GRANDES DEL TERROR
Nosferatu, de F.W. Murnau (1922)
Adaptación del texto de Bram Stoker (Drácula), al que sus creadores modificaron tanto el título como el nombre propio de sus personajes. Max Schreck encarnó al primer, e impresionante, vampiro de la historia del cine en esta película muda. Coppola tomó muchos de los elementos de la puesta en escena para crear su versión de 1992. El personaje de Nosferatu volvió a las pantallas con las versiones de Werner Herzog (Nosferatu, con Klaus Kinski), y en 1988, una producción italiana dirigida por Augusto Caminito y protagonizada también por Klaus Kinski (Nosferatu en Venecia)
Drácula, de Tod Browning (1931)
La puesta en escena del primero de los monstruos clásicos de la Universal, se convirtió en el referente moderno del Conde de Transilvania, obviando por completo la creación de Murnau. Bela Lugosi, quien ya había interpretado este personaje en la obra teatral de Broadway, fue la elección de Browning tras la muerte de la estrella del cine mudo Lon Chaney. La iluminación y parte de la estética con la que se trató al Hannibal Lecter de Jonathan Demme está inspirada en el personaje de Lugosi. Tras el éxito de esta película, la Universal produjo una versión en español rodada en Méjico que calcó el metraje anglosajón.
Frankenstein, de James Whale (1931)
Tras el éxito de Drácula, Bela Lugosi rechaza el papel del monstruo creado por Mary Shelley, que es encarnado por otro actor de culto: Boris Karloff. De nuevo la caracterización de Karloff (realizada por Jack Pierce) se convirtió en referente popular del personaje. Al margen del texto de Shelley, el equipo de la original se encargó de su secuela La novia de Frankenstein (1935).
Prescindiendo de actores conocidos, Browning dirigió a verdaderos freaks de circo en la historia donde éstos se rebelan contra sus crueles compañeros de carpa. Esta película tuvo serios problemas de para su exhibición hasta convertirse en un film de culto en los años 70.
Nos encontramos ante una de las obras maestras del cine de terror. Sin apenas sangre, Hitchcock compuso los más inquietantes asesinatos de la historia del cine. Rodada en blanco y negro para conseguir un ambiente más tenebroso, la historia comienza como un film de cine negro para girar bruscamente hacia un relato de horror con psychokiller incluido. Al igual que en La matanza de Texas (Tobe Hooper, 1974), el asesino real Ed Gein fue la inspiración para confeccionar ambos guiones.
Los pájaros, de Alfred Hitchcock (1963)
Aunque en el momento de su estreno no tuvo buena aceptación, la película que el maestro Hitchcock dirigió con unos efectos visuales magníficos para la época se ha convertido hoy en una producción que nada tiene que envidiar a las sofisticadas películas realizadas con las más modernas técnicas por ordenador. Una tarde, y sin explicación aparente, las aves comienzan a reunirse en masa y a atacar a los habitantes de Bahía Bodega. Una arrogante chica que ha seguido a un desconocido hasta el pueblo tendrá que enfrentarse a esta inusual situación.
La noche de los muertos vivientes, de George A. Romero (1968)
Rodada también en blanco y negro, y con un estilo semi-documental, Romero sentó en su primera película las bases del cine de muertos vivientes. Con la excusa de la caída de un meteorito, miles de zombies invaden un pequeño pueblo americano, convirtiendo en cadáver a cuantos se cruzan en su camino. Fue la primera de una irregular trilogía y víctima de cientos de imitaciones. Tom Savini, acostumbrado a trabajar como maquillador en películas del género, dirigió un remake de esta cinta en 1990.
Esta obra maestra sigue estando tan fresca y
vigente como el día en que se rodó. El inquietante
relato escrito por William Peter Blatty, basado
en una historia real, fue llevado magistralmente a la
pantalla y se cuenta que fueron muchos los espectadores
que abandonaron las salas antes de que acabara la
proyección.
La matanza de Texas, de Tobe Hooper (1974)
El nacimiento de otro personaje clásico del terror moderno, Leatherface. El personaje con el rostro cubierto por una máscara de piel humana estuvo dirigido por el debutante Tobe Hooper quien, tras un aparente look documental y descuidado, compuso una obra perfectamente pensada donde el horror sucede dentro de la mente del espectador.
Tiburón, de Steven Spielberg (1975)
Rodada a continuación de El diablo sobre ruedas , Spielberg aceptó el encargo de llevar al cine la novela de Peter Benchley, dando como resultado el miedo a meterse en el agua de toda una generación. Aunque los efectos mecánicos del tiburón no llegan a ser lo suficientemente convincentes, el verdadero éxito de la película se basa en mostrar los resultados de la devastadora presencia del escualo en una comunidad de veraneo.
La profecía, de Richard Donner (1976)
Una de las más efectivas películas sobre el nacimiento del Anticristo encarnado por Damien Thorn, que se convirtió en una trilogía que dedicaba cada capítulo a una fase de la vida del hijo del demonio. Gregory Peck ( El cabo del terror , 1962) interpretó en esta primera entrega a un diplomático que adopta al retoño tras perder al hijo que esperaba su mujer.
Stephen King tuvo la suerte de que la primera adaptación al cine de una de sus novelas fuera dirigida por uno de los más fieles seguidores de Alfred Hitchcock. Referencias cinematográficas al maestro del suspense, los hallazgos narrativos de De Palma y las estupendas interpretaciones del reparto, cuyo resultado fue dos nominaciones a los Oscar para sus protagonistas, componen otra de las obras de terror que junto con El exorcista y El resplandor (otra adaptación de King) siguen tan vigentes como el día de su estreno.
Jóvenes aterrorizados víctimas de uno de los primeros asesinos invencibles con máscara: Michael Myers. John Carpenter se inspiró en las películas del italiano Darío Argento (Suspiria , 1977) para componer esta obra donde Jamie Lee Curtis se lanzó al estrellato. Las secuelas nunca han superado a la original y, en concreto, la última (H20 ) se produjo aprovechando la oleada y el estilo iniciado por Scream veinte años más tarde.
Con este absurdo título disfrazaron las distribuidoras españolas a la adaptación del relato de Stephen King El misterio de Salem's Lot . Recortando una hora del metraje original de la serie de televisión, la obra de Hooper cuenta el resultado de la llegada del siniestro pedido de un anticuario al pueblo al que David Soul regresa para escribir un guión de cine. A destacar el diseño de uno de sus vampiros, idéntico a Nosferatu.
Obra maestra que tiene originalidad dentro del terror y la ciencia ficción a partes iguales. En esta ocasión, el psychokiller que asesina a sus víctimas una a una es sustituido por un monstruo extraterrestre diseñado por H. R. Giger. Como los motivos que tiene el monstruo para matar no quedan lo suficientemente claros, James Cameron filmó una excelente continuación, Aliens, el regreso (1986), donde resuelve los cabos sueltos de su antecesora.
Otra adaptación de Stephen King en la que Kubrick supo extraer lo mejor del texto literario. La elección de los actores supuso gran parte del éxito del metraje, con Jack Nicholson dando rienda suelta a su interpretación como vigilante de un hotel con oscuros secretos. Además, el personal universo de Kubrick aplicado al género del horror resulta realmente aterrador. Posteriormente, se ha filmado una miniserie para televisión que, pese a su larga duración y su fiel adaptación del relato de King, no llegó a superar a la versión de Kubrick.
Al final de la escalera, de Peter Medack (1980)
George G. Scott da vida a un compositor que pierde a su familia en un accidente de tráfico. Tras la tragedia, decide cambiar de residencia a un antiguo caserón donde comienza a experimentar sucesos paranormales; y Scott investigará el asunto para averiguar y dar solución a los espantosos crímenes que allí sucedieron.
Contrariamente a lo que se pueda pensar, el personaje de Jason tal y como permanece en nuestra memoria, no aparece en este film. El género de jóvenes asesinados sangrientamente uno por uno tuvo en esta película su verdadero punto de partida. En la actualidad se prepara la décima entrega de la serie, siendo las anteriores secuelas de calidad notablemente inferior a la de la original.
El guión de esta película fue escrito por el propio John Landis cuando tenía diecinueve años. La historia, basada en el monstruo clásico de la Universal, daba una nueva vuelta de tuerca al cine de horror que se había hecho hasta la fecha. Cabe destacar la magnífica transformación de hombre a lobo en la que estuvo involucrado Rick Baker por la que ganó un Oscar.
Poltergeist, de Tob Hooper (1981)
Parecía que el director de La matanza de Texas sería el ideal para dirigir esta historia de fantasmas y secuestros espectrales que produjo Steven Spielberg. Sin embargo, se cuenta que el productor acabó haciéndose con las riendas del proyecto. Se ha hablado que ésta es una película maldita ya que dos de sus protagonistas murieron en extrañas circunstancias poco después del estreno. Dos continuaciones más tarde se decidió poner punto y final a la serie de la que Spielberg hacía tiempo que se había desentendido.
Creepshow, de George A. Romero (1982)
Romero y King, como director y guionista respectivamente, unieron sus talentos para crear este film dividido en cinco historias independientes basadas en los antiguos cómics de terror de la EC. El propio Stephen King aparece como actor en el único episodio que fue eliminado del metraje para la exhibición en salas comerciales.
Para muchos la mejor película de Carpenter es esta versión del film de 1951 de Howard Hawks, aunque fracasó en las taquillas de la época. Una expedición en el Ártico descubre una nave alienígena entre el hielo. Su apertura introducirá a un ser mutable entre el equipo de investigadores. Los efectos de Rob Bottin son la verdadera estrella del film, pese a que éste cuente con actores de la talla de Kurt Russell.
Olvidémonos de El exorcista. Aunque la posesión demoníaca es el tema estrella, Raimi compuso otro de los clásicos absolutos del género. Con poco dinero y un grupo de amigos, rodó un guión propio con una cierta atmósfera documental, lo que hace mucho por dar credibilidad a la fantástica historia de unos jóvenes que pasan un velada mortal en una cabaña donde se esconde un antiguo texto. Terroríficamente muertos (1987) fue la respuesta de la industria a la historia de Raimi, quien rehizo el mismo guión contando con más presupuesto y añadiendo notas de humor ya típicas en su estilo. El ejército de las tinieblas, la tercera parte de la serie, se alejó radicalmente del tono terrorífico de las anteriores entregas.
Robert Englund encarnó durante siete películas y una serie de televisión al que probablemente es el más famoso de los asesinos en serie de la historia del cine. En esta primera entrega se sentaron las bases del personaje que permanecieron intactas en todas las entregas.
Re-animator, de Stuart Gordon (1985)
Una mezcla entre el mito de Frankenstein, La noche de los muertos vivientes, pasadas por el filtro de una visión lovecraftiana. El resultado cuenta como un brillante científico descubre una sustancia con la que revivir la materia muerta. En su secuela La novia de Re-animator (1990) se homenajeó abiertamente al film de James Whale.
Este remake del film homónimo de 1958 firmado por un David Cronenberg en plena forma nos presentó a Jeff Goldblum (Parque Jurásico, 1993) como un científico al que su invento acaba por volverse contra él. Los estupendos efectos especiales no sólo no eclipsan en ningun momento el trabajo de los actores, sino que se convierten en el mejor aliado de esta historia con evidentes referencias a la Metamorfosis de Kafka.
Tras una fachada de cine teenage de los 80, se esconde un magnífico metraje rodado a ritmo de vídeo-clip. La pareja Corey Haim (Miedo azul, 1985) y Corey Feldman (Cuenta conmigo, 1986), habituales de este género y estrellas de la época, se enfrentan a un grupo de vampiros herederos del ritmo de vida de Jim Morrison. Destacar la presencia de Kiefer Sutherland (Línea mortal, 1990), como líder del malvado grupo que se alimenta de la sangre de los habitantes del pequeño pueblo costero de Santa Clara.
Un detective privado es contratado por un misterioso cliente que le encarga resolver un caso que va complicándose a medida que avanza la película. Robert de Niro (Fanático, 1996) y Mickey Rourke (37 horas desesperadas, 1990) protagonizan este film dirigidos por el siempre sorprendente Alan Parker. El final es para no contarlo.
El debut de Chucky en la gran pantalla dirigido por el realizador de Noche de miedo (1985). Antes de morir, el espíritu del asesino Charles Lee Ray cambia de cuerpo para introducirse en un muñeco Good Guy de los que causan furor en los niños del momento. El pequeño Andy recibe como regalo de cumpleaños uno de estos muñecos. Adivinad quién será el compañero de juegos del niño. La historia de Chucky ha conseguido que sea el único de los psychokillers de plástico que ha sobrevivido, secuela a secuela, hasta nuestros días.
Un cementerio indio cuyos inquilinos dejan la muerte al poco de ser enterrados es descubierto por una familia cuando el más pequeño muere trágicamente. El siguiente paso es fácilmente imaginable. Sin embargo, lo que surge de la tierra no es lo que sus familiares esperan. Se trata de otra adaptación de una novela de Stephen King (El cementerio de animales), quien hace una breve aparición como sacerdote, como es de costumbre. Uno de los protagonistas es Fred Gwynne, al que recordamos por su papel de Herman Monster.
Hellraiser , los que traen el infierno, de Clive Barker (1989)
Clive Barker decidió debutar como director adaptando su novela corta The hellbound heart al cine. La primera aparición de Pinhead, líder de los cenobitas, en el panorama cinematográfico generó una gran cantidad de productos relacionados con este enigmático personaje. La apertura de una caja-puzzle desencadena la llegada de un ejército de demonios sedientos de sangre. Aunque la serie ha llegado hasta la quinta entrega, la mala calidad de las últimas ha hecho que se hayan estrenado directamente en vídeo.
Aunque el doblaje al castellano le resta bastante, este film con aire documental está considerado como una de las mejores películas sobre asesinos en serie. La crudeza de sus imágenes le valieron una clasificación X que hizo que el metraje se guardara durante bastante tiempo. Cuenta el día a día de Henry, un fumigador aparentemente normal quien en su intimidad da rienda suelta a sus depravados instintos. Inspirándose del asesino real Henry Lee Lucas, Michael Rooker (El coleccionista de huesos, 1999) interpretó magistralmente a este personaje, llegando a resultar tan aterrador como el Hannibal Lecter de Hopkins.
Aunque la primera aparición de Hannibal Lecter fue en la producción dirigida por Michael Mann (Hunter, 1986), el gran debut cinematográfico del caníbal fue a las órdenes de Jonathan Demme, quien consiguió cinco Oscar en las principales categorías. La estudiante del FBI Clarice Starling recibe el extraño encargo de entrevistar al Doctor Lecter para resolver unos extraños asesinatos cometidos por el apodado Buffalo Bill. La secuela, Hannibal (Ridley Scott, 2000) también adapta un texto de Thomas Harris.
Misery, de Rob Reiner (1990)
Junto con El resplandor de Kubrick, Stephen King, debería sentirse orgulloso de esta adaptación de su novela. En ésta el personaje interpretado por James Caan (Eraser, 1986), autor de una famosa serie de novelas, decide finalizarla matando a su protagonista. Pero antes de entregar el texto sufre un aparatoso accidente en una de las carreteras de la América profunda. El problema comienza cuando "su fan número uno" le rescata. Por su papel en esta película Kathy Bates recibió el Oscar a la mejor interpretación femenina.
Heredera, en cierto modo, de La noche de los muertos vivientes , ésta fue la última película de Peter Jackson antes de emigrar a Hollywood. La actriz española Diana Peñalver interpreta a Paquita, quien deberá hacer frente a una plaga de muertos vivientes víctimas de la enfermedad propagada por una rata africana. La mayor cantidad de sangre y vísceras del panorama del terror actual.
Compuesta con elementos de Nosferatu , el vampiro de Bela Lugosi y las producciones de la Hammer, el film de Coppola contó con estrellas como Winona Ryder, Anthony Hopkins, Keanu Reeves y Gary Oldman en la que probablemente es la mejor interpretación del conde rumano. Una cuidada puesta en escena y efectos especiales espectaculares acompañan al excelente guión que, según la publicidad, adaptaba literalmente el texto original.
Como ya hiciera la Universal, tras el éxito de Drácula Coppola se animó a producir una fiel adaptación del relato de Mary Shelley. Kenneth Brannagh (Hamlet , 1996) la dirigió y protagonizó en el papel de Víctor Frankenstein, mientras que el monstruo fue encarnado por Robert de Niro, con una caracterización que no hacía referencia alguna al de la versión de Boris Karloff.
Anne Rice no podía creer que unas de sus más preciadas creaciones, el vampiro Lestat, fuera a ser interpretado por la estrella en alza de Tom Cruise. Sin embargo, tal y como la misma Rice reconoció, Cruise bordó el papel. También Brad Pitt, Antonio Banderas y Christian Slater (sustituyendo al fallecido River Phoenix) se pusieron a las órdenes del director de Juego de lágrimas (1992) para componer un buen retrato de la vida vampírica.
Seven, de David Fincher (1995)
Fue con esta película con la que verdaderamente descubrimos al director de Alien 3. Brad Pitt y Morgan Freeman se enfrentan a un psicópata que recrea en sus asesinatos los pecados capitales. Una ambientación impecable, un guión prácticamente perfecto y de nuevo Rob Bottin a cargo de los siniestros efectos especiales convierten a esta producción en una de nuestras favoritas. No conviene, por nada del mundo, perderse los títulos de crédito iniciales.
Tras una extensa carrera como director de películas del género, Craven consiguió un verdadero taquillazo creando una mezcla entre los films de Freddy Krueger y las tramas propias de Agatha Christie, todo salpicado con abundantes referencias cinéfilas. Para esta nueva aventura Craven creó, según su costumbre, una nueva (y múltiple) entidad asesina: Ghostface. Las dos secuelas de la serie han cosechado el mismo éxito y expectación que la original.
Ravenous, de Antonia Bird (1999)
La promoción rezaba algo así como: eres quien te comes. Un grupo de soldados atrincherados en un destartalado fuerte, rescatan a un moribundo que cuenta una extraña y sospechosa historia. Una brillante mezcla entre caníbales y vampiros en el Oeste americano. En serio, abstenerse los estómagos sensibles.
Con poco presupuesto y mucha imaginación, los productores de este film de bajísimo presupuesto, crearon tanta expectación sobre este falso documental que las colas de los cines estaba llenas el día de su estreno. El metraje es muy irregular conteniendo momentos realmente intensos en contraste con otros bastante aburridos. En pantalla grande, las aventuras de estos tres jóvenes en busca de la bruja de Blair, ganan mucho.
De nuevo el terror entró en la ceremonia de los Oscar por la puerta grande. Bruce Willis (Doce monos, 1995), un psiquiatra infantil que sufre un percance con uno de sus antiguos pacientes, decide emplearse a fondo en su trabajo tratando a un niño que "puede ver gente muerta". Siguiendo el ejemplo de Seven , el director y guionista M. Night Shyamalan, supo guiar sabiamente dos horas de metraje antes de desembocar en un sorprendente y afortunado final.
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© Javier de Lucas