convierte en el norteo de su vida. Para comprar la droga, los drogadictos roban y asaltan. Si un toxicómano consumiera una cantidad de heroína o de cocaína por valor de veintidós millones de pesetas cada año (que es una estimación razonable e informada), debería robar cosas que tienen el mismo valor en total. Es evidente por lo tanto que lo que causa la mayoría del crimen de la calle es la drogadicción.

                Los narcotraficantes pasan de contrabando la heroína desde Asia hasta Europa. Se pasan de contrabando de un modo parecido la cocaína desde Colombia y América del Sur hasta los Estados Unidos. Los carteles de heroína y de cocaína que controlan el narcotráfico están subiendo al poder en los países que eran comunistas y en los países subdesarrollados. Por ejemplo, hay mil nuevos bancos en Rusia, de los que dos tercios de ellos están corrompidos. Los países que compran las drogas comprenden que deben hacer más severo la aduana y colaborar consigo en luchando contra el narcotráfico. Sin embargo, los carteles con sus fondos sin límites pueden emplear los mejores abogados y comprar las armas más sofisticadas. Por lo tanto, será casi imposible vencerlos.

                Los indicios científicos demuestran que las drogas son sin excepción dañinas para la salud mental y física. Si una persona prudente viese a la evidencia que confirma la frase previa, no tocaría nunca las drogas. No obstante, ¿es el mundo un sitio más pobre a causa de las drogas? El arte y la creatividad de John Keats, Honoré de Balzac y Jim Morrison (tocaron el opio, el café y el alcohol y ácido respectivamente) eran inspirados por las drogas. En este caso, las drogas mejoraron el mundo. ¿Éste justifica el uso de drogas? Pienso que no. El mundo es menos rico a causa de sus muertes prematuras. También, Keats, Balzac y Morrison eran genios natos y un hombre medio no se hace un artista si toma una droga; por consiguiente, el uso extenso de drogas no puede justificarse. Las drogas podrían quizás mejorar el mundo y le inspirarían mucho si no fueran tan peligrosas. Sin embargo, son peligrosas y por lo tanto no son la solución.

CAPÍTULO 1:

EL VIEJO ARTE DEL FARMACÉUTICO

                De los millones de personas que diariamente toman aspirina o bicarbonato, poquísimas saben que están recurriendo a un remedio que, en su esencia, se usa hace decenas de siglos. Mucho antes de la era de la ciencia moderna, los médicos contaban ya con una amplia farmacopea, compuesta en general, de brebajes fantásticos de ningún valor terapéutico, aunque incluían algunas sustancias en cuya eficacia se cree aún. Los egipcios del tiempo de los faraones sabían que el aceite de ricino era laxante; los babilonios fueron los primeros en usar la mortal belladona contra espasmos de la tos, y los chinos descubrieron que el hígado y el hierro curan la anemia.

                Los grandes médicos griegos, como Hipócrates, reunieron y recetaron las drogas más eficaces de las antiguas civilizaciones y transmitieron su saber a Roma, la cual dio al mundo recetas uniformes y la primera botica. En la Edad Media, los alquimistas árabes aplicaron su saber a la fabricación de drogas, y muchos de sus descubrimientos -alcohol destilado, extractos vegetales- siguieron vendiéndose en las boticas del siglo XVII junto con ingredientes tan antiguos y singulares como las perlas machacadas, los dientes de lobo pulverizados y las momias molidas.

DROGAS DEL MUNDO ANTIGUO

                El testimonio más antiguo del uso de drogas es una tablilla de hace 4000 años, en la que el sumerio anónimo enumera una docena de remedios contra enfermedades que no menciona. Unos 500 años después, un médico egipcio enumeró unos 800 remedios con más de 700 drogas. Una receta para niños llorones contenía semillas de amapola, la fuente del opio del elíxir paregórico, y excremento de mosca. Los médico sacerdotes de Egipto administraron drogas en 14 formas diversas, desde píldoras hasta emplastos, y en ciertos conocimientos mezclaban drogas con grasas animales para producir pomadas medicinales. Los razonables griegos, de los primeros en intentar la evaluación práctica de los medicamentos, desecharon muchas drogas que habían heredado. Hipócrates se limitó a unas 260, entre ellas a la escila, buen estimulante cardiaco, hoy en desuso. Buscaron en su mundo mediterráneo drogas como el tan alabado sílfium del África del Norte.

                Roma aportó su genio organizador a la recolección, preparación y venta de las medicinas griegas. Las recetas se hacían cuidadosamente con cantidades precisas de ingredientes específicos. Y más allá del mundo romano, otras grandes civilizaciones cantaban ya con amplísimas farmacopeas,. El legendario emperador chino Shen Nung codificó unas 365 hierbas en el Pen T´sao donde los catalogaba como magníficas, medianas e inferiores. Entre las mejores había un arbusto hoy conocido como Ephedra sinica, que recomendaba para enfermedades pulmonares, y sirve contra el asma y otras enfermedades alérgicas.

                Se sabe menos de las drogas de las civilizaciones precolombinas, pero una al menos, la hoja de la coca, aun la mascan los indios peruanos, como lo hicieron los incas.

LA HERENCIA DE DIOSCÓRIDES

                A través de las obras de Dioscórides, gran parte del saber farmacéutico griego y romano llegó a Arabia en la Edad Media. A donde iba investigaba las propiedades de las plantas que pudieran servir como medicamentos. Al cabo publicó toda su información en De Materia Medica, obra en cinco tomos que llegó a ser el catálogo básico de drogas y sus efectos en los siguientes 1500 años.

                A la caída de Roma, la herencia de Dioscórides se fue hacia el oriente, primero a Bizancio y luego al cercano Oriente, donde traducida al árabe, hizo de los médico musulmanes los mejores de la Edad Media. Bagdad se convirtió en el centro médico y farmacéutico del mundo; en Las Mil y Una Noches se habla del variado surtido de una de las boticas de la ciudad; se habla de "frascos preciosos... bálsamos... ungüentos... polvos... jarabes guardados en cristal... pomadas hechas con la savia de trescientas especies de rarísimas hierbas."

LA EDAD DE ORO DE LAS DROGAS ÁRABES

            El arte de hacer medicinas se empezó a convertir en la ciencia de la farmacología cuando los árabes aportaron su saber a los viejos remedios de Grecia y Roma. Durante la Edad de Oro de las drogas, diestrísimos hombres produjeron una constelación de extractos, destilados y fermentos de donde salieron medicinas concentradas y purificadas. Una de las pociones para catarros, toses, inflamación del vientre y diarrea era una mezcla de: mirra, lirios, pimienta blanca y anís, pulverizados, se meten a una bolsa y se dejan remojar y fermentar en un jarro de vino por tres días. Después se cuela y se bebe el vino después de hacer ejercicio.

                Aunque los árabes descubrieron fórmulas muy eficaces, también hicieron curalotodos tan malos como el peor de los remedios egipcios. Así, Avicena, el gran médico árabe que empleó la pomada de mercurio para las enfermedades cutáneas, prescribió también que a sus píldoras se las recubrieran de oro y plata, elementos sin duda muy elegantes, pero completamente inútiles. Pero la medicina debe mucho a la farmacopea árabe de más de 2000 drogas, que al salir Europa de la Edad Media quedaron al alcance de los médicos del mundo occidental.

LAS PRIMERAS MEDICINAS

                La introducción de las drogas árabes en la Europa cristiana de finales de la Edad Media acarreó una nueva especialidad, la farmacia, que se encargaba de prepararlas y administrarlas. Ya desde el siglo XIII Venecia tenía minúsculas boticas donde un enfermo de tos o de disentería podía comprar un calmante preparado según la fórmula exacta creada por árabes. Durante los siglos XIV y XV las boticas se convirtieron en los centros cerrados que llegaron a ser los elementos básicos de la práctica médica europea. Los médico veían a sus enfermos en la farmacia local, donde también el farmacéutico solía recetar las mismas medicinas que él hacía.

                No todos los médicos aceptaban de buen grado el farmacéutico independiente como fuente confiable de drogas. Guy de Chauliac, brillante cirujano francés del siglo XIV, instó a los médicos a preparar sus propias medicinas y a llevar en sus visitas algunas de ellas. Eh su clínica de París, tenía un herbolario y una farmacia.

                A finales del siglo XV apareció el libro de recetas en el mostrador de las boticas y la relación formal entre el recetante y el proveedor, que todavía existe en nuestros días. Entonces, como hoy, los médico usaban abreviaturas latinas para especificar las drogas, las cuales eran tan variadas como terra sigillatona (tierra sellada, traída de la isla de Lemnos, que servía contra la diarrea) o tan fantásticas como el brebaje spiritus antipilepticus humani, que era un líquido destilado de sangre humana mezclada con agua de angélica y una solución de botones de peonía; se recetaba con frecuencia como remedio contra el asma, la apoplejía, la parálisis y la epilepsia.  Ya desde el siglo VI los monasterios fueron el depósito del saber médico europeo. Con trozos de información tomados de los escasísimos textos griegos y romanos, los monjes hicieron magníficas drogas con hierbas caseras como la hierbabuena, el hinojo y la mostaza. En el siglo XIV todos los monasterios importantes no sólo tenían su hospital y su médico, sino con mucha frecuencia una bien surtida farmacia. Estos monjes farmacéuticos fueron los primeros en destilar licores, como el hoy famosos benedictino, contra padecimientos digestivos y respiratorios.

                Fue en la Edad Media cuando se forjó el estrecho vínculo entre religión y medicina, del que son restos los hospitales afiliados a alguna religión, los grupos médicos misionales y las órdenes de monjas enfermeras. Algunos excelentes médicos de esa época fueron obispos que recetaban remedios tanto médicos como espirituales; para los creyentes ambos eran muy eficaces; por ello, las drogas espirituales destacan de los antiguos retratos de Cristo Farmacéutico, ilustración que fue común en las farmacias europeas hasta el siglo XVIII.  Hacia finales del siglo XVII llegaron a las farmacias europeas las primeras inquietudes del progreso científico. Seguían vendiendo muchas de las raíces usadas desde la antigüedad, pero los destilados de las plantas y minerales se iban convirtiendo en drogas todavía no bien aceptadas. Las bien surtidas farmacias del siglo XVII no sólo tenían los tradicionales morteros y manos, sino que también alambiques y condensadores para destilar. Las farmacias fueron los primeros laboratorios de la química científica; así se descubrieron los cuerpos como el fósforo y el flúor.

                Bajo la supervisión rigurosa de gremios poderosos, los farmacéuticos del siglo XVII se especializaron en la producción de drogas galénicas -extractos puros de plantas, como el aceite y la zanahoria- y de las drogas químicas, como las sales de olor, hechas mezclando carbonato de amonio y agua con amoniaco.

CAPÍTULO 2:

CONCEPTOS BÁSICOS ACERCA DE LAS DROGAS

                Para poder adentrarnos más a fondo al problema de las drogas, debemos tener en consideración que existen ciertos términos acerca de ellas, los cuales estudiaremos para una mejor comprensión del tema.

USO

                Podemos reconocer que casi todas las personas utilizamos drogas. En lo cotidiano tomando infusiones, o cuando estamos enfermos y necesitamos medicamentos, algunos son fumadores y otros toman alcohol durante las comidas, etc. Como de cualquier cosa, de las drogas se puede hacer un uso más o menos correcto. Podemos ejemplificar este concepto.

USO: "Hoy tomaré una aspirina porque me duele la cabeza

ABUSO

                Si nos detenemos a observar, podemos reconocer que muchas personas hacen abuso de drogas sin siquiera saberlo, aún peor sin haber tomado conscientemente la decisión de hacer abuso de drogas. Esto ocurre mas frecuentemente de lo que imaginamos.

ABUSO: "Como todos los días, voy a tomar una aspirina por si me duele la cabeza ". " Como todas las noches tomaré mi cóctel de pastillitas porque si no, no duermo". "Hoy tomo 3". "Tomalo porque a mí me hace bien, empecé a tomarlo porque me lo recomendó Doña María"

                Así, comprendemos que no solamente abuso es consumo excesivo o mezclas explosivas.

DEPENDENCIA

                Cuando alguien siente o cree que no puede vivir sin una sustancia, y la utiliza en forma permanente y de manera compulsiva. La dependencia a las drogas es una de las formas de consumir drogas. Pero no es ni la única ni la más habitual, desarrollar una dependencia con las drogas es haber llegado a los últimos peldaños de una escalera que se ha comenzado a subir mucho tiempo antes, de manera gradual, casi siempre sin conciencia de ello y por diversos motivos los cuales generalmente son desconocidos o no aceptados por la persona.

Algunos autores se refieren a una dependencia física y a una dependencia psíquica. Aquí, nos referimos al individuo integro, considerando que de ambas maneras prevalece en la persona la compulsión e imperiosa necesidad de consumir la droga.

DEPENDENCIA: " Sino lo tomo, me muero " " No importa que sean las 4 de la mañana, ¡¡tengo que conseguir un quiosco abierto, urgente!! " " Hablaré en la conferencia, únicamente, si tomo unos tragos...." " Vamos a ganar el partido porque ya hice, como siempre, lo que necesito...."

                En estos casos estamos hablando de adicción a las drogas, la adicción es la conducta que alguien tiene, en este caso, con respecto a una sustancia o droga. Entonces nos referimos a la drogadenpencia o drogodependencia.

USO INDEBIDO

                Algunos autores utilizan el término "uso indebido" con el mismo concepto de "abuso", otros en cambio lo hacen para enfatizar a través de ello la existencia de un "uso debido" o "uso correcto de las drogas", desde una óptica farmacológica, esto último corresponde a la utilización de ciertas sustancias bajo control de un profesional calificado. Sin embargo, bajo el término de "Uso Indebido de Drogas", también se contempla otro concepto, el que los organismos internacionales, definen como campo multidisciplinario de acción y estudio relacionado con las drogas. Así es como las Naciones Unidas y la Organización de los Estados Americanos se refieren al U.I.D.

TOXICOMANIA

                Etimológicamente, el vocablo se halla compuesto por dos raíces: tóxico, del griego "toxikon" que significa veneno, y manía del latín "manía" que significa locura parcial con la obsesión de una idea fija. Tendríamos entonces que desde un enfoque etimológico, toxicomonía sería la obsesión de consumir tóxico o veneno. Para la Organización Mundial de la Salud el término "toxicomanía" es sinónimo del término "dependencia".

                Sin embargo, este término es anterior a la Convención Unica de las Naciones Unidas, y continúa siendo utilizada preferentemente por países europeos y seguidores ideológicos de la definición:

INTOXICACION

                Dijimos que tóxico, desde su raíz griega significa veneno, por tanto, el estado de intoxicación, es el estado en el que se encuentra el organismo como consecuencia de haberle incorporado veneno, siendo veneno cualquier sustancia capáz de ocasionar la muerte o graves trastarnos. Este término es utilizado especialmente entre médicos. Podríamos decir que el concepto es similar al término "uso indebido" y/o "abuso"

EFECTOS

                La alteración que produce la sustancia en el momento de ser introducida al organismo, y en el momento posterior es lo que se denomina efecto producido por la sustancia. Estos efectos pueden ser los de excitar o estimular (como por ejemplo el café, la cocaína, las anfetaminas o las "pastillas" - MDMA y similares); tranquilizar o eliminar el dolor (como el alcohol, las benzodiacepinas -tranquilizantes-, la heroína y otros derivados del opio, etc.); ocasionar trastornos perceptivos de diversa intensidad, alucinaciones (como los "porros", o las "pastillas", LSD, cucumelo); provocar cambios conductuales como aumento o disminución de la agresividad (tabaco, anfetaminas o neurolépticos respectivamente), incrementar la sociabilidad, la locuacidad o la desinhibición (alcohol, tabaco, "pastillas", cocaína, anfetaminas).

                Estos efectos, sin embargo, no son constantes, dependen de la dosis, de la vía de administración, de la persona: su personalidad, su estado físico, su historia personal; del contexto de uso: las circunstancias, las compañías, etc.

CONSECUENCIAS

Las afecciones que se producen a lo largo del tiempo y con la permanencia del consumo se denominan consecuencias producidas por la sustancia. Estas consecuencias serán problemas a nivel físico derivándose en graves afecciones, pero antes que ello existen consecuencias a otros niveles igualmente importantes como por ejemplo, dificultades en las relaciones afectivas, aislamiento, imposibilidad de establecer una pareja duradera, imposibilidad de trabajar o estudiar con continuidad, pérdida de protagonismo en roles sociales, etc.

                Cuando la consecuencia por haber consumido una sustancia es la pérdida de células nerviosas es porque antes que ello se perdieron los afectos, el protagonismo, el proyecto de vida.

TOLERANCIA

                Es un estado de adaptación al consumo de una sustancia con cierta dósis, la cual tiende a ser aumentada paulatinamente para obtenerse los efectos que producía en un comienzo del consumo. Es el acostumbramiento del organismo a una cierta toxicidad.

                Sin embargo, el punto culmine de la tolerancia es diferente para cada persona y varia también con cada sustancia, etc.

SINDROME DE ABSTINENCIA

                Cuando una persona ha llegado a ser dependiente de una sustancia, tiene una relación con la misma. El consumo es contínuo y las dósis, según los casos, son administradas en períodos de tiempos más o menos cortos. Cuando por alguna razón la administración de dicha sustancia es suspendida , durante determinado tiempo, se produce un cuadro psicofísico denominado "síndrome de abstinencia". Los signos y síntomas que el síndrome representa pueden ser muy variados y puede derivarse hasta en un cuadro clínico de gravedad.

FLASHBACK

                Los efectos del consumo de ciertas sustancias alucinógenas pueden reaparecer hasta después de varios meses de haber abandonado el uso. La forma inesperada de la recurrencia puede traer serios trastornos como accidentes o acciones criminales involuntarias.

ESTUPEFACIENTE

                Este término es utilizado por la Convención de las Naciones Unidas para nombrar a 116 sustancias sometidas a fiscalización. Entre las que figuran el Opio y sus derivados, la Morfina, la Codeína, la Heroína, la Cannabis, la Cocaína. Estupefacientes sintéticos: metadona petidina, etc.

PSICOTRÓPICOS O SICOTRÓPICOS

                Este término es utilizado por el Convenio de 1971 complemento de la Convención de las Naciones Unidas para nombrar a 105 sustancias sometidas a fiscalización, la mayor parte de ellas están contenidas en productos farmacéuticos que actúan sobre el sistema nervioso central. Abarca alucinógenos, estimulantes, hipnóticos, sedantes, tanquilizantes, antiepilépticos y analgésicos.

DROGAS DE SÍNTESIS O DE FÓRMULA MANIPULADA

                Las Naciones Unidas denomina de esta manera a las drogas ilegales surgidas de la modificación química de las sustancias matrices; estas últimas a veces corresponden a a compuestos farmacológicos. Entre las drogas de síntesis o fórmula manipulada se encuentra el MDMA (éxtasis).

CAPÍTULO 3:

RAZONES DEL USO DE DROGAS EN LOS ADOLESCENTES

                El uso de las drogas es emplear sustancias químicas o naturales por razones no medicas para afectar: el cuerpo y sus procesos, la mente y el sistema nervioso; la conducta y los sentimientos. El abuso de las drogas puede afectar la salud física y emocional y la vida social de una persona. Sin embargo, los riesgos específicos del abuso de las drogas difieren de persona a persona. En la actualidad la farmacodependencia está muy extendida en todos los estratos y sectores sociales. Son usadas por los deportistas, los artistas, los estudiantes y por personas ociosas de todas las clases socioeconómicas.

                Los jóvenes en la actualidad utilizan mucho las drogas para diferentes propósitos, por ejemplo: algunos, con el fin de mantenerse despiertos y estudiar durante toda la noche sin sentir los estragos del hambre o el sueño, usan anfetaminas. Los deportistas utilizan esteroides anabólicos para aumentar su masa muscular. Otros más, utilizan la marihuana para cambiar de humor y sentirse "muy elevados". Existe el caso de los adolescentes que lo hacen tratando de imitar a los artistas de su predilección sin detenerse a pensar en el daño que esto les puede ocasionar. Algunos adolescentes, sólo para pertenecer a un cierto grupo de "amistades" hace uso de algunas drogas para quedar bien y no ser rechazados, en fin, en diferentes personas expresan diferentes razones en diferentes momentos. Después de todo esto es muy posible que algunas personas decidan continuar tomando drogas, ya sea ocasionalmente o como una parte habitual de sus vidas.

                Hay gente que abusa de las drogas por diversas razones:

Razones emotivas. Estas tienen que ver con necesidades o deseos que no se satisfacen de otros modos. Por ejemplo, el tratar de:

Razones Físicas. Estas se relacionan con los efectos físico ocasionados por el uso de las drogas. Por ejemplo, el tratar de:

Razones sociales. Estas se relacionan con la necesidad de socializar con otras personas. Por ejemplo, tratar de:

Razones intelectuales. Estas se relacionan con los efectos de las drogas en los procesos del pensamiento. Por ejemplo, tratar de:

                Una combinación de razones se complica por lo general. Por ejemplo, el fumar marihuana puede satisfacer la necesidad de recibir la aprobación, la necesidad médica de sentirse físicamente descansado, y la necesidad emotiva de sentir amor propio. Podríamos clasificar a los farmacodependientes en tres grandes grupos:

1.- Los usuarios ocasionales: toman las drogas en ocasiones específicas cómo para mantenerse despiertos o suprimir el cansancio o el hambre.

2.- Los usuarios "parranderos": Toman las drogas para divertirse , para tener una aventura o agradar a sus amistades.

3.- Eventualmente, algunos de los usuarios de ambos grupos llegan a necesitar las drogas. Son los usuarios intensivos que ya no pueden dejar de tomar las drogas porque su organismo se los exige, ya que experimentan el síndrome de abstinencia que les causa dolores físicos muy fuertes, angustia, depresión, visiones extrañas y sólo se calman al ingerir la droga a la que están acostumbrados. Estas personas necesitan severos tratamientos médicos para desintoxicarse y apoyo profesional que les ayude a superar las crisis motivadas por el síndrome de abstinencia.

                Siempre que tomamos drogas corremos el riesgo de:

  1. Sobredosis. Ésta puede producirse debido al tipo incierto de pureza, fuerza o incluso al tipo de droga que se obtiene ilegalmente. También puede darse debido al umbral de tolerancia aumentada, porque se necesita tomar cada vez más droga para lograr el mismo efecto. Una sobredosis puede causar sicosis, convulsiones, coma y muerte. Ciertas combinaciones de drogas pueden resultar mortales, por ejemplo mezclar barbitúricos con alcohol. Una sobredosis de droga requiere tratamiento médico inmediato.
  2. Dependencia. El uso continuo de drogas puede conducir a una real necesidad física y/o psicológica de las mismas. Las actividades cotidianas son absorbidas por la necesidad de tener más droga. Todas las otras necesidades, aun las más básicas como la comida, se convierten en secundarias. El abandono de las drogas sin supervisión médica, puede resultar difícil, doloroso e incluso peligroso.
  3. Mala salud. El abuso de drogas puede destruir un cuerpo y mentes sanos. Puede conduncir al deterioro de órganos, enfermedad mental, desnutrición o muerte, a no procurarse asistencia médica requerida por enfermedades o lesiones existentes. El riesgo del SIDA, la hepatitis y otras enfermedades aumenta si se inyectan las drogas.
  4. Accidentes. Cuando las drogas haces perder el autocontrol pueden producirse accidentes, ya que uno puede sentirse demasiado confiado y correr riesgos imprudentemente. Si se está conduciendo un vehículo se corre el riesgo de herir o matar a otros o a uno mismo. Las reacciones desagradables que se experimentan durante un "bad trip", (mal viaje, literamente), pueden producir pánico y hacer que la persona actúe irracionalmente.

CAPÍTULO 4:

LOS CUATRO SIGNOS CARDINALES DE LA ADICCIÓN

                Todas las adicciones son diagnosticables ya que sus síntomas pueden ser reconocidos y descritos. Sin embargo, generalmente es difícil y costoso que una persona acepte que tiene un problema de adicción; por eso lo mejor es dejar que la adicción sea 'autodiagnosticada'. Lamentablemente, el adicto suele ser el último en enterarse de su propio problema, debido a un mecanismo de defensa denominado 'negación'.

                Según recomienda el Dr. Arnold M. Washton en su libro 'Querer No es Poder', publicado por la editorial Paidos en 1991, lo mejor que se puede hacer -en lugar de poner una etiqueta- es transmitirle a esa persona reflexiones concretas sobre su conducta y sobre el modo en que ésta le afecta a uno.

1.- Obsesión

                La conducta adictiva es, por lo general, apremiante y obsesiva. Cuando se es adicto a menudo no se puede pensar en otra cosa que no sea la droga, el modo de conseguirla, la forma de administrarla, etc. En general, la adicción es vivida como una obsesión que dirigirá gran parte de su tiempo, su energía y su atención. El estilo de vida se vuelve monótono y 'unimodal': todo gira en torno a la adicción, y el resto de personas, cosas, intereses, obligaciones,... pasa a un plano secundario.

2.- Consecuencias negativas

                Lo que hace que una adicción sea una adicción nociva es que se vuelve en contra de uno mismo y de los demás. Al principio se obtiene cierta gratificación aparente, igual que con un hábito. Pero más temprano que tarde su conducta empieza a tener consecuencias negativas en su vida. Las conductas adictivas producen placer, alivio y otras compensaciones a corto plazo, pero provocan dolor, desastre, desolación y multitud de problemas a medio plazo.

                Las consecuencias negativas asociadas a las adicciones afectan a muchos aspectos diferentes de la vida de una persona. Los más importantes son:

3.- Falta de control

                El rasgo distintivo de la conducta adictiva es que al tratar de controlarla, la voluntad resulta insuficiente. La sustancia o actividad en cuestión controla a la persona, en lugar de ser al contrario. La falsa percepción de autocontrol es uno de los grandes paradigmas para entender las adicciones. Los drogodependientes creen que pueden controlar la droga: la cantidad, las dosis, la frecuencia, etc. sin embargo nada hay más equivocado que esta creencia. Pensar que uno posee cierta omnipotencia frente a las drogas es una ingenuidad, y más aún cuando ya existen antecedentes de consumo. Si para las personas abstemias resulta difícil controlar la ingestión de alcohol, para las personas que tienen una historia de consumo y/o abuso de alcohol resulta muy difícil parar, decir no o evitar una situación.

4.- Negación

                A medida que los adictos empiezan a acumular problemas (en el trabajo, hogar, socialmente), inevitablemente comienzan a negar dos cosas:

                Como la negación es un proceso mental ficticio, negar la propia adicción o sus consecuencias significa, literalmente, estar fuera de contacto con la realidad.

La negación asume muchas formas:

ETAPAS EN EL PROCESO DE LA ADICCIÓN

                Las drogas, todas las drogas, presentan una doble cara. Primero aparecen con la imagen positiva, favorable y que tanto atrae a jóvenes y mayores. Posteriormente, esa cara desaparece. Rápidamente las drogas empiezan a mostrarse tal como son: dolor, problemas, infelicidad y múltiples trastornos. En esta dualidad que las drogas presentan reside parte de la potencial dificultad para evitar que nuevas personas las consuman y abusen de ellas. Si desde el principio, la cara imperante fuera la negativa, el atractivo y mística que rodea el mundo de las drogas desaparecería. En muchos sentidos el proceso de adicción ha sido comparado con el de entablar una relación; pero en este caso se trataría de una relación desdichada. A medida que atravesamos las sucesivas etapas, el compromiso se intensifica y el influjo que ejerce sobre el adicto se vuelve más fuerte.

                En función de esta analogía el Dr. Arnold M. Washton en su libro 'Querer No es Poder' establece cinco etapas en el proceso de adicción.

1.- Enamoramiento

                Las primeras experiencias con las drogas suelen dejar una marca grabada. Si este primer contacto ha sido agradable, se produce un enamoramiento o atracción apasionada por volver a tomar la sustancia o realizar la actividad. Esta percepción distorsionada de la realidad, sin embargo, emociona, produce euforia o tranquiliza lo que hace aumentar la probabilidad de que haya una nueva toma u ocasión para consumir. Se produce un cambio de estado de ánimo que, en muchos casos, se experimenta a nivel visceral (todo ello causado por la lógica alteración de la química cerebral) y que genera ese encandilamiento al igual que uno se enamora de una chica/o.

2.- Luna de miel

                Una vez que el individuo ha aprendido -a través de su familia, de la sociedad o por experiencia propia- que ciertas actividades o el consumo de ciertas sustancias pueden transportarlo como por arte de magia lejos de cualquier sentimiento o estado de ánimo negativo, el paso a la adicción es muy sencillo. Al haber 'aprendido' en la etapa 1 que es posible obtener cierto alivio (refuerzo negativo) o placer (refuerzo positivo) a través de la sustancia o actividad adictiva, la persona puede sentirse impulsado a borrar los malos sentimientos o dolorosos con algo positivo. La baja tolerancia a la frustración o la incapacidad para hacer frente a esas adversidades lleva a la búsqueda de 'soluciones mágicas'; entonces se busca el recurso químico que facilite el cambio.

                Durante la fase de luna de miel, el futuro adicto experimenta todas las gratificaciones sin ninguna de las consecuencias negativas: siente que ejerce control, que la actividad es inofensiva y que él la merece. Puede sentirse mejor instantáneamente y disfrutar la sensación de olvidarse de todo. Pero de lo que no se da cuenta es de que ninguna relación basada en el engaño y la fantasía puede funcionar bien a largo plazo

3.- Traición

                Sin embargo, lo que uno vislumbra durante la luna de miel no es lo que en realidad obtiene. Con el paso del tiempo, es traicionado. Así, además del deterioro sufrido en las principales esferas de su vida, es muy probable que el adicto esté haciendo cosas que normalmente no haría, para matener su adicción (robar, participar en otras actividades ilícitas). Los paraísos artificiales que se le prometían en la fase anterior se tornan en oscuros callejones repletos de trampas. La traición es real y el declive comienza.

4.- En la ruina

                Ahora el adicto debe consumir cada vez más para evitar que los crecientes sentimientos y estados de ánimo negativos profundicen en su conciencia y para tratar de mantener los efectos positivos que cada vez son menores. Está desarrollando tolerancia y tiene que consumir no para obtener placer o alivio sino para evitar el malestar asociado al síndrome de abstinencia. La dependencia física creada químicamente por la acción de la sustancia sobre el sistema nervioso tiene apresado al individuo. Psicológicamente, la estrategia de afrontamiento desarrollada hasta ahora sigue manteniéndose con lo cual, los problemas lejos de resolverse se acrecientan aún más.

5.- Aprisionados

                Con el tiempo, el adicto llega a un estado de desesperación en su relación con la sustancia o actividad adictiva, dejando de lado todo lo demás. Se comporta de manera cada vez más impulsiva e incontrolada, preso de su adicción. Esta etapa de la relación adictiva es un descenso a la desesperación y la destrucción personal. El servilismo ante las drogas no permite tregua y esta espiral tiende a autoperpetuarse, a menos que suceda algo que la detenga. El retorno, no obstante existe, aunque sea un proceso también duro y difícil.

CAPÍTULO 5:

CLASIFICACIÓN DE LAS DROGAS

Drogas blandas y duras

                De acuerdo con el tipo de dependencia que generan, las drogas pueden clasificarse en "duras", que son aquellas que provocan una dependencia física y psicosocial, es decir, que alteran el comportamiento psíquico y social del adicto, como el opio y sus derivados, el alcohol, las anfetaminas y los barbitúricos, y en "blandas", que son las que crean únicamente una dependencia psicosocial, entre las que se encuentran los derivados del cáñamo, como el hachís o la marihuana, la cocaína, el ácido lisérgico, más conocido como LSD, así como también el tabaco.

                Esta división en "blandas" y "duras" es cuestionada por muchos estudiosos del tema ya que consideran que se podría sugerir con ella que las "duras" son malas y, por consiguiente, las "blandas" son buenas o menos malas y no es así, ya que a partir de determinadas dosis y según la forma de ser administradas, las drogas "blandas" pueden tener efectos tan nocivos como las "duras".

                Hay que tener presente que a partir de determinadas dosis las drogas denominadas "blandas" pueden tener efectos tan nocivos como las consideradas "duras".

                La dependencia es el estado del individuo mediante el cual crea y mantiene constantemente un deseo de ingerir alguna substancia. Si éste deseo se mantiene por mecanismos metabólicos y su falta crea un síndrome de abstinencia, se denomina dependencia física. Si la dependencia se mantiene por mecanismos psicosociales, suele definirse como dependencia psíquica o psicosocial. Desde un punto de vista farmacológico, las drogas se dividen en narcóticos, como el opio y sus derivados la morfina, la codeína y heroína); estimulantes, como el café, las anfetaminas, el crack y la cocaína, y alucinógenos, como el LSD, la mezcalina, el peyote, los hongos psilocibios y los derivados del cáñamo, como el hachís.

NARCÓTICOS

                La palabra narcótico es un vocablo griego que significa "cosa capaz de adormecer y sedar". A pesar de que esta palabra se usa con frecuencia para referirse a todo tipo de drogas psicoactivas, es decir, aquellas que actúan sobre el psiquismo del individuo, el campo de los narcóticos se pueden dividir en la actualidad en varios grupos, que son los siguientes:

- Opio, opiáceos y sucedáneos sintéticos.

- Neurolépticos o tranquilizantes mayores.

- Ansiolíticos o tranquilizantes menores.

- Somníferos o barbitúricos.

- Grandes narcóticos o anestésicos generales.

                Se trata de drogas con composiciones y orígenes distintos, que tienen en común su efecto en el organismo, aunque éste se manifieste en manera y en grado diferentes. Pero el elemento fundamental que las une consiste en que todos los narcóticos causan adicción física. Es adictivo aquel fármaco que, administrado en dosis suficientes durante un período de tiempo relativamente largo, induce un cambio metabólico. Cuando deja de administrarse desencadena una serie de reacciones conocidas como "síndrome de abstinencia".

Neurolépticos o tranquilizantes mayores

                Se trata de sustancias utilizadas para tratar la depresión, las manías y las psicosis, y muchas de ellas se venden sin prescripción médica en la mayoría de farmacias. Entre éstas se encuentran las fenotiazinas, el haloperidol y la reserpina. Conocidos como neurolépticos (del griego neuro, "nervio", y lepto, atar, producen un estado de indiferencia emocional, sin alterar la percepción ni las funciones intelectuales. Sumamente tóxicos, poseen efectos secundarios tales como parkinsonismo, destrucción de células de la sangre, arritmia cardíaca, anemia, obstrucción hepática, vértigos, retención urinaria, estreñimiento, irregularidad menstrual, atrofia testicular, congestión nasal, bruscos ataques de parálisis muscular, síndromes malignos como hipertermia y muerte inesperada.

Ansiolíticos o tranquilizantes menores

                Habitualmente usados para tratar las neurosis, la etimología de su nombre, ansiolíticos, significa "liquidador de la ansiedad". En el mercado español se comercializan con distintos nombres. Según estadísticas farmacológicas actuales, estas drogas constituyen la mitad de todos los psicofármacos consumidos en el mundo, a pesar de que producen un síndrome de abstinencia muy grave. En dosis mayores funcionan como hipnóticos o inductores del sueño; también algunos se usan como relajantes musculares. Producen letargia, estupor y coma, con relativa facilidad. En caso de adicción pueden inducir a la aparición de alteraciones hemáticas. Al abandonar su consumo pueden aparecer episodios depresivos, desasosiego o insomnio, que suelen ser muy duraderos.

Somníferos o barbitúricos

                Estas sustancias se popularizaron cuando en Estados Unidos aparecieron las primeras leyes que prohibían el alcohol, el opio y la morfina. Su uso puede provocar lesiones en el hígado o en los riñones, producir erupciones cutáneas, dolores articulares, neuralgias, hipotensión, estreñimiento y tendencia al colapso circulatorio. La intoxicación aguda puede llegar a provocar la muerte, que sobreviene por lesión del cerebro debida a la falta de oxígeno y a otras complicaciones derivadas de la depresión respiratoria. La dependencia física se genera entre las cuatro y las seis semanas. Con frecuencia, el síndrome de abstinencia suscita cuadros de delirium tremens.

Grandes narcóticos

                Existen varias sustancias usadas en anestesia general que merecen estar incluidas en este grupo por su capacidad de producir sopor o estupefacción, mayor que la de cualquier estupefaciente en sentido estricto. En dosis leves produce una primera fase de excitación cordial, como el alcohol, y luego sedación y sopor. También generan tolerancia y, en consecuencia, adicción, pudiendo ocasionar intoxicaciones agudas, e incluso la muerte. El fentanil, dentro del grupo de los grandes narcóticos, posee cuarenta veces más potencia que la heroína y es el más usado actualmente en las intervenciones quirúrgicas, debido a su bajo índice de toxicidad para el corazón y para el sistema nervioso.

ESTIMULANTES

Tradicionalmente usados para combatir la fatiga, el hambre y el desánimo, los estimulantes provocan una mayor resistencia física transitoria gracias a la activación directa del sistema nervioso central.

Estimulantes vegetales

                El café, el té, el mate, la cola, el cacao, el betel y la coca son plantas que crecen en muchas partes del mundo. A pesar de que algunas de estas plantas suelen consumirse repetidas veces al día durante buena parte de la vida, son sustancias tóxicas que poseen efectos secundarios. Los efectos de la intoxicación crónica se pueden observar en los catadores de té. Tanto los catadores británicos como los hindúes padecen cirrosis, agitación, angustia, temblores, insomnio, náuseas y vómito. El cacao era consumido por los aztecas debido a su contenido de cafeína y de teobromina. Sin embargo, los chocolates actuales no suelen contener estos alcaloides. El consumo abusivo de café puede causar hipertensión y gastritis, sin contar con que también contiene alquitranes cancerígenos.

                Aunque los estimulantes vegetales son considerados inocuos, conviene moderar su consumo ya que se trata de sustancias tóxicas susceptibles de producir efectos secundarios nocivos.

Estimulantes químicos

La cocaína

                En los casos de intoxicación aguda, sus efectos, que consisten en la hiperestimulación, el aumento de la presión sanguínea y la aceleración del ritmo cardíaco, seguidos de una subestimulación, con parálisis muscular y dificultades respiratorias, puede terminar en un colapso cardiocirculatorio. La pasta base de la coca mezclada con bicarbonato sódico es conocida con el nombre de crack, que es mucho más tóxico que el clorhidrato de cocaína. Aunque no se dispone todavía de estudios sobre su uso, efectos secundarios y contraindicaciones, se sabe que existen numerosas víctimas mortales por sobredosis de esta sustancia.

Las anfetaminas

                Las anfetaminas fueron utilizadas como estimulantes, luego en forma de inhalaciones para el tratamiento de catarros y congestiones nasales, más tarde como píldoras contra el mareo y para disminuir el apetito en el tratamiento de la obesidad y, finalmente, como antidepresivos. Presentan una elevada tolerancia, que produce habituación y necesidad de dosis progresivamente más elevadas.

Alucinógenos

                Las drogas conocidas como alucinógenos son fármacos que provocan alteraciones psíquicas que afectan a la percepción. Pueden destacarse dos grandes grupos: el de aquellas cuyo efecto es más breve y menos profundo, como los derivados del cáñamo y el éxtasis, y las de mayor potencia, como el LSD y la mescalina.

CAPÍTULO 6:

CARACTERES Y EFECTOS DE LAS PRINCIPALES DROGAS Y SUSTANCIAS ESTUPEFACIENTES

OPIO

                El opio proviene de la desecación del látex de la cápsula de la amapola (papaver somniferum), planta indígena del Asia Menor y cultivada en otros países: China, India, Persia y Egipto. La planta, cuyas flores son usadas como adorno, tiene una cápsula o fruto que al serle hecha una incisión segrega un líquido lactescente que el aire oscurece y deseca, que luego es pulverizada para elaborar el opio. Éste contiene numerosos alcaloides que se forman a partir de las moléculas básicas de la morfina o de la codeína, y otras sustancias del grupo isoquinolínico, cuyo alcaloide principal es la papaverina. De todas ellas, la morfina al 10% es la que tiene propiedades más importantes, tanto terapéuticas como tóxicas. Los demás alcaloides tienen concentraciones menores: de 1 a 2%.

                Los derivados del opio, tanto naturales como semisintéticos, crean gran dependencia tanto física como psíquica, y producen la desaparición de todas las necesidades primarias. Los preparados sintéticos poseen propiedades muy parecidas, tanto en lo que respecta a sus efectos inmediatos, como en cuanto a sus consecuencias psico-físicas.

MORFINA

                La morfina es uno de los derivados semisintéticos de los alcaloides opiáceos naturales. Al igual que otras drogas con estructura química distinta, producen analgesia, depresión respiratoria y dependencia síquica. Clínicamente se sabe que la morfina y otros opiáceos actúan sobre los sistemas responsables de las respuestas afectivas y los estímulos dolorosos, produciendo un incremento en la tolerancia al dolor mientras duran sus efectos.

                Las causas de la adicción a los opiáceos se explica por los fenómenos de la tolerancia, dependencia y síndrome de abstinencia. La tolerancia metabólica consiste en una transformación en el hígado, lugar donde se metabolizan las drogas. Si la exposición al tóxico es continua, los efectos del mismo son menos duraderos al haberse acelerado su eliminación. Este fenómeno se da también con otras sustancias, como la aspirina o la penicilina, siendo de mayor gravedad en los opiáceos. El tipo más destacado de tolerancia se denomina tolerancia celular, de forma que quienes la poseen apenas sienten el efecto de la sustancia, a pesar de tener importantes cantidades en el organismo. Tras el efecto de la tolerancia sucumbe la dependencia física que implica la situación de hiperexcitabilidad, depresión y super e hipersensibilidad al dolor cuando se suprime, entre otros síntomas. Finalmente deviene el síndrome de abstinencia o búsqueda compulsiva de la droga. Estudios recientes indican que en el adicto sobrevienen cambios fisiológicos que ponen en perpetua dependencia a los consumidores de opiáceos, de forma similar al diabético que precisa insulina.

                Sólo una parte de adictos contrae el hábito por razones terapéuticas. El habito se produce por su uso indiscriminado y prolongado en el tratamiento de afecciones que pueden atenderse de otra manera, siendo las mujeres las más predispuestas. La mayoría ingresa en la intoxicación por sugestión de otros adictos. En Oriente el modo común de hacerse adicto proviene del hábito de fumar o ingerir opio, aunque esa forma está siendo reemplazada la vía hipodérmica. En general, el adicto es una persona joven, con personalidad inestable y de escasa voluntad, que encuentra una evasión en la droga. El uso continuado agrava los factores negativos y sumerge al enfermo en abulia y ensoñación. La tolerancia se desarrolla con rapidez. El plazo en que se adquiere dependencia es corto, bastan dos semanas y a veces pocos días para producirla; ello aconseja reducir su aplicación terapéutica a lapsos muy cortos. Los recién nacidos hijos de toxicómanas que persistieron en la adicción durante el embarazo presentan síntomas de abstinencia, llegándose a producir convulsiones por falta de droga, pudiendo resultar en la muerte.

                La intoxicación por sobredosis es habitual en países con gran número de morfinómanos. Además, puede producirse por error terapéutico o por intoxicación suicida, accidental o raramente criminal. La dosis mortal en las personas no acostumbradas es de 0,2 g para la morfina, la heroína y el nalline; 0,5 g para la codeína; 0,30 g para el opio, etc. Estas dosis pueden ser 10 veces más elevadas en los adictos y 100 veces más bajas en los niños. En algunos casos la intoxicación adopta una evolución sobreaguda, con coma profundo, colapso cardiovascular, midriasis y paro respiratorio. Habitualmente se presentan náuseas, vómitos, sequedad corporal y calor facial. Sobreviene una somnolencia progresiva, donde al principio hay respuesta a los estímulos, pero luego se transforma en coma profundo. Durante éste, la respiración se deprime hasta hacerse muy lenta: de dos a cuatro respiraciones por minuto; ello produce una cianosis intensa. Los reflejos se atenúan hasta desaparecer. La piel se enfría por la humedad y el sudor característico en ésta etapa. Las pupilas están mióticas. Al comienzo la presión arterial se mantiene y el pulso es tenso, ya que la morfina ejerce poco efecto sobre el centro vasomotor y el aparato circulatorio, pero a medida que la hipoxia progresa, la presión desciende hasta el colapso y el shock. La temperatura desciende y a veces aparecen erupciones cutáneas. La musculatura suele estar flácida, pero en ocasiones pueden sobrevenir convulsiones. La muerte se produce por colapso respiratorio o complicaciones pulmonares: edema pulmonar o neumonía. Los síntomas agudos de intoxicación suelen presentarse dentro de los 15 minutos, aunque pueden retrasarse hasta 12 hs.

HEROÍNA

                Llamada así por sus cualidades "heroicas", ya que adormece todo sentimiento de temor, constituye probablemente la droga que provoca mayor adicción, ya que su efecto suele ser el más fuerte de todos los opiáceos, y su síndrome de abstinencia aparece en menos tiempo que con las demás sustancias. Los efectos de la heroína y la morfina son similares. La principal diferencia es la mayor potencia de la heroína, ya que un gramo equivale a entre 1,80 y 2,66 de morfina en sulfato. La heroína (diacetilmorfina) es un opiáceo de gran intensidad, que produce una mayor toxicidad neuropsíquica. Es sin duda una de las más peligrosas drogas, de mayor difusión y cuya dependencia más rápidamente se contrae (dos a tres semanas). Sus efectos se sienten a los 10 minutos del suministro, alcanzando el cenit a los 60, cesando a las 3 ó 4 horas. Los efectos de la sustancia son muy distintos, según se la consuma por primera vez o habitualmente. En las primeras tomas el efecto psíquico es muy fuerte, pero se va reduciendo hasta ser desplazado por la necesidad física para combatir el síndrome de abstinencia. En un período de tiempo extremadamente corto, el adicto renuncia a otro tipo de vivencias y actividades, para dedicar su vida a la obtención y consumo del estupefaciente. Los adictos suelen consumirla mezclándola con otras sustancias, como cocaína, anfetaminas, cánnabis o benzodiacepinas. La mezcla tiene dos motivos: la adulteración por el traficante y la reducción de sus efectos, ya que la ingestión de heroína en estado de alta pureza puede causar la muerte. La mezcla o corte acostumbra a ser con otras drogas como anfetaminas, o excipientes tales como el yeso, talco, quinina y estricnina, sustancias que son fáciles de confundir con el elemento principal.

                Las personas con dependencia soportan mejor los efectos secundarios de la droga, dado que en las primeras tomas después del efecto placentero sigue un estado de malestar generalizado, que no debe confundirse con el síndrome de abstinencia. Pasividad y reducción de impulsos agresivos son consecuencias típicas del tóxico, pese a la acción euforizante que también posee. Tomada por vía nasal o fumada, la heroína se asemeja en sus efectos a la morfina. A los iniciales efectos "placenteros", sigue un descenso en picada con sentimientos de profunda depresión, que conducen a la necesidad de una nueva toma. Ello comporta el riesgo de tomas sucesivas, que pueden llevar a la muerte por sobredosis. La dosis varía de 60 mg en personas sin tolerancia a 5 gr en quienes ya la poseen. El consumo regular de la droga conduce a la frigidez y la falta de potencia sexual. Además, provoca conductas homicidas y suicidas, así como implicaciones en accidentes. El toxicómano entra en una fase degenerativa en la que no puede realizar razonamientos complejos teniendo escasa capacidad de concentración.

COCA

                La coca, hoja del arbusto indígena americano «Erythroxylon coca», pertenece al grupo de los estimulantes. Su consumo es ancestral en ciertas partes de Latinoamérica, donde es una práctica habitual mascar las hojas, siendo una gran mayoría de los consumidores de las zonas donde se cultiva. Su efecto sobre el sistema nervioso central es menor que los de la cocaína, dado que para extraer un gramo de esta sustancia se necesitan 160 hojas de coca. La coca es consumida mascándola con algún polvo alcalino como cenizas de vegetales o cal. También es fumada tanto sola como mezclada con tabaco y marihuana. La masticación de coca fue objeto de estudio por determinados facultativos, como CHOPRA (1958), comprobando síntomas de abstinencia, depresión, fatiga, toxicidad y alucinaciones, seguidos por NEGRETE (1967), BRUCK (1968) quienes recogían lesiones cerebrales también en masticadores que la consumían frecuentemente

COCAÍNA

                La cocaína es un alcaloide contenido en las hojas del arbusto «Erythroxylon coca» siendo químicamente un derivado de la latropina. Es un estimulante cerebral extremadamente potente, de efectos similares a las anfetaminas. Además, es un enérgico vasoconstrictor y anestésico local, siendo absorbido por las mucosas nasales cuando se la aspira, se metaboliza en el hígado y se elimina por la orina. Fue usada inicialmente para el tratamiento de trastornos respiratorios y depresivos. Por su efecto analgésico, se usó en intervenciones quirúrgicas. Posteriormente se empleó con fines militares por su efecto vigorizante y el componente de agresividad que otorga. A comienzos del Siglo XX comienza a consumirse por aspiración nasal. En esta época, eran prácticamente desconocidos sus efectos perjudiciales por lo que estaba presente en las fórmulas de bebidas, jarabe contra la tos, lociones capilares, y hasta cigarrillos. En 1909 existían en EE.UU. más de 70 bebidas registradas con componentes de cocaína, lo que incrementó la producción en los países donde se cultivaba coca, fundamentalmente Perú. Los estudios del uso de cocaína comenzaron, con FREUD, al que siguieron HEMMOND (1887) y BOSE (1902), los cuales encontraron sintomatología aguda y crónica en el consumo. Recientemente, en la década de 1980, los experimentos sobre patrones de consumo y cantidades certificaron sus efectos sobre la adrenalina, muy relacionada con la agresividad. En las dos útimas décadas hubo un enorme incremento en la cantidad de personas adictas a la cocaína, resaltándose como dato significativo la adicción simultánea a otras sustancias. Las consecuencias de su consumo son complejas, involucrando daños de muy diversa índole: cerebrales, sociales, familiares, medioambientales, etc.

                La cocaína estimula el sistema nervioso central, actuando directamente sobre el cerebro. Sus efectos fisiológicos inmediatos son: sudoración, aumento en la potencia muscular, midriasis, incremento de actividad cardíaca y presión sanguínea, dilatación de los vasos sanguíneos periféricos, convulsiones, aumento en el ritmo respiratorio y de la temperatura corporal. Estos síntomas pueden provocar la muerte por paro cardíaco o fallas respiratorias. Además se presentan irritaciones y úlceras en la mucosa nasal. Comúnmente causa congestión nasal, que puede presentarse o no con secreción liquida. El uso por vía inyectable expone al adicto a infecciones de SIDA, hepatitis B y C, y otras enfermedades infectocontagiosas. La infección con el HIV puede producirse por la transmisión directa de virus al compartir agujas y otros dispositivos contaminados. Además, puede producirse indirectamente por transmisión prenatal a un niño cuya madre está infectada con el HIV. El uso y abuso de drogas ilícitas, incluyendo el crack y la cocaína, se han convertido en el principal factor de riesgo de contagio con el virus HIV. Sumado a ello, la hepatitis C se está difundiendo rápidamente entre los adictos que se inyectan; el índice de infección varía entre el 65 y el 90 por ciento en este grupo de personas, de acuerdo al país. Hasta hoy, no se ha descubierto una vacuna contra el virus de la hepatitis C, y el único tratamiento disponible es caro, muchas veces infructuoso, y con serios efectos colaterales.

                La cocaína es una droga extremadamente adictiva, cuyos efectos se perciben en un lapso de 10 segundos y duran alrededor de 20 minutos. Actúa directamente sobre los centros cerebrales encargados de las sensaciones del placer. Dada su alta capacidad de producir daños y hasta destrucción celular, las sensaciones que eran placenteras en sujetos recién iniciados se convierten en efectos desagradables como agitación, llanto, irritabilidad, alucinaciones visuales auditivas y táctiles, delirio paranoide, amnesia, confusión, fobias o terror desmedido, ansiedad, estupor, depresión grave y tendencias suicidas. Los efectos psíquicos reconocidos por la mayoría de los autores y recogidos en publicaciones recientes incluyen euforia, inestabilidad, aumento de la comunicación verbal y de la seguridad en uno mismo, inquietud, anorexia, insomnio e hipomanía. El adicto experimenta pérdida de interés e imposibilidad de sentir placer ante la falta de la sustancia. Así, la cocaína se convierte en el único objetivo y motivo en la vida del adicto, desplazando todo tipo de sentimientos. La relación con los fenómenos criminales son expresamente citados por los autores, asociándose su consumo a la predisposición al delito.

                La cocaína es consumida por muy variados tipos de sujetos y motivos. Existe un patrón de consumo recreativo, al estilo del alcohol, presentando una ingesta controlada de la sustancia: es el caso de quienes ingieren la droga ocasionalmente cuando se les ofrece. Se diferencian radicalmente de adictos habituales, quienes desarrollan tolerancia y necesitan de mayores dosis para alcanzar iguales resultados. A esta situación puede llegarse por causas diversas pero siempre relacionadas con factores sociales y ambientales determinantes. La adicción a la cocaína posee condicionantes que la desencadenan, que pueden ser el reforzamiento de una personalidad insegura, que recibe un apoyo en el estímulo del tóxico. En lugar de tratar este déficit patológico con antidepresivos o fármacos estabilizadores del estado de ánimo se recurre a una vía aparentemente rápida. Dado que los efectos de la cocaína sobrepasan su punto álgido a los treinta minutos, el individuo precisa varias dosis durante el día para alcanzar cierta estabilidad emocional y evitar el efecto disfórico que la propia droga ocasiona luego de varias horas desde la ingesta.

COCAINA Y DESARROLLO EMBRIO-FETAL

                El uso de cocaína es altamente susceptible de producir daños irreparables en recién nacidos, cuyas madres mantuvieron su adicción durante el embarazo. Esto último hizo que algunos Estados de los Estados Unidos de América obliguen a las adictas embarazadas a realizarse tratamientos forzosos con privación de libertad mientras dura el embarazo. Aún se desconoce la total extensión de los efectos de la exposición prenatal a la cocaína, pero los estudios científicos indican que estos bebés nacen prematuramente e insuficientemente desarrollados: con menor peso, diámetro craneal inferior y menor longitud. La determinación exacta de las consecuencias para el recién nacido es compleja, y varía de acuerdo a la droga que fue consumida por la madre. Sumado a ello, se sabe estadísticamente que las madres adictas a la cocaína abusan de otra u otras sustancias. El cuadro se complica al considerar la cantidad y variedad de drogas consumidas, la falta de cuidados prenatales, el status socioeconómico, la exposición a enfermedades infectocontagiosas, otros problemas de salud, pobre alimentación, y muchos otros factores que intervienen directamente sobre la salud del feto y el recién nacido. Se ha descubierto que la exposición a la cocaína durante el desarrollo fetal puede provocar retrasos y otras deficiencias mentales, como así también imposibilidad de mantener la atención y la concentración por períodos de tiempo mínimos como para permitir el aprendizaje. A pesar de la gravedad de las lesiones y trastornos sufridos por estos niños, las modernas técnicas de tratamiento permiten una recuperación significativa. De cualquier forma, es un hecho que estos datos y avances son sólo paliativos, y no pueden tomarse como 100% eficaces.

CRACK

                También denominado "cocaína del pobre", acarrea un grave riesgo social y sanitario, por la dependencia que provoca y los efectos nocivos que ocasiona en el organismo. Se obtiene de la maceración de hojas de coca con kerosene y compuestos sulfurados, que lavada posteriormente con ciertos elementos volátiles, se convierte en el clorhidrato de cocaína. La denominada base es un tóxico de mayor potencial nocivo que la cocaína, posee impurezas que impiden su administración endovenosa. Se ingiere por inhalación, lo que conlleva lesiones en la mucosa nasal y en el aparato digestivo. También se consume fumada en cigarrillos o pipas diseñadas al efecto.

                La intoxicación por esta sustancia implica cuadros delirantes seguidos de procesos depresivos intensos. Sus consecuencias nocivas sobre el organismo son equiparables a las de las anfetaminas administradas por vía endovenosa, desestructurando la personalidad, y colocándola en una adicción compulsiva. Las lesiones orgánicas son evidentes e irreversibles. Usualmente, los adictos crónicos o aquellos que llevan varios meses con ingestas de relevante cantidad y de forma continuada, sufren patologías mentales graves y crónicas como demencia o paranoia. Las lesiones en el cerebro son irreversibles.

SPEEDBALL

                Es un combinado de heroína y cocaína con efectos psicológicos muy intensos y repercusión jurídico criminal destacable, por la perturbación mental que ocasiona. Es frecuente el consumo de estas dos sustancias simultáneamente. Los consumidores intentan evitar las consecuencias desagradables de la cocaína, manteniendo el efecto que ésta proporciona de euforia, alegría y potencia. En otros casos el consumo conjunto de ambos tóxicos se realiza para evitar el efecto sedante de la heroína. La mezcla de un depresor con un excitante, ambos de gran potencial, provoca un estado de aturdimiento general, incoherencia, obnubilación, estupor, sopor y estado general confusión. Esta unión provoca descontrol y descoordinación psicomotriz, con riesgo de coma y muerte. Pueden presentarse cuadros delirantes paranoides, así como depresiones de gran intensidad, alucinaciones auditivas, sensoriales y visuales.

ANFETAMINAS

                Fueron sintetizadas por primera vez entre la última década del siglo XIX y la primera del siglo XX. Los primeros experimentos clínicos se iniciaron hacia 1930, y desde 1935 se comercializó con gran difusión en el Reino Unido, Francia y Alemania. Durante la Segunda Guerra Mundial fue utilizada indiscriminadamente por todos los bandos, dado el carácter euforizante que contiene la sustancia y la agresividad otorga.

                El consumo de este excitante está ampliamente extendido y distribuido por todas las clase sociales. A diferencia de lo que sucede con la cocaína que la consumen preferentemente los sectores medios y altos, las anfetaminas son consumidas tanto por ejecutivos que pretenden sobreexcitación como por amas de casa que buscan un anoréxico para sus dietas o por estudiantes que preparan exámenes. Al incidir en el sistema ortosimpático causan hipertensión, taquicardia, hiperglucemia, midriasis, vasodilatación periférica, hiperpnea, hiporexia, etc. El estado de ánimo del adicto oscila entre la distrofia y la hipomanía, así como ansiedad, insomnio, cefalea, temblores y vértigo. Pueden aparecer cuadros depresivos y síndromes paranoides anfetamínicos. A dosis normales, sus efectos varían de acuerdo al individuo y las condiciones de ingesta. Pueden producir efectos placenteros, hiperactividad y sensación desbordante de energía, pero también causan temblor, ansiedad irritabilidad, ira inmotivada y repentina y trastornos amnésicos e incoherentes. En la última fase se describen depresión, cuadros paranoides y delirios paranoides, alucinaciones y trastornos de conducta. El consumo de anfetaminas puede conducir a actuaciones agresivas, al igual que los barbitúricos y el alcohol, por su gran efecto euforizante, unido a un descontrol en los instintos inhibitorios. Tales situaciones se producen cuando las dosis suministradas, generalmente por vía endovenosa, superan los 2 gr. Está demostrado un mayor potencial en las anfetaminas que en la cocaína, tanto en su punto más álgido como en la duración de los efectos. Reacciones muy graves se producen al consumirlas con barbitúricos en el conocido fenómeno de la pluritoxicomanía. Tomadas en dosis importantes son causantes de confusión, tensión, ansiedad aguda y miedo. También pueden precipitar psicosis paranoide en sujetos no psicóticos. La psicosis anfetamínica desarrollada por el sujeto se asemeja a la psicosis paranoica y a la esquizofrenia paranoica.

ÉXTASIS o MDMA

                La metilendioximetanfetamina (MDMA), normalmente conocida como "éxtasis", "ectasi" o "X-TC", es una droga sintética sicoactiva con propiedades alucinógenas de gran potencial emotivo y perturbador psicológico, con propiedades similares a las anfetaminas. Su estructura química (3-4 metilendioximetanfetamina) se asemeja a la estructura de la metilendioxianfetamina (MDA) y de la metanfetamina, otros tipos de drogas sintéticas causantes de daños cerebrales. Durante los años sesenta se utilizó con fines terapéuticos dado que según determinados sectores de la psiquiatría ayudaba a la comunicación y al tratamiento de neurosis fóbicas. Surgió entonces la polémica médico - legal, atribuyendo a su consumo repercusiones en la delincuencia, por lo que finalmente fue ilegalizado.

                El éxtasis produce efectos síquicos de gran potencial perturbador. Inicialmente el sujeto experimenta sensaciones de confianza y excitación, a las que sigue un estado de hiperactividad e incremento en los pensamientos morbosos. Los efectos del estimulante se diluyen provocando trastornos sicológicos, como confusión, problemas con el sueño (pesadillas, insomnio), deseo incontenible de consumir nuevamente drogas, depresión, ansiedad grave y paranoia. Estos efectos han sido reportados incluso luego de varias semanas del consumo. También se han informado casos graves de psicosis. Entre los síntomas físicos pueden citarse: anorexia, tensión y trastornos musculares similares a los presentes en la enfermedad de Parkinson, bruxismo, náuseas, visión borrosa, nistagmus, desmayos, escalofríos y sudoración excesiva (este último signo es característico durante la intoxicación). El aumento de la frecuencia cardíaca y la tensión arterial, crea riesgos de trastornos circulatorios o cardíacos. Informes forenses indican que en personas con deficiencias cardiorespiratorias puede producir muerte súbita.

MDA

La MDA, el fármaco de origen de la MDMA, es una droga similar a la anfetamina que también ha sido abusada, presentando efectos psico-físicos similares a los de la MDMA. Las investigaciones han mostrado que la MDA destruye las neuronas productoras de serotonina, que regulan directamente la agresión, el estado de ánimo, la actividad sexual, el sueño y la sensibilidad al dolor. Es probable que esta acción sobre el sistema productor de serotonina sea el origen de las propiedades síquicas. La MDMA también guarda relación en su estructura y sus efectos con la metanfetamina, la cual ha demostrado ser causante de la degeneración de las neuronas que contienen la sustancia neurotransmisora dopamina. Recientes descubrimientos hechos mediante varios sistemas de diagnóstico por imágenes indican una relación directa de medios-causa-consecuencia entre MDA y MDMA-dopamina-esquizofrenia.

                En experimentos de laboratorio, una sola exposición a la MDA en dosis elevadas o el uso prolongado en dosis bajas destruye hasta un 50% de las células cerebrales. Aunque este daño tal vez no sea aparente de inmediato, con el envejecimiento o la exposición a otros agentes tóxicos pueden aparecer síntomas de la enfermedad de Parkinson con el tiempo. Estos comienzan con falta de coordinación y temblores, y a la larga pueden causar una forma de parálisis.

LSD - 25 (ácido lisérgico)

                El LSD es una sustancia semisintética, derivado del ergot, extracto éste del cornezuelo del centeno, usado en medicina al final de la Edad Media. También fue muy utilizado en obstetricia para evitar hemorragias puerperales y promover la contracción del útero. En un principio fue utilizado con fines terapéuticos en alcohólicos, cancerosos y otros enfermos terminales para ayudarles a superar el trance. Posteriormente fue abandonada la práctica al comprobarse los resultados adversos, tales como suicidios a causa de las engañosas imágenes y terroríficas visualizaciones. También se comprobó que podía desencadenar esquizofrenia y deterioros mentales variados.

La relación de las drogas alucinógenas y movimientos místicos o religiosos es un hecho comprobable históricamente, como podrá verse al estudiar otras drogas de este tipo en muchas culturas del Centro y Sur de América el consumo de la sustancia y la práctica religiosa siguen siendo algo inseparable. Descubierto en 1938, se considera al ácido lisérgico como el alucinógeno más poderoso, aunque no el más nocivo. Como fenómenos físicos hay que citar la midriasis, temblores, e hiperreflexia, también pueden aparecer náuseas, palidez, sudoración, taquicardia y lipotimia. Los fenómenos psíquicos se caracterizan en lo referente al estado de ánimo por fluctuaciones del humor, variando entre distimias displacenteras, euforia expansiva tales como verborrea y risa irrefrenable. La exaltación mística es tal que algunos autores denominan estas drogas como místicomiméticos. Se consideran productos psicodélicos que inhiben los mecanismos de defensa del yo, y facilitan la distribución de la sensibilidad así como la aparición de imágenes desconcertantes.

CANNABIS SATIVA - HACHIS - MARIHUANA

                El cannabis sativa es un arbusto silvestre que crece en zonas templadas y tropicales, pudiendo llegar una altura de seis metros, extrayéndose de su resina el hachís. Su componente psicoactivo más relevante es el delta-9-tetrahidrocannabinol (delta-9-THC), conteniendo la planta más de sesenta componentes relacionados. Se consume preferentemente fumada, aunque pueden realizarse infusiones, con efectos distintos. Un cigarrillo de marihuana puede llegar a contener 150 mg. de THC, y llegar hasta el doble si contiene aceite de hachís, lo cual según algunos autores puede llevar al síndrome de abstinencia si se consume entre 10 y 20 días. La tolerancia está acreditada, siendo cruzada cuando se consume conjuntamente con opiáceos y alcohol. Respecto a la dependencia, se considera primordialmente psíquica. Los síntomas característicos de la intoxicación son: ansiedad, irritabilidad, temblores, insomnios, muy similares a los de las benzodiacepinas.

                Puede presentarse en distintas modalidades de consumo, sea en hojas que se fuman directamente, en resina del arbusto o en aceite desprendido de éste último. El color de la hoja va del verde amarillento al marrón oscuro según el lugar de procedencia. De la modalidad en que se presente la droga dependerá su denominación: "marihuana" es el nombre de las hojas del cáñamo desmenuzadas, que después de secarse y ser tratadas pueden fumarse (también es conocida como "hierba", "marijuana", mariguana", "mota", "mafú", "pasto", "maría", "monte", "moy", "café", "chocolate", etc.; en inglés se la conoce como: "pot", "herb", "grass", "weed", "Mary Jane", "reefer", "skunk", "boom", "gangster", "kif", "ganja", etc.); su efecto es aproximadamente cinco veces menor que el del hachís. El nombre hachís (también conocido como "hashis") deriva de los terribles asesinos (hashiscins) árabes, que combatieran en las cruzadas entre los años 1090 y 1256. El hachís se obtiene de la inflorescencia del cáñamo hembra, sustancia resinosa que se presenta en forma de láminas compactas con un característico olor. La marihuana es la forma más frecuente, conteniendo de 0,3 a 3 % de delta THC; la concentración de THC llega al 10 % en el hachís, siendo su efecto diverso según factores como la velocidad con la que se fuma, la duración de la inhalación, cantidad inhalada, tiempo que el consumidor retiene la respiración después de inhalar y el estado anímico del sujeto. El consumo oral, tanto de marihuana como de hachís, implica efectos psicológicos similares a los expresados en la forma fumada pero de mayor intensidad y duración y con efectos nocivos potenciados.

                La constancia escrita más antigua sobre su consumo data de la época del Emperador chino SHEN NUNG en el 1237 a.C. También fue conocido por los asirios y griegos del siglo V a.C. En la India hay constancia de su utilización desde hace más de 2.000 años, con finalidad de tipo místico en muchas ocasiones. Hay descripciones en el Antiguo Testamento sobre la sustancia, aunque de forma vaga y no comprobada. Hay casi absoluta certeza de su consumo por los griegos según unánimes referencias doctrinales, así como por los romanos, siendo los árabes los que la comercializaron en su área de influencia. Posiblemente las tropas de Napoleón la extendieron por Europa, en el siglo XIX. Los árabes utilizaron la droga como calmante de enfermedades mentales. Terapéuticamente se aconsejó para tratamientos de insomnio y como sedante para el dolor. También se prescribió para terapias de patologías nerviosas, así como para el tratamiento de la tos, temblores en parálisis compulsivas, espasmos de vejiga e impotencia sexual que no provenga de enfermedad orgánica. Así mismo se recomendó como afrodisiaco, antineurálgico, tranquilizante para maníaco-depresivo, antihistérico, tónico cerebral, remedio para el vómito nervioso, epilepsia y enfermedades nerviosas. Estas recomendaciones fueron posteriormente desaconsejadas unánimemente por la medicina, estando en la actualidad en estudio sólo la legalización de un fármaco derivado de esta sustancia para mitigar los dolores en enfermos cancerosos. Este empleo terapéutico ha creado profundas polémicas. En la actualidad, existe acuerdo científico en que la marihuana no puede considerarse medicamento en ninguna de las formas en que es consumida por los adictos. Al tratar su posible uso como medicamento, se distingue entre la marihuana y el THC puro y otros químicos específicos derivados del cánnabis. La marihuana pura contiene cientos de químicos, algunos de ellos sumamente dañinos a la salud. El THC en forma de píldora para consumo oral (no se fuma) podría utilizarse en el tratamiento de los efectos colaterales (nauseas y el vómito) en algunos tratamientos contra el cáncer. Otro químico relacionado con el THC (nabilone) ha sido autorizado por la "Food and Drug Administration" de Estados Unidos para el tratamiento de los enfermos de cáncer que sufren náuseas. En su forma oral, el THC también se usa en enfermos de SIDA, porque les ayuda a comer mejor y mantener su peso. Los científicos estudian la posibilidad de que el THC y otros químicos relacionados con la marihuana tengan ciertos valores medicinales. Algunos piensan que estos químicos se podrían usar en el tratamiento del dolor severo, pero es necesario tener más evidencia antes de usarlos para el tratamiento de problemas médicos.

                Durante los años sesenta comienza el consumo casi masivo de esta sustancia así como de otras alucinógenas como el LSD, peyote, etc. En el mundo de la música y luego entre la burguesía intelectual norteamericana cundió la moda de fumar marihuana y hachís, extendiéndose a Europa Occidental. El cánnabis fue un signo más del movimiento contracultural pretendiendo una nueva ideología, dentro de la burguesía, basada en el pacifismo, el orientalismo, el amor libre y la vida en la naturaleza. Al principio el consumo afectó a estudiantes y clases altas y medias, para después extenderse por todos los estratos sociales, consumiéndose junto con alcohol y comenzando a crear problemas sanitarios. A pesar de ser una sustancia ilegal, su consumo continúa en aumento. Está probada la relación entre el consumo de esta droga y otras como alcohol, LSD, cocaína, anfetaminas y opiáceos, habiéndose probado su función en la escalada a drogas más peligrosas.

                Las modalidades de marihuana disponibles a los jóvenes son más potentes que las que existían en la década del '60. Ello se debe a que los laboratorios clandestinos de los traficantes han conseguido realizar cambios a nivel genético en el cánnabis mediante sofisticados métodos de biotecnología, resultando en una mayor concentración de THC. La potencia de la droga se mide de acuerdo a la cantidad promedio de THC que se encuentra en las muestras de marihuana que confiscan las agencias policíacas.

» La marihuana común contiene un promedio de 3 % de THC, pudiendo alcanzar el 5,5 %.

» La resina tiene desde 7.5 %, llegando hasta 24 %.

» El hachís (resina gomosa de las flores de las plantas hembras) tiene un promedio de 3.6 %, pero puede llegar a tener hasta 28 %.

» El aceite de hachís, un líquido resinoso y espeso que se destila del hachís, tiene un promedio de 16 % de THC, pero puede llegar a tener hasta 43 %.

                El THC afecta a las células del cerebro encargadas de la memoria. Eso hace que la persona tenga dificultad en recordar eventos recientes (como lo que sucedió hace algunos minutos), y hace difícil que pueda aprender mientras se encuentra bajo la influencia de la droga. Para que una persona pueda aprender y desempeñar tareas que requieren de más de dos pasos, es necesario que tenga una capacidad normal de memoria a corto plazo. Estudios recientes demuestran que la marihuana crea disfunciones mentales y disminución de la capacidad intelectual en las personas que la fuman mucho y por muchos años. En un grupo de fumadores crónicos en Costa Rica, se encontró que los sujetos tenían mucha dificultad en recordar una corta lista de palabras (que es una prueba básica de memoria). Las personas en el estudio también tuvieron gran dificultad en prestar atención a las pruebas que se les presentaron.

                Es posible que la marihuana destruya las células de ciertas regiones especializadas del cerebro. Los científicos han observado que cuando se dieron altas dosis de THC a las ratas de laboratorio, presentaron pérdida de células cerebrales similares a las que se encuentran entre los animales ancianos. Los cerebros de ratas de entre 11 y 12 meses de edad (aproximadamente la mitad de sus vidas) tenían las características los de animales ya viejos.

                Existen serias preocupaciones por sus efectos a largo plazo sobre la salud. Por ejemplo, un grupo de científicos de California examinó el estado de salud de 450 fumadores cotidianos (diarios) de marihuana (que no fumaban tabaco). En comparación con otras personas no fumadoras, estas personas tenían más ausencias de trabajo por enfermedad y más visitas médicas por problemas respiratorios y otras enfermedades. Los resultados indican que el uso regular de la marihuana o del THC son factores que provocan cáncer y problemas en los sistemas respiratorio, inmunológico y reproductivo.

Marihuana y cáncer: la marihuana contiene elementos causantes de cáncer que también se encuentran en los cigarrillos, pero en mayores concentraciones. Los estudios muestran que una persona que fuma cinco cigarrillos de marihuana a la semana consume la misma cantidad de químicos carcinógenos que una persona que fuma un paquete de cigarrillos al día. El humo de la marihuana y del tabaco probablemente cambian los tejidos que cubren el sistema respiratorio. También es posible que en algunas personas el humo de la marihuana contribuya al desarrollo temprano del cáncer de cabeza y de cuello.

Marihuana y trastornos reproductivos: la marihuana afecta la producción de hormonas masculinas y femeninas y, por lo tanto, las características y función sexual. Se ha comprobado una estrecha relación entre consumo de marihuana y esterilidad. Las dosis altas de la droga pueden posponer la pubertad en los varones y tener efectos adversos en la producción de esperma. Entre las mujeres, la marihuana puede cambiar el ciclo menstrual normal e inhibir la producción de óvulos.

Marihuana y trastornos inmunológicos: estudios hechos en animales y humanos que muestran que la droga impide la función normal de las células T, cuando se trata de defender al sistema respiratorio de ciertos tipos de infecciones. Las personas que tienen el virus HIV y cuyos sistemas inmunes no funcionan adecuadamente, deben evitar su uso.

Marihuana y trastornos respiratorios: quienes fuman marihuana regularmente suelen tener los mismos problemas respiratorios que quienes fuman cigarrillos. Tienen síntomas como tos crónica y flemas (bronquitis crónica) y tienen más resfriados. El uso continuo de la marihuana puede resultar en función anormal de los pulmones y las vías respiratorias. Se ha encontrado evidencia de que el humo de la marihuana puede destruir o dañar el tejido pulmonar.

BARBITÚRICOS Y SEDANTES

                Son los fármacos más utilizados en los países desarrollados. En 1887 se describieron los primeros cuadros de dependencias a tranquilizantes como el paraldehído, habiéndose extendido posteriormente a sustancias como cloral, barbitúricos, bromureído, diacepan, meprobanato, matacuolona, etc. El consumo de estas sustancias está extendido en toda la población sin haberse detectado grupos sociales o de edad determinados, aunque están más predispuestas las mujeres. En pequeñas dosis se utilizan como ansiolíticos, es decir, como fármaco que mitigan la angustia e intranquilidad, y en grandes cantidades sus efectos son embriagadores, similares a los que puede producir el alcohol. La síntesis del primer barbitúrico se sitúa en 1863, habiendo en la actualidad más de 2.500 derivados de esta sustancia. El barbital o dietil-barbitúrico fue comercializado en 1903, teniendo gran difusión años después. Estas sustancias provocan una dependencia física y psíquica, así como tendencia a aumentar el consumo por el grado de tolerancia que poseen. Los sujetos con base neurótica son los más predispuestos a la dependencia de esta sustancia, al desear aliviar la ansiedad que sufren. La mortalidad por su consumo es elevada, siendo el tipo de fármaco más usado para el suicidio. El consumo simultáneo con alcohol es frecuente, creando interacciones potenciadoras de los efectos de ambas drogas, caracterizadas por trastornos en la coordinación psicomotriz y por el descenso del nivel de conciencia. A grandes dosis pueden presentarse cuadros comparables al "delirium tremens" del alcohol.

                Determinados toxicómanos consumen esta sustancia en unión de otras como alcohol, café o anfetaminas, llegando a situaciones de perturbación psíquica y física muy importantes y afectando muy notoriamente el autocontrol. La dependencia aparece después de varios meses de haber ingerido dosis diarias, aunque depende del tipo de barbitúrico. El consumo continuado durante años llega a cambiar la personalidad, transformándola en más irritable, depresiva, y comporta pérdida de memoria y concentración. Con el tiempo los síntomas van instalándose en el sujeto pudiendo quedar una obnubilación mental permanente. En fases muy avanzadas aparecen crisis crepusculares, desorientación y alucinaciones que remiten en varios días tras disminuir o abandonar el consumo pero que pueden extenderse hasta dos meses.

BENZODIACEPINAS

                El cerebro regula normalmente las emociones pero cuando se desbordan finalizan en incontrolables sensaciones de angustia. Mediante las benzodiacepinas se aminora e incluso se anula esta sensación, provocando una situación de bienestar. Las benzodiacepinas provocan, como otras drogas, el fenómeno de la tolerancia y en especial la "tolerancia cruzada", que es un efecto por el cual un consumidor de varias drogas se hace tolerante a una de ellas siendo también tolerante a otras, a pesar de no haber tenido con éstas ningún encuentro previo. De esta forma un sujeto que fue tratado con un barbitúrico puede volverse tolerante al mismo, necesitando tomar cada vez más cantidad para obtener la misma sensación. Ese mismo individuo precisará mayores dosis de benzodiacepinas que las que habría necesitado si nunca se hubiese hecho tolerante al barbitúrico.

ALUCINÓGENOS

                La palabra "alucinógeno" hace referencia a las sustancias que alteran los sentidos, produciendo distorsión en la percepción de visiones, audiciones y generando sensaciones irreales. La alucinación es un síntoma de las psicosis y patologías de la mente más grave y su aparición distorsiona el conocimiento y la voluntad. Las drogas alucinógenas más importantes son el LSD-25, cánnabis sativa o marihuana, mezcalina, psilocibina y psilocina. Además de dichas sustancias hay otros muchos vegetales alucinógenos. A continuación, se presenta la descripción de los principales alucinógenos.

QUÍMICOS INHALABLES

                Dentro de este grupo de sustancias pueden citarse: 1) adhesivos: colas, tolueno, xileno, acetona, benzoles, benzaldehido; 2) aerosoles-sprays: gases propelentes; 3) cementos plásticos: hexano; 4) solventes de pinturas, barnices y esmaltes: petróleo, butano, trementina; 5) líquidos para limpieza: xileno, benzol, éter de petróleo; 6) éter anestésico: éter etílico puro; 7) éter: éter etílico; 8) combustibles: bencina, naftas; 9) thinner: hidrocarburos halogenados; 10) vasodilatadores: nitrito de amilo; nitrito de butilo.

                El consumo de estas sustancias presenta graves problemas sanitarios. Sus consumidores son principalmente marginales, especialmente niños, aunque la adicción también se da con relativa frecuencia en ciertos grupos profesionales. Las edades más frecuentes del uso crónico de inhalantes son al principio o al final de la adolescencia. Esto se debe en parte a la invitación o presión por parte de los compañeros de escuela y amigos, curiosidad e ignorancia de los efectos tóxicos e inseguridad personal. Lo más importante es la ignorancia del problema en la casa y la negación de los padres de que sus hijos puedan tener este problema. Los motivos del consumo se deben a la curiosidad, aburrimiento, falta de estímulos, desarraigo y anomia. En el caso de los profesionales, el contacto habitual con las sustancias puede crear una adicción involuntaria; la adicción voluntaria es menos frecuente, aunque no excepcional. Generalmente estos productos son fáciles de obtener y están al alcance del adicto, son muy baratos, y no precisan de instrumentos para su uso. Asimismo, no es necesario contactar a un criminal para obtenerlos. Su uso puede hacerse en cualquier lugar, son fáciles de esconder y difíciles de detectar. Otro factor muy importante es el desconocimiento de las consecuencias y peligros de su uso.

                Estas sustancias se consumen en determinadas zonas rurales, como así también en ambientes marginales o de bajos recursos, donde son de las pocas drogas a las que tiene acceso fácil. Ello agrava el problema de una sustancia legal que es utilizada de forma incorrecta. La adicción a estas sustancias es el paso previo a otras drogas, llevando situaciones irreversibles. La adicción suele ser desconocida tanto por la familia como por el entorno social, dado que estas sustancias pasan desapercibidas y no son relacionadas con adicciones. Ello hace extender el consumo no sólo en medios marginales sino en todas las capas sociales. Existen tres grandes grupos de consumidores: 1) niños y adolescentes de poblaciones marginadas que consumen en grupo; 2) adultos que acceden al producto por su profesión o por asociación con grupos de personas con hábitos similares; 3) adultos marginales que inhalan las sustancias al igual que los niños, pero en solitario. El aspecto familiar es determinante para entender el fenómeno, habiéndose constatado cómo los inhaladores también presentan problemas con el alcohol, siendo de una clase social media baja y baja, y con problemas de abandono familiar.

                El uso continuado provoca dependencia psíquica, creando una situación de necesidad de ingesta similar a otras drogas. A consecuencia de la rápida distribución por los pulmones, el inicio de la intoxicación es casi inmediato. Se relaciona el consumo de esta droga con conductas criminales y autodestructivas. La sensación de euforia primero y aturdimiento después, habitual con estos tóxicos, conlleva una perturbación psíquica grave que altera la inteligencia y la percepción. Está acreditado el fenómeno de la tolerancia respecto de los efectos en el sistema nervioso central, mientras que la dependencia física es discutida. El nivel de inteligencia disminuye, haciendo frecuentes los problemas escolares. Se presentan cambios y descuido en la apariencia física, falta de higiene, falta de atención, alteración de la memoria, disminución de la capacidad de abstracción y razonamiento, personalidad antisocial, agresividad, depresión, ataques de pánico, ansiedad y alucinaciones con trastorno en el juicio crítico y la percepción. Se presentan ataxia, oraciones incoherentes y precipitadas, deplopia, náuseas y vómitos. La interrupción de la inhalación, como así también una intensa aspiración, pueden provocar la muerte. Son causales de dependencia psíquica, pudiéndose presentar psicosis tóxicas con daños cerebrales irreparables. Los inhalantes producen una fácil sugestionabilidad, dándose experiencias alucinatorias colectivas, lo que da ejemplo de la complejidad de la intoxicación. También provoca sentimientos paranoides y excitación sexual. Ciertos estudios consideran la embriaguez por inhalantes de mayor gravedad que la alcohólica, a pesar de que los efectos de la intoxicación no son muy prolongados.

                Uno de los inhalables adictivos más difundidos es el tolueno, sustancia presente en cierto tipo de pegamentos para cueros, gomas, cauchos, corchos, cartones, etc. Es una de las sustancias que mayores trastornos ocasiona, por lo que en Argentina fue prohibida su venta a menores de edad y se tiende a su supresión. Se considera que el límite de este tóxico que puede aspirarse sin sufrir efectos secundarios es de una concentración de la sustancia en aire de 100/1.000.000. La intoxicación se presenta con 1,5 microgramos, siendo el cuadro muy grave si llega a 10 microgramos. Los efectos agudos acostumbran a durar entre 30 y 45 minutos. Las consecuencias psico-perceptivas del consumo de este tipo de sustancias es alarmante, presentándose cuadros de exaltación, alucinaciones visuales, auditivas y táctiles, como así también ilusiones catatímicas.

                El pegamento plástico es una de las drogas favoritas de los menores y adolescentes, habiendo aumentado considerablemente su consumo en los últimos años. En un principio, las primeras ingestas suponen un estado de euforia o subida del ánimo, pero tras instalarse la tolerancia que se desarrolla tras semanas o meses los consumidores habituados deben inhalar varios tubos de sustancia para alcanzar el efecto deseado. La intoxicación se caracteriza por euforia, excitación, sensación flotante, vértigo, habla farfullante y ataxia. La inhalación va acompañada de pérdida de inhibición con sensación de fuerza y capacidad no reales. La intoxicación otorga agresividad, euforia, exaltación y situaciones violentas, por lo que se potencian las posibilidades de comisión de delitos, a lo que sucede, al igual que con el alcohol, periodos de amnesia donde el adicto no recuerda absolutamente nada de lo acaecido durante la intoxicación. En ocasiones aparecen alucinaciones visuales que pueden llegar a durar varias horas, lo que demuestra su gran potencial perturbador.

Signos y síntomas de la adicción a químicos inhalables

                Estos pueden ser muy variados, dependiendo del tipo de sustancia química y de la cantidad inhalada o aspirada. Frecuentemente hay olor o aliento a sustancias químicas, irritación de nariz, labios o boca, irritación en la piel, manchas de sustancias químicas o pintura en la nariz, boca, manos y/o en la ropa. Los ojos suelen estar enrojecidos, algunas veces con movimientos oculares laterales rápidos involuntarios (nistagmus). Los efectos inmediatos son: mareos, somnolencia, pérdida del equilibrio, falta de coordinación, embriaguez, temblores, alteración de la memoria, falta de concentración, lentitud de movimientos, lenguaje lento e incoherente. Puede seguir un estado de excitación, tensión muscular, aprensión, agitación, irritabilidad, cambios en la presión arterial y ritmo cardiaco. Se presentan cambios de conducta y personalidad, pudiendo presentarse casos de furia histérica y violencia verbal y/o física. Debido a que el efecto dura de 15 a 45 minutos, el adicto tiende a inhalar nuevamente la sustancia tóxica. Pueden presentarse nauseas, vómitos y anorexia. Inmediatamente después del uso pueden presentarse convulsiones, estado de coma, y muerte súbita por arritmia cardiaca, asfixia, o accidente vascular cerebral. Luego de algunas horas, pueden desarrollarse acumulación de líquido e inflamación de los pulmones (edema pulmonar), hipoxia o anoxia, neumonías, convulsiones. El uso repetido o crónico deja daño permanente en el organismo: temblores, falta de coordinación, pérdida del sentido del equilibrio, reducción de la memoria e inteligencia, estados de depresión o psicosis, infartos cerebrales, trastornos del lenguaje y la memoria, epilepsia, trastornos en la sensibilidad y movimiento de las extremidades, daño al hígado y riñones, leucemia, bronquitis crónica, ceguera, sordera, daño cerebral permanente, problemas respiratorios crónicos.

Daños físicos que causan los químicos inhalables

CEREBELO: es el centro de la mayoría de las funciones involuntarias del cuerpo. El abuso severo de inhalantes daña los nervios que controlan los movimientos motores, lo que resulta en pérdida de coordinación general. Los adictos crónicos experimentan temblores y agitación incontrolable.

CEREBRO: las sustancias inhalables afectan diferentes partes del cerebro, provocando alteraciones sensoriales y psicológicas. Los estudios indican que estas sustancias disuelven la capa protectora de mielina que envuelve a las neuronas, dañando la corteza cerebral y pudiendo derivar en muerte celular (irreversible). Esto acarrea cambios permanentes de personalidad, pérdida de la memoria, alucinaciones y problemas de aprendizaje.

CORAZON: el abuso de inhalantes puede resultar en "Síndrome de Muerte Súbita por Inhalantes". Las dos sustancias que más frecuentemente han causado estas muertes son el tolueno y el gas butano. El gas freón interfiere en el ritmo natural del corazón, causando paro cardíaco. Los nitratos de amilo y butilo también afectan el ritmo cardíaco.

HÍGADO: los compuestos halogenados, como el tricloroetileno (presente en pinturas en aerosol y correctores escolares líquidos) causan daño permanente a los tejidos hepáticos.

MEDULA OSEA: se ha probado que el benzeno, componente de las naftas y gasolinas, causa leucemia.

MÚSCULOS: el abuso crónico de inhalantes causa desgaste de músculos, reduciendo el tono y su fuerza.

NERVIOS CRANEALES, NERVIOS ÓPTICOS Y ACÚSTICOS: el tolueno atrofia estos nervios, causando problemas visuales y pobre coordinación de los ojos. Además, destruye las células que envían el sonido al cerebro. Ello deriva en graves posibilidades de cegueras y sorderas.

NERVIOS PERIFERICOS: Inhalación crónica de oxido nitroso (propelente) y el hexano (presente en algunos pegamentos y combustibles) resulta en daño a los nervios periféricos. Los síntomas incluyen: adormecimiento de extremidades, calambres y parálisis total.

RIÑONES: el tolueno altera la capacidad de los riñones para controlar la cantidad de ácido en la sangre. Este problema es reversible cuando el consumidor no es crónico y el tolueno deja el cuerpo, pero con el uso repetido puede derivar en litiasis e insuficiencia renal.

SANGRE: Algunas sustancias como los nitritos y el cloruro de metileno (thinner de pintura), bloquean químicamente la capacidad de transportar el oxigeno en la sangre.

SISTEMA RESPIRATORIO: la inhalación repetida de pinturas en aerosol puede resultar en daño pulmonar. Casos de asfixia se han reportado cuando la concentración del solvente desplaza totalmente el oxigeno en los pulmones. Además se presentan graves irritaciones en las mucosas nasales y tracto respiratorio. Muchos químicos inhalables son potentes agentes causantes de cáncer.

EFECTOS DE LAS DROGAS

ANFETAMINAS

El consumo de anfetaminas produce en el cuerpo los siguientes síntomas:

A largo plazo y/o usadas en dosis elevadas, ocasionan:

¿ES ADICTIVA?

                Sí, es adictiva porque el organismo la asimila y crea tolerancia a la droga, lo que ocasiona que el usuario necesite cada vez mayor cantidad para lograr la misma nota estimulante.

COCAÍNA

La cocaína estimula el sistema nervioso central. Sus efectos inmediatos incluyen:

Su uso ocasional puede producir...

La inyección de cocaína con equipo contaminado puede producir SIDA, hepatitis y otras enfermedades.

El uso crónico de esta droga causa los siguientes síntomas en el organismo en adición a los efectos arriba mencionados:

La mezcla de cocaína con heroína, conocida como "speedball", puede causar la muerte.

¿ES ADICTIVA?

                La cocaína es una de las drogas más adictivas que hay, ya que su efecto, aunque fuerte, es de corta duración. El Crack es extremadamente adictivo.

ECSTASY

Efectos del ECSTASY en el cuerpo.

Los efectos secundarios y reacciones adversas que producen los esteroides son más de 70. El uso de esteroides afecta gravemente al hígado, y a los sistemas cardiovascular y reproductivo. Sus efectos psicológicos en ambos sexos incluyen el comportamiento muy agresivo conocido como "roid rage" y depresión. Algunos de los efectos secundarios aparecen rápidamente. Otros, como ataques cardiacos y apoplejía son ocasionados con el uso continuo de esteroides a través de los años.

HEROÍNA

Los efectos negativos inmediatos de los inhalantes incluyen:

Su uso a largo plazo o el uso de grandes cantidades en un período corto pueden producir:

La inhalación repetida de vapores concentrados a través del tiempo puede dañar permanentemente el sistema nervioso.

LSD

Efectos del LSD en el cuerpo.

A la experiencia con esta droga le llaman "un viaje",el cual puede tener una duración hasta de 12 horas. Pero muchas veces éste resulta ser una pesadilla. Algunos usuarios experimentan pensamientos y visiones aterradoras que crean en ellos tal pánico que muchos han saltado al vacío provocando su propia muerte para huir de estas sensaciones que identifican como un peligro real.

¿ES ADICTIVA?

Sí es adictiva porque quien la usa necesita cada vez una dosis mayor para lograr la misma una experiencia de igual intensidad.

METANFEMINA

Efectos de la METANFETAMINA en el cuerpo.

La persona que usa "Ice" piensa que la droga le proporciona energía instantánea. La realidad es que la droga acelera el sistema nervioso, haciendo que el cuerpo utilice la energía acumulada. Al no descansar lo suficiente y dejar de alimentarse-por la pérdida del apetito-el "Ice" causa daño permanente a la salud.

Los efectos que causa al cuerpo varían de acuerdo a la cantidad de droga utilizada. Entre los síntomas observados se encuentran los siguientes:

¿ES ADICTIVA?

Sí; el "Ice" o "Crank" produce tolerancia, por lo que a medida que se usa se va necesitando una dosis mayor para sentir los mismos efectos.

MARIHUANA

Los efectos físicos observados regularmente son:

Como los fumadores de marihuana inhalan profundamente el humo sin filtrar y lo retienen en los pulmones tanto tiempo como puedan, la marihuana es perjudicial para los pulmones. El humo de marihuana contiene más agentes carcinógenos que el humo del tabaco.

¿ES ADICTIVA?

Sí. Estudios han comprobado que el uso constante de la marihuana crea tolerancia hacia la droga. Esto significa que la persona tiene que fumar más cantidad para sentir la euforia que solía sentir con pequeñas
dosis.

También crea una dependencia psicológica, lo cual significa que el usuario apetece la droga por sus efectos.

El cuerpo igualmente desarrolla una dependencia física hacia la droga, mostrando síntomas de la falta de la droga tales como dificultad de dormir, nerviosidad y mal genio.

ROHYPNOL

Efectos del ROHYPNOL en el cuerpo.

¿ES ADICTIVA?

Si.

SPECIAL-K

Efectos del SPECIAL-K en el cuerpo.

PCP

Efectos del PCP en el cuerpo.

Los efectos por uso crónico son:

¿ES ADICTIVA?

Los estudios han demostrado la existencia de dependencia química causada por el PCP.

CAPÍTULO 7:

EL ALCOHOL Y EL TABACO

Las bebidas alcohólicas

                La cultura occidental ha convertido la elaboración de las bebidas alcohólicas en un arte diverso y sofisticado. Los consumidores han aprendido a conocerlas y a disfrutar de sus ventajas, aunque socialmente se observan ciertas consecuencias como violencia, embrutecimiento e infinidad de accidentes como resultado de los excesos. El alcohol tiene poder de relajación para hacer frente a la ansiedad, mezcla con la desinhibición sentimientos tan opuestos como la extroversión y la depresión, la actividad y el sopor, o la autosufiencia con una frágil sensibilidad. Todas las personas conocen los efectos del exceso de alcohol en el organismo. No obstante, pocos saben las consecuencias que acarrea a los alcohólicos intentar dejar de beber asiduamente. Quienes lo hicieron, experimentaron temblores y convulsiones, además de alucinaciones desagradables y una completa desorientación mental, situación conocida como delirium tremens, durante casi una semana, lo cual produce un deterioro mental irreversible en una elevada proporción de individuos.

                La producción de bebidas alcohólicas existe desde que el hombre conoce el fenómeno de la fermentación. Hay evidencia de su uso y consumo por pueblos prehistóricos. En el neolítico se comienza a fabricar cerveza. Hay citas en documentos egipcios sobre su consumo (3.700-2.700 a.C.), y los hebreos dejaron constancia de su uso en la Biblia. Ya el Código de Hammurabi fijaba normas represivas contra su consumo, llegando a establecer la pena de muerte. Entre los griegos eran conocidos sus efectos, y aparece citado en innumerables obras, entre ellas la Ilíada, la Odisea, y la Historia de Herodoto. Los romanos lo consumían habitualmente, y se conoce el descontrol reinante en las orgías de los emperadores. La fermentación y destilación natural de los productos agrícolas cedió su espacio a la destilación artificial (S. XIV), y posteriormente a la destilación industrial, que produjo una explosión en el consumo (S. XIX). Durante el primer tercio del S. XX se produjo en los Estados Unidos el fenómeno prohibicionista, con la llamada "Ley Seca" que proscribió la fabricación y venta de alcoholes; tan solo el vinagre, la sidra y el vino destinado a misa quedaron exentos de ella. Estas medidas fueron no sólo ineficaces sino además provocaron un fenómeno criminal sin precedentes. Por estar culturalmente arraigado y por la pésima experiencia norteamericana, ningún Estado occidental optó la vía prohibicionista; las campañas de prevención tuvieron resultados desiguales. En EE.UU. las normas sobre venta de alcohol a menores es estrictamente limitativa, siendo su cumplimiento mucho más efectivo que en la resto de Occidente. Los países árabes poseen una legislación restrictiva del consumo de alcohol, que tan sólo puede efectuarse en locales específicos, siendo prohibido en otros. El consumo del mismo está extendido, aunque el factor religioso frena su influencia

Efectos del alcoholismo crónico

Aparato Circulatorio. Hipertensión arterial y accidentes cerebrovasculares.

Aparato digestivo. Inflamación del esófago y del estómago, que puede ocasionar gastritis crónica; úlceras, hemorragias, pancreatitis y cánceres de boca del estómago.

Hígado. Hepatitis alcohólica y cirrosis hepática, que puede provocar la muerte.

Sistema Nervioso Central. Depresión neuronal, causa de temblores, convulsiones, insonmio, espasmos musculares, alucinaciones y lesiones atróficas del cerebro y el cerebelo.

Trastornos alimentarios. Anemia y deficiencias vitamínicas.

Trastornos psíquicos. Agresividad, crisis coléricas y deterioro de las funciones intelectuales.

Etiología del alcoholismo

                Las causas son muy variadas, no habiendo acuerdo científico sobre este aspecto. Los factores cultural y biológico - genético explican gran parte de la patología. Esta adicción afecta a todas las clases sociales, por lo que no es aceptable una teoría que atienda al carácter sociocultural bajo como factor predisponente a la adicción, dado que en las clases altas el consumo es extensivo. En cuanto al nivel de estudios es evidente que la falta de escolarización y cultura condiciona la adicción, pero no es específico del alcohol, sino de todas las drogas. No se puede atribuir una explicación única de las toxicomanías, ya que influyen problemas sociales tan variados como el delito, los problemas familiares, la anomia, el desempleo o la salud. La adicción al alcohol posee aspectos culturales importantes desde el momento en que el consumo es lícito y los menores, a pesar de las prohibiciones, no tienen problema para consumirlo. La publicidad y la permisibilidad aumentan el número de consumidores. El perfil etiológico del alcohólico se hizo de diversas formas, atendiendo a teorías biológicas, socioculturales, económicas, ambientales y psicológicas. Las teorías dinámicas y psicopatológicas entienden que los alcohólicos llegan a la adicción condicionados por una patología anterior, que unida a situaciones ambientales desencadenan el fenómeno. El entorno familiar puede ser determinante. Ante la situación familiar distorsionada el sujeto erige defensas psicológicas contra la ansiedad. Por otra parte, los menores tienden a seguir el ejemplo de sus mayores. Otros motivos del alcoholismo son los deseos de evasión y de autodestrucción, dado el gran número de suicidios que presenta esta enfermedad.

                Se han logrado importantes progresos en la comprensión de la predisposición genética al alcoholismo. Estudios hechos sobre gemelos y hermanos mellizos indican que hay más de un gen responsable de esta predisposición. Las investigaciones no han descifrado exactamente la forma en que los genes actúan; aún se desconoce si los genes son específicamente determinantes del alcoholismo, o si interactúan en forma más general sobre el temperamento incrementando la vulnerabilidad. El éxito en el descubrimiento de los genes involucrados en la predisposición al alcoholismo ayudaría a reconocer los individuos vulnerables, y además ayudaría a prevenir y desarrollar tratamientos contra el alcoholismo.

Efectos del alcohol

                Dosis de 15 a 20 cc. de etanol en bebida diluida producen bienestar, calor en el rostro por vasodilatación periférica. Aumentando hasta 34 cc. disminuyen de forma homogénea los reflejos más sencillos. La exactitud de los movimientos habituales automáticos, como andar, comer, etc., disminuye sensiblemente, aumentando los errores hasta el 40 %. Experimentos sobre la materia indican que con dosis de 11 cc. se producen errores mecanográficos, de tiro o memoria. Con alcoholemia superior a 0,25 % g./l., hay doble riesgo de accidentes, dado que el alcohol perturba los reflejos y acentúa la sensación ilusoria. El consumo de alcohol altera la visión periférica, afectando la atención y el control motor ocular. Los estudios demuestran una disminución significativa en la capacidad de reacción ante estímulos visuales y auditivos, que explican la gran cantidad de accidentes que producen. Se ha demostrado que la convergencia visual intencional disminuye a partir de 300 mg./l. de alcoholemia y se debilita progresivamente al sobrepasar esa cifra. Entre 50 y 150 mg./l. la fusión binocular y la convergencia quedan afectadas. A 800 mg.n. es notable la dificultad para apreciar las distancias, reduciéndose la capacidad de visión binocular. La reacción auditiva disminuye en un 16 % con una alcoholemia del 500 mg/I. Respecto a la coordinación y dirección, los tests acreditan un aumento de errores y disminución en la velocidad de ejecución, con deterioro de la capacidad de atención en un 30 %. Un 0,05 % de alcohol en la sangre deprime las respuestas aprendidas recientemente, disminuyendo las inhibiciones y restricciones sociales y afectando al juicio. A un nivel de 0,10 % se narcotizan los centros cerebrales más antiguos y se dificultan relativamente la locución y la actividad motora. Un 0,20 % afecta profundamente el área motriz del cerebro y 0,30 % altera gravemente la percepción sensorial, entrando en un estado de estupor. A nivel de 0,40 % prácticamente se anula la percepción y la persona se encuentra narcotizada y en coma. Con niveles del 0,60 al 0,70 se afectan los centros cerebrales primitivos que controlan la respiración y la frecuencia cardíaca, y sobreviene la muerte.

                La tolerancia al alcohol se desarrolla en un periodo de entre 5 y 10 años, por lo que no puede predecirse de resultados inmediatos. Durante este tiempo, el adicto comprueba que con la misma cantidad o incluso más se obtienen menos resultados. Ello lleva a la convicción errónea de que al sufrir respuestas menores la nocividad del tóxico también lo es, entendiendo que se resiste mejor la droga. Las últimas investigaciones indican que la tolerancia se relaciona con las funciones del sistema nervioso central y con el proceso hepático. El hígado se deteriora por la absorción del tóxico, evitando parcialmente un deterioro en otras zonas del cuerpo, especialmente el cerebro. Uno de los primeros síntomas del avance de la patología son las amnesias alcohólicas que se caracterizan por ser totales, es decir, no se recuerda absolutamente nada de un periodo determinado. No obstante, el sujeto puede realizar actividades que precisan cierta racionalización, como tratos económicos o mantener conversaciones. La toxicomanía alcohólica sufre varias etapas hasta llegar a su cronicidad; se han descrito cuatro fases:

a) Prealcohólica: su duración oscila entre seis meses y dos años durante los cuales la bebida es usada para rebajar la tensión y aliviar el nerviosismo y la ansiedad. El sujeto comienza a sentirse diferente de sus amigos, advirtiendo un rechazo por parte de la sociedad al tiempo que aumenta el autodesprecio. Se comienza a ser consciente del problema del alcohol, pero no se encuentran soluciones y persiste el consumo.

b) Promódica: la extensión es de dos a cinco años. El alcohol pasa a ser una droga necesaria, apareciendo los primeros síntomas graves. Se manifiestan periodos de amnesia (apagones, tinieblas) y signos de lesión cerebral. Se sufren sentimientos de culpa, remordimientos, estados crepusculares. Se produce una perturbación psíquica en el agente. Se incrementan los hechos delictivos y los accidentes de tránsito y laborales.

c) De toxicomanía crucial: se caracteriza por la pérdida del autocontrol, eliminándose la capacidad inhibitoria, con conducta autojustificable del abuso del alcohol. Se pierden la autoestima y seguridad en uno mismo. El sujeto puede asumir actitudes de grandiosidad, gestos extravagantes, discursos grandilocuentes u ostentaciones, y atribuye la culpa a los demás, con signos agresivos tales como insultos y humillaciones que pueden desembocar en violencia física. La interpretación es paranoide, existiendo la sensación de persecución por los demás. Persisten la lástima de sí mismo y los remordimientos. Se pierde el interés por las cosas, excepto por el alcohol que pasa a ser el centro de la vida del sujeto. Se producen lesiones orgánicas que producen trastornos de toda la personalidad. Los celos, la conducta paranoide, la agresividad son síntomas graves de la patología mental.

d) Crónica: se produce una destrucción progresiva de la moralidad, con debilitación grave de las facultades mentales, pensamiento confuso, lento y prolongado. Aparecen las psicosis alcohólicas, las alucinosis, la depresión y los delirios. El sueño es conflictivo, con pesadillas y miedo infundado, crisis de angustia y confusión de ideas.

                Se asocian íntimamente al consumo y abuso de bebidas alcohólicas: muerte súbita; síndrome de alcoholismo embrio-fetal; dipsomanía; cáncer: bucal, de esófago, de estómago, de páncreas, de hígado; cirrosis hepática; coma alcohólico; intoxicación letal aguda; "delirium tremens" ; enfermedad de Wernicke o poliencefalitis hemorrágica superior; alucinosis alcohólica; demencia alcohólica; trastorno amnésico alcohólico o psicosis polineurítica de Korsakoff; enfermedad de Marcchafava y Bignami; esclerosis cortical laminar de Morel, mielinólisis; angustia; depresión con sintomatología somática; depresión secundaria en enfermedades orgánicas; y otras. La recuperación del alcohólico consta de diferentes etapas. Inicialmente el tratamiento se realiza bajo estricto control médico. La terapia consiste en la total supresión de su consumo coadyuvado con dietas especiales que equilibran el organismo. Paralelamente, puede ser necesario el uso de fármacos que disminuyan los temblores nerviosos y otros síntomas de abstinencia. Logrado un equilibrio metabólico y psicológico aceptable, comienza el tratamiento psiquiátrico que normalmente se realiza en grupos terapéuticos y que suelen incluir programas de apoyo al grupo familiar. Esta etapa se basa en la abstinencia total, sin límite temporal.

Alcohol y SIDA

Existen dos motivos fundamentales para investigar la conexión entre alcohol y SIDA: A) el alcohol afecta al sistema inmunológico; y B) el alcohol influye en el comportamiento sexual de alto riesgo.

  1. A) Alcohol y el sistema inmunológico: el alcohol puede afectar la capacidad normal de respuesta a las enfermedades, produciendo un descalabro en el sistema inmunológico. Se ha demostrado científicamente que el consumo crónico de alcohol reduce el número de glóbulos blancos, la producción de anticuerpos y otras células inmunológicas, llegando a suprimir la producción de células macrófagas, que son las que libran de infecciones a los pulmones. Además, los alcohólicos están expuestos a desarrollar diversas clases de cáncer en un porcentaje que quintuplica al correspondiente a personas no alcohólicas. Los efectos inmunodepresores del alcohol pueden resumirse en dos factores fundamentales:

el incremento en la vulnerabilidad contra infección de HIV; 2) el efecto inmunodepresor deriva en que los portadores de HIV desarrollen más rápidamente el SIDA y las enfermedades relacionadas, y en formas exacerbadas.

B) Alcohol y comportamiento sexual: las prácticas sexuales consideradas de alto riesgo para el contagio con el virus HIV son frecuentes durante los estados de alcoholización. El peligro de estas relaciones sexuales se explica de dos formas: 1) el consumo de alcohol hace que el sujeto asuma comportamientos riesgosos: quienes beben alcohol se enganchan en una larga serie de actividades de alto riesgo, que incluyen prácticas sexuales inseguras (síndrome de comportamiento alcohólico); 2) el alcohol disminuye el juicio crítico y las inhibiciones.

Diversos estudios indican una relación directa entre consumo de alcohol y actividades sexuales riesgosas. Investigaciones hechas en grupos heterosexuales y homosexuales evidencian una dramática disminución en el uso de condones durante relaciones sexuales no-monógamas en grupos de hombres y mujeres que combinan sus encuentros sexuales con consumo de alcohol. Un estudio similar hecho en grupos homosexuales demostró que el consumo de alcohol y otras drogas durante las relaciones sexuales es un importantísimo factor para el incremento de situaciones de alto riesgo: incluso quienes beben sólo ocasionalmente antes o durante las relaciones sexuales, duplican los riesgos con respecto a quienes no beben. Además, los hombres que no beben tienen tres veces menos probabilidades de asumir comportamientos de alto riesgo.

Alcohol y accidentes de circulación

La conducción de automóviles involucra a múltiples tareas que demandan atención permanente. El manejo seguro requiere atención para la toma de decisiones rápidas en un ambiente y actividad altamente cambiante, para ejecutar maniobras basadas en dichas decisiones. El consumo de alcohol afecta a un amplio espectro de habilidades necesarias para esta tarea. Su reducción o anulación son causales directas de accidentes de tránsito.

La Concentración de Alcohol en Sangre (CAS) se expresa en porcentaje de alcohol por decilitro de sangre, por ejemplo 0,10% que equivale a 0,10 gramos por decilitro. Un hombre de 75 kg tiene una CAS de aproximadamente 0,04% luego de 1 hora de haber consumido 2 latas chicas de cerveza, con el estómago vacío. Las habilidades en el manejo son afectadas en forma diferente de acuerdo a la CAS. Por ejemplo, la capacidad para prestar atención a dos o más fuentes de información visual es afectada con una CAS de 0,02%, e incluso con porcentajes inferiores. Una CAS de 0,05% se afectan los movimientos oculares, la percepción visual, el tiempo de reacción, el procesamiento de información, la performance psicomotora y la concentración para realizar diversas tareas. En comparación con conductores que no beben alcohol, la probabilidad de accidentes fatales aumentan dramáticamente en quienes han bebido: con CAS de 0,02 a 0,04%, el riesgo aumenta 1.4 veces; con CAS de 0,05 a 0,09% el riesgo se incrementa a 11.1 veces; con CAS de 0,10 y 0,14% el riesgo se dispara a 48 veces; y con CAS de 0,15% o superior aumenta... ¡380 veces!

El tabaco

                La adicción a los productos derivados del tabaco es la más extendida. Su aceptación cultural considera a su consumo, en primer lugar como una fuente de placer, y en segundo como un simple vicio o mala costumbre. Se ha determinado que los cigarrillos y otros productos de tabaco, tales como cigarros, tabaco para pipa o rapé (en polvo), son adictivos y que la nicotina es la droga del tabaco causante de adicción. Además, se sabe que el tabaquismo es un importante causal de accidentes cardíacos y cerebrovasculares, y ocupaba el primer lugar entre los factores que provocan cáncer. A pesar de ello, millones de persona fuman tabaco en sus diversas formas, lo que hace de la nicotina una de las drogas adictivas de mayor difusión.

El tabaco proviene de la elaboración de diversas especies de plantas originarias de América, la más importante de las cuales es la Nicotina tabacum, de la familia de las solanáceas. Según la Organización Mundial de la Salud, el tabaco crea una "dependencia psíquica fuerte y una dependencia física leve". Se acepta según esto, que es la forma más extendida de dependencia de una droga. Los efectos nocivos son causados por los componentes del humo del tabaco, que son la nicotina, el monóxido de carbono, las sustancias irritantes y los distintos compuestos cancerígenos, el principal de los cuales es el alquitrán.

                La nicotina es extremadamente adictiva. Actúa como estimulante y sedante del sistema nervioso central. Su ingestión tiene como resultado un estímulo casi inmediato porque produce una descarga de epinefrina de la corteza suprarrenal. Esto estimula el sistema nervioso central y algunas glándulas endocrinas, lo que causa la liberación repentina de glucosa. El estímulo va seguido de depresión y fatiga, situación que lleva al toxicómano a buscar más nicotina. La nicotina se absorbe con facilidad del humo del tabaco en los pulmones y no importa si éste humo procede de cigarrillos o de puros. También se absorbe fácilmente cuando se masca el tabaco. Con el uso regular, se acumulan concentraciones de nicotina en el cuerpo durante el día, que persisten durante la noche. Por lo tanto, las personas que fuman cigarrillos a diario están expuestos a los efectos de la nicotina 24 horas al día. La nicotina absorbida al fumar cigarrillos o puros tarda solo segundos en llegar al cerebro, pero tiene un efecto directo en el cuerpo hasta por 30 minutos.

                Los estudios han mostrado que la tensión nerviosa y la ansiedad afectan la tolerancia a la nicotina y la dependencia de ella. La hormona producida por la tensión nerviosa o corticosterona reduce los efectos de la nicotina, haciendo necesario consumir mayores cantidades para lograr el mismo efecto. Esto aumenta la tolerancia a la nicotina y lleva a una mayor dependencia. Se ha mostrado en estudios realizados con animales que la tensión puede ser la causa directa de una recaída a la autoadministración de nicotina después de un período de abstinencia. La adicción a la nicotina produce síntomas de abstinencia cuando una persona trata de dejar de fumar. Por ejemplo, un estudio encontró que cuando se privaba de cigarrillos durante 24 horas a fumadores habituales, aumentaba su enojo, hostilidad y agresión, y disminuía su aptitud de cooperación social. Las personas que padecen de abstinencia también necesitan más tiempo para recobrar su equilibrio emocional después de la tensión nerviosa. Durante los períodos de abstinencia o de ansias de consumir nicotina, los fumadores han mostrado reducción de una gran cantidad de funciones psicomotoras y cognoscitivas, como por ejemplo la comprensión del lenguaje.

                La mujer que fuma suele tener una menopausia precoz. La que fuma cigarrillos y también toma anticonceptivos orales tienen mayor propensión a padecer de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares que otros fumadores. Las mujeres embarazadas que fuman cigarrillos corren mayor riesgo de tener niños con problemas tales como bajo peso, inmadurez y otros. Los hijos de mujeres que fumaron durante el embarazo corren mayor riesgo de desarrollar trastornos de la conducta. Estudios hechos en EE.UU. en un grupo de madres e hijas han encontrado también que si la madre fuma durante el embarazo hay mayor probabilidad que las hijas fumen y persistan en fumar. Es más probable que se vuelvan fumadores de cigarrillos los adolescentes que usan rapé que los que no lo usan. La investigación de la conducta está comenzando a explicar cómo las influencias sociales, como observar a adultos y compañeros fumando, influyen en la decisión del adolescente de comenzar a fumar cigarrillos o no. También ha mostrado que los adolescentes suelen ser resistentes a muchos tipos de mensajes en contra del tabaco. Además de nicotina, el humo del cigarrillo consiste principalmente en una docena de gases (sobre todo monóxido de carbono) y alquitrán. El alquitrán de un cigarrillo, que varía de unos 15 mg en un cigarrillo regular a 7 mg en uno con poco contenido de alquitrán, expone al usuario a una alta tasa prevista de cáncer de pulmón, enfisema y afecciones bronquiales.

                El alquitrán está formado por un gran número de sustancias, algunas de ellas como los benzopirenos, con acción cancerígena. El monóxido de carbono del humo aumenta la posibilidad de enfermedades cardiovasculares. Tiene una gran capacidad de combinación con la hemoglobina de la sangre, disminuyendo la capacidad de ésta para transportar oxígeno a los diferentes tejidos del cuerpo, debido a lo cual, provoca, sobre todo, trastornos de tipo nervioso y circulatorio. Las sustancias irritantes (como la acroleína) irritan las mucosas respiratorias y son las responsables de la tos típica del fumador. Las repercusiones que el hábito de fumar tiene sobre la salud del fumador pueden ser muy graves y también pueden tenerlas los fumadores pasivos. Es un error creer que los efectos negativos se limitan a una simple irritación que provoca tos o bronquitis. Está perfectamente demostrado que la expectativa de vida de los fumadores es más baja que la de los no fumadores, y que guarda relación con el consumo diario y con la edad en que se empezó a fumar.

                Adicionalmente, los problemas afectan a quienes inhalan el humo ambiental del tabaco (fumadores pasivos). Se ha demostrado que este humo causa cáncer de pulmón en los adultos y aumenta significativamente el riesgo de infecciones respiratorias en los niños y de muerte infantil súbita. Encuestas realizadas por la Oficina de Estudios Aplicados de la Administración de Servicios de Abuso de Sustancias y de Salud Mental de EE.UU. mostraron la correlación entre el uso del cigarrillo y el uso de la marihuana en los adolescentes. Se encontró que entre quienes habían fumado marihuana alguna vez en su vida, el 74 por ciento habían fumado cigarrillos antes de fumar marihuana. La encuesta señaló además que los fumadores corrientes tienen más probabilidades de ser grandes bebedores y usar drogas ilícitas. Entre los fumadores, la tasa de uso excesivo de alcohol (5 días o más de consumo de cinco bebidas o más, durante el último mes) fue 13,8 por ciento y la tasa de uso de drogas, 14,7 por ciento. De los que no fuman, 2,5 por ciento eran grandes bebedores y 2,6 por ciento usaban drogas ilícitas.

Causas del tabaquismo

                Factores personales. Falta de información sobre los riesgos del tabaco; introversión, timidez y deseo de imitar a los adultos.

                Factores sociales. Grupo social del fumador; publicidad comercial de los medios de comunicación; utilización del tabaco como medio de contacto social. Si se han detectado estos síntomas, la actitud a adoptarse por parte de padres y educadores ha de consistir no sólo en primer lugar, en evitar una actitud de rechazo, sino en propiciar además un acercamiento, con el fin de establecer un diálogo fructífero que permita al afectado comentar sus problemas con personas de su entorno, evitando así que sólo se sienta comprendido por su "basca", por el círculo de compañeros en su misma situación, quienes en nada podrán ayudarle. Son muchos los pasos que hay que dar y mucha la paciencia necesaria para ayudar a un drogodependiente en su recuperación e imposible enumerarlos todos aquí, por lo que es aconsejable contactar desde el primer momento con cualquiera de las muchas instituciones que se dedican a la recuperación de drogodependientes donde aconsejarán a los familiares sobre la actitud a seguir. Cuando el drogadicto ha llegado a tomar conciencia de que, debido a la droga que está tomando, se halla expuesto a serios problemas, se ha dado ya el primer paso para su recuperación. Entonces es el momento de acompañarle a un centro de recuperación para iniciar el tratamiento. Es cierto que el tratamiento suele ser largo y no son infrecuentes las recaídas, pero no es menos cierto que existe un margen para la esperanza ya que, en muchos casos, la recuperación es total.

Prevención y recuperación

                La prevención de las drogodependencias, según los expertos, tienen tres objetivos:

                El primero consiste en tratar de evitar la aparición de la drogodependencia antes de que se produzca. El segundo tiene como fin el descubrir cuanto antes la drogodependencia, de modo que permita atajarla o como mínimo evitar que siga progresando. El tercero tiene como objetivo frenar la drogodependencia e iniciar la recuperación del drogadicto. La prevención de la aparición de la drogodependencia es una batalla que hay que librar en varios frentes. El primero de ellos es el interior del grupo familiar, procurando proporcionar a los hijos la información precisa sobre las nocivas consecuencias del consumo de drogas y sobre todo potenciando un ambiente familiar donde el joven se sienta orientado y comprendido. Esta labor informativa debe ser complementada por la escuela, los medios de comunicación y la sociedad en general. Otra batalla para la prevención ha de ser librada por los administradores de Estado haciendo todo lo posible para reducir, e idealmente eliminar, la posibilidad de disponer de drogas por parte de los cuidadanos, combatiendo el narcotráfico. Desgraciadamente las medidas preventivas a veces no son suficientes y por ello, hay que estar atentos para detectar si alguien de nuestro entorno ha sido atrapado por la droga.

                Los síntomas son muy variados, según la droga que se esté administrando, pero los más visibles y comunes suelen consistir en un cambio muy notable del comportamiento que entraña el alejamiento del núcleo familiar, el descenso notable en el rendimiento escolar, el cambio de amigos, los cambios súbitos e injustificados de humor, el abandono de las que habían sido sus aficiones y mayor necesidad de dinero cuyo destino le resulta difícil explicar, entre otros.

Enfermedades inducidas por el tabaco

- Inflamación e irritación de las vías respiratorias. Formación de tejido precanceroso en los bronquios y los pulmones, que puede derivar en cáncer broncopulmonar. Bronquitis crónica y enfisema pulmonar.

- Infarto y arteroesclerosis.

- Gingivitis inflamatoria o ulcerosa. Cáncer de lengua, de mucosa y de suelo de la boca.

- Cáncer de vías urinarias y de vejiga

- Complicaciones en el embarazo.

- Ulceras gástricas, gastritis y esofagitis.

Tratamiento

                La investigación realizada indica que el abandono del hábito de fumar debe ser un proceso gradual porque los síntomas de abstinencia son menos graves en quienes lo hacen poco a poco que en quienes dejan de fumar de repente. La tasa de recaída es mayor en las primeras semanas y los primeros meses y se reduce mucho al cabo de 3 meses. En varios estudios se ha demostrado que la farmacoterapia en combinación con apoyo sicológico y adiestramiento práctico para superar las situaciones de alto riesgo, da como resultado una de las tasas más elevadas de abstinencia a largo plazo. Estudios económicos de la conducta han encontrado que se puede reducir el uso del cigarrillo con otras recompensas y refuerzos de la conducta. Uno de estos observó que las mayores reducciones de uso de cigarrillos se lograban cuando se aumentaba el costo de fumar en combinación con la presencia de otras actividades de recreación.

                El chicle de nicotina es un fármaco autorizado para el tratamiento de la dependencia de la nicotina. La nicotina administrada de esta forma reemplaza a la que contienen los cigarrillos y ayuda a los fumadores a dejar el hábito. La tasa de éxito del tratamiento antitabáquico con chicle de nicotina varía mucho entre un estudio y otro, pero hay pruebas que indican que es una manera inocua de facilitar el abandono del hábito si se mastica según las instrucciones y se administra estrictamente a pacientes bajo supervisión médica. Otro método para dejar de fumar es el parche transdérmico de nicotina, un parche cutáneo que distribuye una cantidad de nicotina relativamente constante al usuario. Un grupo de científicos del Centro de Investigaciones Internas del National Institute on Drug Abuse de EE.UU. estudió la inocuidad, el mecanismo de acción y la probabilidad de abuso del parche, que fue autorizado ulteriormente. El chicle y el parche de nicotina se emplean como medidas auxiliares en los programas para acabar con el consumo de nicotina y ayudar a las personas a mantener la abstinencia, reducir los síntomas de ésta y evitar una recaída mientras se someten a tratamiento para modificar su comportamiento.

CAPÍTULO 8:

CONSECUENCIAS EN EL USO DE DROGAS

                El consumo de drogas, legales e ilegales, constituye un problema de salud pública muy importante. Los riesgos y daños asociados al consumo varían para cada sustancia. Además, es necesario tener en cuenta las variables personales como el grado de conocimiento o experiencia del usuario, su motivación, etc. y las propiedades específicas de cada droga así como la influencia de los elementos adulterantes. Estas consecuencias son muy diversas y pueden agruparse en dos grandes grupos:

SEGÚN EL TIPO

SALUD: el consumo de drogas origina o interviene en la aparición de diversas enfermedades, daños, perjuicios y problemas orgánico y psicológicos. Por ejemplo: Hepatitis, Cirrosis, Trastornos cardiovascuolares, Depresión, Psicosis, Paraonia, etc.

SOCIAL: los adictos a drogas, con frecuencia se ven envueltos en agresiones, desorden público, conflictos raciales, marginación,...

                Cuando se comienza a necesitar más a las drogas que a las otras personas pueden arruinarse o destruirse las relaciones íntimas y perderse las amistades. Se puede dejar de participar en el mundo, abandonar metas y planes, dejar de crecer como persona, no intentar resolver constructivamente los problemas y recurrir a más drogas como "solución". El abuso de las drogas puede también perjudicar a otros, por ejemplo: el dinero con que son pagadas las drogas puede privar a la familia de satisfacciones vitales como comida o ropa. El discutir los problemas y situaciones de la adicción puede generar conflictos familiares. Las reacciones violentas a las drogas pueden llevar al usuario a cometer asaltos e incluso asesinatos. Si una mujer embarazada toma drogas sin control médico puede ocasionar malformaciones genéticas en el nuevo ser que está en gestión.

LEGAL: Abusar de las drogas es contra la ley. Los ofensores (tanto los que experimentan como los que se dedican al consumo de drogas) corren el riesgo de tener que pagar multas y/o ser encarcelados. Un arresto puede significar vergüenza, interrupción de los planes de vida, antecedentes penales. Ciertas drogas pueden desencadenar una violencia incontrolable y conducir al usuario a crímenes que son severamente punibles por la ley.

ECONOMIA: dado el ingente volumen de dinero que mueve el mercado de las drogas y el narcotráfico, tanto los consumidores como los países contraen importantes deudas; se crean bandas organizadas; se produce desestabilización económica nacional, etc. El uso continuo de drogas puede ser muy caro, ya que sus costos se elevan a cientos y, en ocasiones, a miles de dólares por año. Para sostener su hábito muchos usuarios recurren al crimen.

SEGÚN EL NIVEL

INDIVIDUAL: son los daños experimentados por el propio consumidor de drogas.

COMUNIDAD: el consumo de drogas genera multitud de consecuencias negativas para la familia del drogodependiente, sobre los amigos, los vecinos,...

SOCIEDAD: en la sociedad produce efectos sobre la estructura y organización de la misma (aumento de las demandas en los servicios de salud, incremento de la inseguridad ciudadana por delitos contra la propiedad, presencia del crimen organizado a través de las redes de narcotraficantes).

¿CÓMO AFECTAN LAS DROGAS AL CEREBRO?

                Las drogas, introducidas en nuestro cuerpo por diferentes vías, llegan alojadas en el torrente sanguíneo hasta el cerebro atravesando la barrera hematoencefálica. Una vez han llegado al cerebro, lugar donde reside el control de las funciones superiores del ser humano, alteran su normal funcionamiento actuando sobre unas sustancias bioquímicas naturales llamadas 'Neurotransmisores'. Las señales nerviosas viajan a través de las células nerviosas, denominadas neuronas, que están conectadas entre sí por las sinapsis. En la sinapsis es donde se liberan los neurotransmisores, que actúan sobre la siguiente neurona en unos puntos específicos llamados receptores. La interacción de los neurotransmisores en los receptores produce una serie de cambios que permiten que la infomación vaya de una neurona a otra.

                Las drogas alteran el funcionamiento cerebral modificando la producción, la liberación o la degradación de los neurotransmisores cerebrales de tal forma que se produce una modificación del proceso natural de intercomunicación neuronal y en la producción y recaptación de los neurotransmisores. De esta forma es como las drogas logran alterar nuestra percepción sensorial, la sensación de dolor o bienestar, los ritmos de sueño-vigilia, la activación, etc. Estos cambios bioquímicos que se producen en el seno del cerebro se tratan con medicación con el objeto de restablecer el equilibrio natural y permitir el normal funcionamiento de nuestro sistema neurológico.

¿QUÉ HACER EN CASO DE URGENCIA POR USO DE DROGAS?

Avisar inmediatamente a un médico, quien decidirá las medidas que hay que tomar y administrará, eventualmente un tratamiento.

Hay que informarle, lo más exactamente posible, acerca del producto o sustancia ingerida/fumada/inyectada (en todos estos casos está garantizado el secreto profesional).

En caso de sobredosis de opio, heroína, morfina, barbitúricos u otros medicamentos mientras se espera la llegada del médico:

Si el sujeto aún respira bien y tiene buen pulso, pero está inconsciente o comatoso:

- No darle nada de beber,
- No tenderlo de espaldas, sino volverlo de costado para que, si vomita, no se ahogue;

Si el sujeto se vuelve azul, tiene dificultad para respirar o ya no respira:

- Proceder inmediatamente a la respiración artificial, boca a boca, porque en caso de paro respiratorio, la muerte sobreviene en unos minutos. Para ello, volver totalmente la cabeza hacía atrás, cerrar la nariz, soplar en la boca a intervalos, unas 15 veces por minuto, hasta la llegada del médico o de la ambulancia, o bien, hasta que se reanude normalmente la respiración.

En caso de un "mal viaje" debido al LSD o haschis:

Si el individuo comienza a sentirse muy angustiado, perseguido o aterrado:

- Mostrarse muy amable con él, tranquilizarlo, tratar de hacerlo 'volver'.

- Colocarlo en un ambiente tranquilo y pacífico, rodearlo de afecto.

- Evitar toda broma de mal gusto que le pueda angustiar todavía más.

- Evitar todo gesto que pudiera ser interpretado como una amenaza; quedarse con él, nunca dejarle solo, y si la agitación, la angustia, el delirio o el pánico persisten, avisar a un médico.

CAPÍTULO 9:

PREVENCIÓN, AYUDA Y ALTERNATIVAS

PREVENCIÓN

La prevención del abuso de drogas significa tomar una actitud positiva para oponerse al abuso de drogas, de modo que nunca se convertirá en un problema. Para eso se requiere:

Para ayudar a prevenir el abuso de las drogas hay que animar el desarrollo de las cualidades positivas, esto es: ayudar a gente joven a desarrollar actitudes, valores y comportamiento que conduzcan a la fortaleza interna, la satisfacción y el alcance de metas. Entre las cualidades importantes se encuentran:

AYUDA

                ¿Las personas que usan drogas necesitan ayuda? En muchos casos, sí. Dejar el hábito de la droga sin ayuda externa puede resultar peligroso (debido a los síntomas de abandono) y difícil (debido a la necesidad psicológica). Puede obtenerse ayuda y/o información a través de muchas agencias, dependencias y personas privadas y públicas. Por ejemplo:

Centros y clínicas de tratamiento de drogadicción, que se especializan en tratar a personas con problemas de drogas.

Hospitales que tratan a pacientes internados o externos.

Centros de salud mental y de orientación, que pueden tratar a personas con problemas de drogas analizando los problemas subyacentes.

Agencias de salud pública y de servicio social, pueden proporcionar consejos prácticos, derivar profesionales, etc.

Residencias intermedias, que brindan tratamientos en residencias para personas con problemas de Drogas.

Centros de desintoxicación, que se ocupan específicamente de los problemas de alcoholismo y otros relacionados a éste.

Alcohólicos Anónimos, brindan ayuda y apoyo a las personas que tienen problema con la bebida.

Otros, incluyen: Médico familiar, miembros del clero, asesores sobre alcoholismo, psiquiatras y psicólogos.

Todos los anteriores nos ofrecen diversos programas de tratamientos. Cada persona, de acuerdo a su caso, puede recibir uno o más clases de tratamiento, incluyendo:

  1. Supervisión médica, para ayudar con los síntomas de abandono de la droga (como vómito, temblores, calambres, depresión severa, etc.)
  2. Mantenimiento de la metadona, para los adictos a la heroína. Ésta bloquea la necesidad física de la heroína y deja que la persona vuelva a tener un estilo de vida más normal.
  3. Orientación, psicoterápia, grupos de encuentro, etc. brindan un apoyo moral y contribuyen a tratar las causas de abuso de drogas.
  4. Rehabilitación, incluyendo orientación vocacional puede ayudar a la persona a retomar una vida comunitaria más productiva.
  5. Empleo de drogas, para eliminar los efectos de los narcóticos.
  6. Comunidades terapéuticas, ayudan las personas que abusan de las drogas a mantenerse alejados de ellas y superar los problemas.

Alternativas intelectuales:

Alternativas sociales:

                Todas estas actividades se les puede ubicar preguntando las actividades que ofrecen las organizaciones de la comunidad en que se vive. Estas comprenden escuelas, colegios comunitarios, programas de educación para adultos, casas de cultura, clubes de jóvenes, bibliotecas, etc.

                De acuerdo a la investigación anterior podemos observar que los jóvenes abusan de las drogas para sentirse mejor consigo mismos, sin ver que se provocan un mal irremediable que les puede llevar a la muerte. Esto se debe principalmente a la falta de confianza en sí mismos y al dejarse influenciar por los medios masivos de comunicación. Se ha determinado que en dosis reguladas, las drogas pueden producir un bien (cuando se usan bajo control y vigilancia médica), como combatir enfermedades o aminorar el dolor. Pero el mal uso de esas drogas es lo que ha provocado un abuso descontrolado, manifestado principalmente en los adolescentes. También podemos decir que el abuso de drogas se debe a la falta de información o desconocimiento preciso del daño que pueden causar al ser ingeridas de manera anárquica.

CONCLUSIÓN

                Las drogas son agentes naturales o químicos que afectan las funciones y la estructura del cuerpo de los seres vivientes. Cambian la manera de actuar, pensar o sentir de quienes las consumen. Los tipos más comúnmente utilizados son:

Antibióticos - substancias producidas por bacterias y otros organismos, cuya función es destruir o inhibir el crecimiento de ciertos microorganismos en el cuerpo.

Estimulantes - son drogas que estimulan el sistema nervioso central y excitan las actividades funcionales del organismo.

Sedantes - son drogas que producen calma y relajación muscular debido a que retardan el funcionamiento del sistema nervioso central.

Inhalantes - son solventes volátiles, aerosoles o vapores que se inhalan por vía nasal.

Narcóticos - son las drogas derivadas del opio, algunas de ellas sintéticas, las cuales son sumamente adictivas.

                Las drogas recetadas son preparadas en su justa medida para usarse con la frecuencia adecuada, por lo que benefician nuestra salud ayudándonos a combatir las enfermedades. Sin embargo, las drogas ilícitas que se venden en la calle se consumen en su forma pura, combinaciones o derivados. Utilizadas esporádica o adictivamente, intoxican y van deteriorando los órganos vitales hasta degradar al ser humano a un estado de total inutilidad que puede concluir con su muerte. La drogadicción es en realidad un fenómeno muy antiguo que en nuestros días se ha manifestado intensa y masivamente. Se observa en todas las edades y en todos lo grupos socioeconómicos; pero, según hemos visto el abuso de los fármacos perjudica enormemente la economía y la salud de los adictos, orillándolos a cometer delitos por la necesidad de obtener la sustancia a la que es adicto, ya sea robando o vendiendo la droga o induciendo a otros que no la han probado.

                El abuso de las drogas sólo puede brindarnos un "escape temporal" del mundo. Los riesgos son grandes y los resultados pueden ser fatales. De nosotros depende continuar con la lucha en contra de las drogas para evitar hechos lamentables e irremediables.

                      © 1996 Luis Alberto Duarte, Karina Gutiérrez, Isabel Silva y Javier de Lucas

 

PÁGINAS WEB:

CATÁLOGO DE DROGAS

www.alianzaprsindrogas.org/catalogo.htm

EFECTOS DE LAS DROGAS

www.alianzaprsindrogas.org

SALUD Y MEDICINA

www.yweb.com/040303es.html

LAS DROGAS

www.did.co.uk/lasdrogas/

EFECTOS DE DROGAS

www.compuserve.com.ar/resistencia/ichi/drog1.htm

INFORMACIÓN SOBRE DROGAS Y ADICCIONES

www.sedronar.gov.ar/Infdrogas.htm

CLASIFICACIÓN DE LAS DROGAS

http://w3.arrakis.es/iea/drogas/clasifi.htm

DROGAS

http://members.spree.com/marcela/concep.htm

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www.prosat.net.mx/ramon/drogas.htm

GUÍA MÉDICA

http://explored.hoy.net/guia/fas7d.htm